Andrés Romero llegó lesionado a la gran cita de este viernes pasado en Lisboa. Se sobrepuso, toreó infiltrado y... pese a ello, acabó firmando la actuación más completa de esta corrida de ocho; la suya fue la faena de mayor calado, la que más y mejor conectó con el público,
al que por momentos puso en pie, cuando en dos series de costado altamente emocionantes, consintiendo un montón al toro -que estuvo a punto de alcanzar al caballo- logró Romero momentos muy bellos de toreo a caballo, que transmitieron un montón a quienes ocupaban lugar en las gradas de la histórica plaza lisboeta.

Pese a la lesión que arrastraba, Romero salió a darlo todo, en una lección de profesionalidad y entrega realmente admirable, porque el rejoneador andaluz se había resentido al inicio de semana de la luxación del hombro derecho de la que fue intervenido quirúrgicamente el pasado mes de diciembre. Sucedió a última hora de la tarde del martes al sufrir una caída mientras toreaba vacas en su finca de La Corchuela. El rejoneador onubense se puso inmediatamente en manos del traumatólogo Abraham García Mendoza, quien le sometería en miércoles y jueves a un tratamiento de choque intensivo para poder estar -aunque fuere infiltrado- el viernes reciente en Lisboa, uno de los compromisos determinantes de su presente temporada. Romero se encuentra inmerso este mes de agosto en una fase decisiva de su campaña en España y Portugal. Y quería dar un aldabonazo en Lisboa.
Y lo logró. ¡Vaya si lo logró!

Las fotos que siguen, de Araújo Maceira, resumen momentos vividos de la faena de Andrés Romero, al único y muy bravo toro de Vinhas que le tocó en suerte. Ante este toro se la jugó... lo dio todo, arriesgó uno de sus caballos y... triunfó, con un toreo de verdad, de emoción y alto riesgo, pisando mil veces los terrenos del astado, los lugares de riesgo... Permitió que el toro llegase a milímetros, a nada del caballo que montaba Romero, y no una vez, varias... pero no hubo "cogida", no hubo "toques" más allá de un simple roce... como si Romero lo tuviese todo calculado para transmitir a los tendidos dosis completas de alta emoción en una faena para el recuerdo. Triunfó y triunfó en grande en Lisboa esta vez. No es una rejoneador cualquiera. Y aún podría ser más, si la mala suerte que tiene con lesiones, caídas de caballos y otros lópeces, dejase de perseguirle... ( E. E.

TODAS LAS IMÁGENES SON DE LA AUTORÍA DE ARAÚJO MACEIRA y está prohibida su reproducción total o parcial salvo permiso concedido por la TRIBUNA da TAUROMAQUIA
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