Una vez más, un año más, la corrida de toros del 15 de agosto, en Urrós, mostró ser escaparate no solo de lo taurino, también de sus otras actividades de índole cultural, turístico, etc. Por eso no faltaron, como ya es tradición, los grupos de gaiteros de la tierra, que desfilaron y mostraron que la devoción por la llamada gaita de foles (que tiene incluso una fiesta-festival anual en aquellas tierras) sigue recuperada y cada vez más viva, en Urrós, Mogadouro y la tierra trasmontana.

La cara triste, o de susto, en la corrida de toros, la protagonizó -contra su voluntad- el banderillero de confianza de Ana Batista, João Ganhão... este, que parecía que había dejado los ruedos, donde gran labor hizo antaño, a las órdenes de los Moura, se había metido en labores de apoderamiento que poco duraron : aquella extraña con su amigo Carrinho para representar en Portugal a Leonardo Hernández; luego, con el joven Maldonado Cortes... historias breves y no continuadas para andar ahora de vuelta a los ruedos.
Y ha sido en Urrós, saliendo a las órdenes de Ana Batista, cuando dedicado a labores de pararle el novillo más de la cuenta a la cavaleira (el ruedo de esta plaza trasmontana es grande y no debería de abusarse del uso del banderillero), el banderillero Ganhão tuvo la suerte inmensa de toparse con un novillo con fuerzas limitadas... que si llega a ser un toro, difícilmente saldría ileso del percance que duró más segundos -eternos- de lo que las fotos de ARAÚJO MACEIRA reflejan. Lo que pudo haber sido algo serio, se quedó en un momento triste y de enorme susto. No hay más que ver la cara de Ganhão en las fotos siguientes...