Gran faena en su primero) En la "laguna" de Fregenal de la Sierra naufragaron luego las ilusiones de Juanito
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La arena se convirtió en un "lago". El presidente suspendió la corrida y Juanito no pudo lidiar su segundo toro, naufragando así -forzosamente- sus ilusiones de triunfo en Fregenal de la Sierra. |
tribuna da tauromaquia (con los datos aportados por Néstor Segura)
João Silva "Juanito" tuvo muy mala suerte este domingo tarde, tormentoso y traidor, en Fregenal de la Sierra. Tras una faena cumbre, excelente, el acero le jugó una mala pasada y se llevó las dos orejas, o dos y el rabo, que seguro habría cortado Juanito, si hubiese matado bien y a la primera. Pero a veces pasa esto en el toreo y... esta vez la suerte no estaba con el diestro lusitano, aunque sí sus ganas de agradar -inmensas- y su muy notable clase, reflejada en una gran faena instrumentada sobre su primero, como bien pueden acreditar todos los presentes en la plaza, como nos relataba nuestro colaborador Néstor Segura, al que la tremenda lluvia con que se cerró la corrida -se inundó el ruedo- le costó la salud de su tablet, afectada por la humedad esta noche y... al parecer inutilizada.
Nos contaba Segura cómo Juanito tenía todas las esperanzas puestas en el toro segundo de su lote, el que iba a cerrar plaza. Pero nos narraba cómo la mala suerte, esta vez en forma de enorme descarga pluvial desde los cielos, impidió que la corrida llegase al final, no lidiándose ya el sexto toro. Juanito se quedó así con el amargor de no poder cortar trofeos en esta tarde fin de temporada, después de haber bordado el toreo en muchos momentos de la faena de su primer toro. Sensación de frustración en diestro lusitano, pero también en el público que ya se frotaba las manos (tras haber visto a Juanito por momentos enorme en su primer toro), todos a la espera del sexto toro... cuando la tarde comenzó poco a poco a empeorar; y es que ya a poco de arrancar el festejo se veía venir lo que luego poco a poco se vino encima de todos los presentes en la histórica plaza de Fregenal...
Fue triste ver cómo la lluvia descomponía la tarde que había llegado a su momento álgido, en la lidia del quinto toro, un ejemplar de Algarra excelente, al que se le dio con todo merecimiento la vuelta al ruedo. Los toreros no se arredraron ante lo que el Cielo comenzaba a enviar... la foto de Emilio de Justo paseando bajo la lluvia sus dos orejas y rabo que cortó al quinto, es la imagen de marca de una tarde que, con buen tiempo podría haber sido rotundamente grandiosa.
La amenaza latente de la lluvia presidió el festejo. Pero no arredró a los toreros. Exasperó al público, buena parte del cual, como nuestro estimado Néstor Segura, acudieron a la plaza sin paraguas y sin plásticos protectores.
Luego vino lo que vino, gradualmente, hasta que fue imposible continuar con la corrida. Por medio, hasta tuvimos un susto muy grande para Morante de la Puebla, al que echó mano -volteándolo- en un trance muy feo el cuarto de la tarde. Felizmente José António se repuso, acabó mandando y pasaportando al animal, cosechando una fuerte ovación de un público que se resistía a irse de la plaza aún con la amenaza de los cielos con aquellos nubarrones. No en vano, tras la oreja que Morante cortó a su primero y las dos que Emilio de Justo había cobrado tras su faena al segundo de la tarde... lo mejor estaba aún por llegar, pese a la lluvia : no importó el líquido elemento a Emilio que acabaría cortando en el excelente quinto toro (ya se dijo lo de "no hay quinto malo" -a veces-) dos orejas y rabo del astado con el hierro de Luis Algarra -luego premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre-. Muy bien con el capote el extremeño De Justo, pero aún estaría más lucido si cabe con la muleta donde logró una faena cumbre, que recordó la que Juanito había hecho al tercero de la tarde -malograda con la espada-. Pero en el caso de Emilio de Justo no hubo opción para la mala suerte : estocada hasta la empuñadura y se acabó el toro, tras una faena completa, con toreo para saborear en la cadencia tan especial que De Justo supo imprimir a sus muletazos. El público pidió con mucha fuerza los máximos trofeos.
Tras la lidia de ese quinto toro, el festejo fue suspendido definitivamente por el presidente, ante el mal estado del ruedo debido a la gran cantidad de lluvia caída que acabaría por inundar la arena.
FICHA DEL FESTEJO
Histórica plaza de toros de Fregenal de la Sierra, Badajoz. Corrida con practicamente lleno en los tendidos y en tarde que acabaría en lluviosa.
Se jugaron toros de San Pelayo, Luis Algarra - dándose la vuelta al ruedo al quinto- y Ave María. El sexto toro previsto ya no saldría al ruedo al suspenderse definitivamente la corrida por la lluvia.
Morante de la Puebla, oreja y ovación.
Emilio de Justo, dos orejas y dos orejas y rabo.
Juanito, gran ovación en el único que pudo lidiar.
(Imágenes cedidas por el equipo de João Silva "Juanito")