tribuna da tauromaquia by Araújo Maceira. 

Les ofrecemos hoy un amplio reportaje gráfico sobre una reciente actuación del rejoneador español Andrés Romero, en la plaza portuguesa de Figueira da Foz. Romero estuvo por momentos brillante y encandiló al público con su toreo no exento de espectacularidad. Pero en su afán por dejarse llegar al caballo los toros, por la búsqueda permanente de la proximidad entre el equino y el toro, la realidad es que recibió el caballo más de un toque del toro, como incluso se puede perfectamente observar en dos o tres de las fotos que ofrecemos ahora. Romero, que es un buen rejoneador y que tiene una excelente cuadra de caballos, a la que lleva en ocasiones al límite, debería ir corrigiendo el problema de los toques, siempre tan antiestéticos y que acaban por ser desdoro por muy buena faena que el jinete esté construyendo... 

La permisividad de los públicos en este aspecto de los toques en las faenas a caballo, debería volver a ser como antaño : tolerancia cero, para exigir así a los toreros que se esmeren más... La ventaja que en Portugal tiene torear con la cuerna de los toros enfundada en cueros, no debe de ser patente de corso para recibir de vez en cuando toques y empujones del toro al caballo, sin que ello importe... la faena, como mandan los cánones, debe de ser limpia, sin toques... y aunque el tràgala de los públicos se ha consolidado con el devenir de estos tiempos modernos, la norma ha de ser intentar la faena, brillante, importante, pero sin que el toro toque al caballo... porque si no llevasen fundas en su cornamenta, habría que ver cómo salían algunos caballos de la plaza... desde luego que no con el resultado de unos cuernos enfundados; es fácil imaginar lo que pasaría si se torease en puntas, con la mala costumbre que varios cavaleiros y rejoneadores han cogido... de dejarse tocar los caballos una y otra vez. Para nosotros, desde luego, los toques empañan las faenas. Y en el caso de Romero, que en Figueira da Foz estuvo importante por momentos en su Toreo, digamos que empañó parte de aquel brillo precisamente por los toques... algo que Bastinhas, por ejemplo, cuidó más y mejor.