A genialidade, o sentimento, a essência do Toureio de décadas atrás, voltou com Salgueiro em noite de inesquecível lembrança

Texto de Eugénio EIROA - Fotos de ARAÚJO MACEIRA

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Era la "corrida de los 3 maestros". Y los tres maestros estuvieron bien, pese a que los toros no fueron nada del otro mundo. Los tres maestros estuvieron bien porque llegaron en algunos casos a inventar toro donde no lo había, a vestir muy brillantemente el muñeco y, cuando aparecieron toros aprovechables -como pasó en el caso de Salgueiro- hicieron aparecer la magia, el ensueño, avivando los recuerdos de aquellas décadas atrás cuando estos tres eran el no va más del Toreo en Portugal.

Fue una corrida genial, un invento estupendo de Rui Bento Vásquez que se perfila como el gran promotor taurino, el que tiene la cabeza mejor amueblada para crear carteles capaces de arrastrar público, cuidar todos los detalles y cosechar los merecidos éxitos, como el fenomenal de anoche en el coso nazareno. 

Pero hay más... mucho más. Ayer, en Nazaré, hubo un tipo, un viejo rockero, que peina canas y tiene 55 primaveras anotadas en el cartão de cidadão portugués. Es ese que se asemeja tanto con sus genialidades a un Curro Romero a caballo. Es ese que un día, cuando el y yo éramos mucho más jóvenes, al que vi en la plaza de Setúbal hacer una faena de antología a bordo de aquellos "Heroi", "Isco", no sé si también "Fuzileiro", que entonces manejaba. De madrugada, tras la corrida, en un bar de carretera del camino viejo para Alcácer do Sal, compartimos una cerveza, mientras yo le decía que toreando así podía llegar a donde quisiese...

Pasaron los años y João Salgueiro llegó a todo y... algunas veces, sin embargo, no llegó a nada. Su manera tan especial de ser, tan suya; su bohemia, le hizo estar dónde quería, torear cuando quería, disfrutar donde quería... ser el, siempre el, Salgueiro, genio y figura.

Pasaron los años y mostró un montón de veces que sabía torear, torear bien hasta que nos saciásemos; pero también nos demostró que dueño de el, de su cabeza, de su ser, era el... no eran los públicos; toreaba y vivía, cómo el quería; en nada influído, en todo con su sello personal. Una opción tan digna como respetable, faltaría más.

Hay quien dijo que para torear con los sentidos, con el sentimiento a flor de piel, hay que ser especial. Como Curro Romero lo fue... lo recibían multitudes expectantes; lo despedían a veces con almohadillas los ignorantes, los que creían que pagaban para tener seguro que Curro derramaría siempre, con sus actuaciones en la plaza, la quintaesencia del Toreo que el tan bien encarnaba cuando era su día, pero "su día" no era siempre...

Y es que este tipo de toreros, toreros-artistas, no siempre están. Porque para estar, antes, tienen que sentirse, profundamente, tienen que centrarse, tiene que ser ellos mismos al ciento por ciento, cuando llega la hora de extender un capote o mandar partir a galope a un caballo...

A João Salgueiro, ahora, a las diez de últimas, un gestor-empresario taurino le convenció para entrar en un cartel de 3 maestros...Y el cavaleiro de Valada do Ribatejo aceptó. Tal vez porque sabía que este taurino de pro que organiza lo de Nazaré, cuida mucho las cosas, no falla en los detalles y... ha sido cocinero antes que fraile; no es un impresentable como alguno de esos que andan por la Fiesta portuguesa encima en plan sepulcro blanqueado.

Fue este sábado a Nazaré el genial João Salgueiro, dispuesto a formar un lío a poco que los toros colaborasen. Los suyos, al menos, sirvieron. Y apareció la buena estrella que iluminó tantas veces la carrera al fin y al cabo brillante de Salgueiro. Desde el principio, al final... palmo a palmo, metro a metro en el pequeño ruedo, surgió la magia, el encanto del toreo salgueirista. Ese toreo que engarza a la perfección caballo y toro, fusionándolos por momentos admirablemente en una unidad de destino. Ese toreo que en los momentos en que el toro flojea o no colabora, inventa lo que parecía ininventable y parte de repente hacia el pitón contrario, abre luego magistralmente el hueco tras abrirse el toro y por ahí se cuela, rematando bien la suerte, clavando en un palmo de terreno, de arriba a abajo, como mandan los cánones y saliendo a galope de la reunión, enardecido el torero por lo conseguido y enardeciendo así al público por la maravilla que sus ojos pudieron ver.

João Salgueiro nos agasajó en la noche del sábado, a quienes tantas veces le vimos toreando así -cuando era joven- con dos actuaciones que son como un grandioso álbum con los mejores momentos de su carrera,  recordados en las lidias respectivas del tercer y del sexto toro de la noche. Cerrábamos los ojos y nos parecía estar viéndole, en Setúbal, en Santarem, en Lisboa, en Évora y en tantas y tantas plazas donde le habíamos visto en estas décadas que quedan atrás... Parecía que no había pasado el tiempo; pero sí, las sienes blancas, la edad que no perdona y...   sin embargo, el magisterio inalterado, la rotundidads de sus expresiones, el convencimiento de estar en su papel de torero; torero capaz, de sentimientos profundos, exteriorizados en el ir y venir sobre la arena, en la perfección de los movimientos hechos con sus caballos, en una especie de ballet a veces con el toro, a veces en solitario cavaleiro y caballo... con los coros del público en forma de olés! y ovaciones rotundas, mezcla de agradecimiento emotivo por mostrarnos lo mejor de su tiempo de torero enorme... y agradecimiento de los más jóvenes, los que incluso no le conocían... más que por lo que sus padres les habían contado...

---Hay un cavaleiro llamado João Salgueiro que aún torea de vez en cuando... vamos a ir a verle a Nazaré y así ves cómo era el Toreo hace diez, quince, treinta años atrás en Portugal. Este tipo si está inspirado es genial sobre un caballo; una vez en Lisboa tuvo una especie de éxtasis tras una gran faena... saltó del caballo y se echó materialmente encima del toro, a provocarle una embestida a pecho descubierto y luego darle un quiebro con su cuerpo al toro, evitando que este le cogiese una vez que se le arrancó... Es un tipo genial, si está inspirado la monta; y si no es su día pasa sin pena ni gloria... una especie de Curro Romero en sus tiempos, solo que a caballo, para que lo entiendas....

Nazaré. Sábado, 19 de agosto de 2023. João Salgueiro está más que inspirado. Y pese a sus 55 años va y la lía... la gente sale de la plaza, como suele decirse, toreando... Y preguntando : ¿no va a torear más veces este año?. Nos gustaría ir a verle de nuevo...

La TRIBUNA da TAUROMAQUIA publica ahora más de 70 fotos que recogen momentos muy especiales protagonizados por el maestro JOAO SALGUEIRO anoche, en la plaza de Nazaré. Disfruten, tanto si estuvieron en la plaza, como si no pudieron acudir...







































































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