La cavaleira Ana Rita dijo lo que dijo (leer aquí). Y tras lo que dijo, acusaciones que no eran cualquier cosa, que denunciaban desde su punto de vista un estado de cosas... un manto de silencio se extendió sobre lo dicho por la cavaleira vilafranquense afincada en las Aveiras de Cima. 

Silencio absoluto por parte de quienes deberían de ser los primeros en hacerse eco de tan frontales acusaciones... definitorias sobre cómo presuntamente están ciertas cosas en la Fiesta en Portugal. Silencio absoluto -salvo un caso tarde y mal- por parte de quienes tienen pluma para escribir, incluso por quienes poseen máquina para retratar (algunos tan dados a exhibirse en redes sociales)... por parte de quienes deberían de estar para contar lo que pasa (y más ante unas acusaciones de semejante calibre) y, sin embargo, silencian, echan tierra a un asunto que al aficionado de a pie le escandaliza, pero a ellos no... aunque cabe imaginar por qué.

Pero si a los escribas -algunos más bien fariseos- les trae sin cuidado que una cavaleira de nombre denuncie cómo funcionan ciertos tinglados, también es cierto que a las asociaciones taurinas, como la Associação Nacional de Toureiros -Ana Rita habló de lo que no dejaría de ser una hipotética competencia desleal-, mismo la Associação Portuguesa de Empresários Tauromáquicos... ningún ente reaccionó ante las palabras de la cavaleira. Silencio absoluto, desprecio tal vez, esa ha sido la reacción. "El que calla otorga", dice el dicho popular. En fin...

La Tauromaquia, en Portugal, en España también, va por dos caminos : el de los aficionados, que se escandalizan, que se preguntan cosas ante lo que leen (las declaraciones de Ana Rita a la revista Flash!)... y el de los "agentes taurinos" (parte de ellos) que con el mayor descaro, ni se inmutan... cuando su obligación sería decir algo : si son ciertas las acusaciones de Ana Rita, poner remedio cuanto antes a lo denunciado; y si son falsas, decirle a quien las profirió, que eso es falso y va mal por ese camino.

Todo, menos callar. Pero si es grave el silencio y desprecio que se deduce por parte de ciertos "agentes taurinos", tanto o más lo es, con sus vergonzantes silencios, la actitud de quienes disponiendo de plataformas informativas para hacerse eco de algo que es impactante, lo silencian descaradamente... ¿Para qué tienen esas plataformas informativas, pseudo-plataformas para mejor decir : para tener bilhetes de borla para acudir a ver corridas de toros?...

E. E.