Festival en Sevilla, de buen toreo, de buen gusto y de plaza llena de público y de nostalgia... porque Curro es y será siempre Curro Romero
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Un cierre de buen toreo y buen gusto, dijo el cronista del Diario de Sevilla, transmitiendo su crónica desde la misma plaza.
FESTIVAL BENÉFICO | CLAUSURA DE LA TEMPORADA EN LA MAESTRANZA
Lluvia de orejas con El Cid, Luque y Oliva Soto al copo, Aguado con una y sólo ovaciones para Diego Urdiales y Javier Zulueta. Los seis toreros brindaron sus toros a Curro Romero.
Para el veterano cronista Luis Carlos Peris, Urdiales tenía sitio justificado en este cartel en ausencia de Morante. Con un jabonero de Núñez del Cuvillo se lució a la verónica para hacer luego una faena pulcra y de mucha torería, pero sin emoción. Sólo cosechó una gran ovación a la que correspondió saludando desde el tercio.
Demostró El Cid que está de sobradas condiciones y más que en forma, para retornar a todas las ferias que componen una temporada. En los medios se metió el público en el bolsillo con con su toreo vertical, de muletazo largo y templado. "Abrió la espita de la euforia Manuel Jesús con una faena sólida y de mucha enjundia", explicó Luis Carlos Peris en el Diario de Sevilla. Mató de eficaz estocada le dieron las dos orejas, con los tendidos vibrando en su favor.
Daniel Luque apostó por el toreo de cercanías. "Hasta llegar al arrimón, Daniel había dado un recital de toreo bueno, pero el público de ayer en la Maestranza era muy de aluvión y lo cierto es que no reaccionó hasta que Daniel se metió en los pitones para calentar con esa tauromaquia tan suya y tan sincera. Y ya con la plaza como un manicomio llegó el colofón de la muerte de bravo toro de Zacarías Moreno que se fue entre aplausos al desolladero mientras Daniel Luque exhibía ufano las dos orejas del enemigo", así lo contó el maestro de la crónica taurina Luis Carlos Peris.
Apareció en escena un gitano : Alfonso Oliva Soto. Desde la verónica de suerte muy cargada hasta el final, aprovechó al máximo un astado de El Parralejo... "Torero de indiscutible personalidad, cuajó una faena en la que predominaron los redondos y los desplantes", apuntó Peris. Una certera estocada y cortó las dos orejas del buen toro de El Parralejo.
Llegó el turno de Pablo Aguado. El esperado capote del brillo : "ora a la verónica, ora por delantales y chicuelinas, el buen gusto se adueñó de la escena y tras el consabido brindis a Curro, Pablo se fue a la boca de riego para el deleite del buen aficionado....". Dijo allí Aguado lo que con naturalidad bien sabe decir, luciéndose con el morlaco de El Vellosino pero cortando al final solamente una oreja.
Daniel Luque apostó por el toreo de cercanías. "Hasta llegar al arrimón, Daniel había dado un recital de toreo bueno, pero el público de ayer en la Maestranza era muy de aluvión y lo cierto es que no reaccionó hasta que Daniel se metió en los pitones para calentar con esa tauromaquia tan suya y tan sincera. Y ya con la plaza como un manicomio llegó el colofón de la muerte de bravo toro de Zacarías Moreno que se fue entre aplausos al desolladero mientras Daniel Luque exhibía ufano las dos orejas del enemigo", así lo contó el maestro de la crónica taurina Luis Carlos Peris.
Apareció en escena un gitano : Alfonso Oliva Soto. Desde la verónica de suerte muy cargada hasta el final, aprovechó al máximo un astado de El Parralejo... "Torero de indiscutible personalidad, cuajó una faena en la que predominaron los redondos y los desplantes", apuntó Peris. Una certera estocada y cortó las dos orejas del buen toro de El Parralejo.
Llegó el turno de Pablo Aguado. El esperado capote del brillo : "ora a la verónica, ora por delantales y chicuelinas, el buen gusto se adueñó de la escena y tras el consabido brindis a Curro, Pablo se fue a la boca de riego para el deleite del buen aficionado....". Dijo allí Aguado lo que con naturalidad bien sabe decir, luciéndose con el morlaco de El Vellosino pero cortando al final solamente una oreja.
Cerraría la tarde, el novillero de moda, tan apoyado por la empresa de La Maestranza, Javier Zulueta. Su novillo de Jandilla humillaba exagerado, tanto que se dio cuatro costaladas... lo que provocó que el público se pusiera en contra al no ser devuelto el astado. Javier trató de torear llevando con pinzas al novillo a media altura y... cuando llegó la hora de la verdad, el mal uso de la espada derivó en una simple ovación como agradecimiento del respetable.