El maestro decidió irse este año de los ruedos, cuando cumple 40 años de alternativa.
Sabe como tiene su espalda, el calvario que arrastra en ese su "talón de aquiles". Y decide bien, decide irse ahora y que le recuerden en plenitud, que no por arrastrarse por las plazas en un futuro...

Anda ahora, en una serie de plazas de especial interés, toreando para despedirse de los públicos; anoche lo hizo en Figueira da Foz. Con un solo toro... abriendo plaza, sin gestos de altisonancia y sí de sencillez, sencillez brillante, muy brillante, lo que le hace más grande aún. Maestro Rui Salvador.

Salió a por el toro. Y nos vino a decir en una lidia propia de un maestro, plena de detalles de sabor añejo, de incuestionable calidad, que se va un gran maestro, se va un torero a caballo de pies a cabeza. Toreó en Figueira da Foz pletórico, como si estuviese en actividad permanente, como si estuviese dispuesto a seguir más tiempo... porque sigue toreando como los ángeles.

Pero la procesión va por dentro. Y Salvador -mejor que nadie- sabe bien cómo está su columna. Aún así, ayer nos dijo a todos... gracias por acudir a esta despedida. Y nosotros, los aficionados, le dijimos : gracias por tanto como has sabido darnos, maestro.
Se va un grande, un torero a caballo muy grande, que marcó -y aún marca- un tiempo. Se va el cavaleiro de los ferros impossíveis. ¡Qué pena!.

Pero la Vida es esto, está llena de principios y finales. 
La estampa del fiel apoderado, Amorim, sentado en un banco, un par de horas antes de la corrida, en el exterior de la plaza, es la estampa de quien más que nadie lamenta que Salvador se marche dejando de ser torero en activo. El y su poderdante, que tantas cosas hicieron juntos, en la recta final de una temporada preparada para decir adiós. Para decir adiós por todo lo alto, como el maestro, con una gran actuación, dijo en el Coliseu Figueirense.

Las fotos, como siempre, son de ARAÚJO MACEIRA :