Un mini-sindicato de difamadores...  ¡Era lo que nos faltaba en la Tauromaquia portuguesa!. De un tiempo a esta parte, determinado agente taurino especialista en actuar como "correveidile" anda preocupado por las críticas que alguna que otra vez hemos formulado hacia los resultados de la labor de un par de agentes taurinos a los que anda últimamente medio-allegado.

Tratando de hacerse el gracioso o el útil-indispensable a ojos vista de sus nuevos "benefactores", anda embarcado en difundir a los cuatro vientos, en el boca a boca incansable, una serie de falacias, embustes, difamaciones... en las que salpica claramente a la TRIBUNA da TAUROMAQUIA, presentando a nuestra web como una especie de arma arrojadiza... y -¡para más INRI- manejada a su antojo por un empresario taurino portugués.

Con 70 años encima y 50 de Periodismo que cumpliremos el 10 de agosto venidero no deberíamos prestar la más mínima atención a las maniobras de semejante pobre desgraciado.

Hasta aquí -la historia ya viene arrastrándose e incrementándose durante meses-- habíamos aplicado esa política : dejar ir... no dar importancia. Pero llegados a este punto y hora, hay que cortar por lo sano, decir basta, porque en el fondo -si así no lo hiciésemos- estaríamos pisoteando nuestra propia autoestima.

Pensar que la TRIBUNA da TAUROMAQUIA es un medio -para colmo escrito en español en un 75%- tan influyente en la Tauromaquia Portuguesa como este desgraciado tan firmemente "acredita"... es algo que por un lado nos hace felices, pero por otro nos sume en profunda tristeza, porque la realidad no es otra que triste : tener que asistir, tener que soportar los delirios de un aventurero taurino y de tres o cuatro que a su alrededor puedan andar.

Ante la difamación, ante el embuste, ante la falsedad, ante el ir con el cuento falso de esquina a esquina... vayan estas líneas para decir al pobre desgraciado este, que nuestra línea informativa, nuestra línea editorial es la misma del primer día y en momento alguno va a cambiar. 

Y a quienes quieran prestar oídos a los delirios de este deleznable sujeto que hoy nos ocupa, a sus permanentes intoxicaciones, solamente recordarles que quien hace un cesto, hace ciento... y que, en el fondo, este desgraciado lo que está es carcomido por la envidia, la de ver que día a día, sus organizaciones, sus promociones... no llegan ni a la suela de los zapatos de lo alcanzado siempre por otro taurino portugués que está ahora mismo en boca de todos por la excelencia de lo que hizo y sigue haciendo. Ese es el verdadero problema para el desgraciado y ruín difamador : que es incapaz de lograr y hacer lo que el otro hace...  y la emprende difamando a su rival y metiendo por medio a la TRIBUNA da TAUROMAQUIA difamándola también...

TRIBUNA da TAUROMAQUIA no es culpable de los fracasos, de las turbulencias, de las rupturas del envidioso desgraciado con determinados socios, de sus nuevos fracasos en las nuevas alianzas... no es culpable de las consecuencias de los errores cometidos en la gestión taurina por este pobre hombre que sigue empeñado en hacer de la maledicencia un oficio.

Finalmente, aún y sobre todo... la desgracia de este sujeto -que insiste en hablar pestes de todos aquellos que le hagan sombra- es no darse cuenta de lo que refiere aquel dicho :

Pode-se enganar a todos por algum tempo; pode-se enganar alguns por todo o tempo; mas não se pode enganar a todos todo o tempo. (Nota: adaptação da frase do protestante francês Jacques Abbadie).

Y este desgraciado al que hoy dedicamos estas líneas ha dejado, definitivamente, al menos a nosotros, de engañarnos. Excusa de llamarnos, excusa de enviarnos nada, excusa de insistir en tender puentes... demasiada benevolencia hemos tenido en el pasado. Ya van dos veces en que le devolvimos el crédito. No puede haber una tercera, salvo que nos embadurnemos con su propia porquería. 

Punto y final. Obremos en consecuencia.

EUGÉNIO EIROA

Imagen : "Cuentos de oreja 
a oreja" (Radio UNS - Argentina)