Roca Rey en acción

TRIBUNA da TAUROMAQUIA - Néstor Segura / Fotos : F. I. T. - Empresa de Olivenza
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Plaza de toros de Olivenza, provincia de Badajoz. Cuarto y último espectáculo de la Feria de 2024. Lleno en los graderíos de la plaza. Toros de Hnos. García Jiménez, Olga Jiménez (1º) y La Ventana del Puerto (2º bis)...
• MORANTE DE LA PUEBLA, ovación y silencio.
• JUAN ORTEGA, oreja y ovación.
• ROCA REY, oreja tras aviso y ovación tras petición.
No fue tarde para Morante. Le tocó en suerte un primero (de Olga Jiménez) que intentaba dar tornillazos y se quedaba solamente en puntear lo que le ponían delante; toro apagadito, sin motor...
El cuarto de la tarde tampoco fue gran cosa para que Morante pudiese hacer algo notable. Probó el de la Puebla pero aquello no tenía demasiado por donde cogerlo... Despachó, algún irrespetuoso hizo sonar sus silbidos y... ¡hasta luego, Lucas!. Queda para Castellón el asunto, a ver si allí hay mejor suerte.

El Ortega, Juan, que debutaba en Olivenza esta tarde de Domingo, vio como el toro que le correspondía inicialmente, se dejó un pitón al emprenderla con un burladero. Le echaron así, de seguido, un sobrero de la Ventana del Puerto. Más o menos presentable, pero sin demasiado emplearse el toro en los lances de recibo con los que le obsequió Ortega, entre ellos delantales de buen gusto. En su faena de muleta estuvo aseado, mostrando más su apuesta por la estética que por la esencia. Mató bien y logró oreja.
El quinto toro, poco presentable... sirvió para que el torero más o menos se luciese con el capote, bien a pesar de la escasa presencia del astado. Llegó la muleta y cantó la gallina (el toro) con su falta de calidad y evidente aspereza. No se descompuso Juan Ortega en su intento de faena. El toro buscaba entablarse y a Ortega se le aplaudió su firme voluntad de agradar. 

Completaba cartel Roca Rey. Quería Andrés el triunfo rotundo que no llegó. Destacó en lances por chicuelinas y tafalleras del quite.  No escatimó esfuerzos ni repertorio, incluso hincado de rodillas,  alargando la faena y escuchando un aviso. En la muleta con este tercero, interesantes redondos, perseverancia para ver de conectar la calidad -intermitente- de algunas tandas;  sabía que el público necesitaba algo para prender la mecha : no escapó así Roca Rey al indispensable arrimón marca de la casa y, entonces sí, la grada se manifestó rotundamente a su favor. No dio concesiones con la espada, pese a algún defectillo; y cortó la primera oreja en su lote, muy aplaudido por la concurrencia.
En el que cerró plaza y con Antonio Manuel Punta apretado a la salida de un par de banderillas, viéndoselas y deseándoselas hasta tomar el olivo... Roca Rey brindó a la plaza, a los que tanto le habían aplaudido en algunos de sus momentos de arriesgar, en el tercero.
Vimos así, en el cierre de la tarde, una renovada apuesta del peruano por entregarse en todo momento, por insistir en meterse entre los pitones del toro...  mostró poderío en el segundo de sus toros, como lo había mostrado en su primero, Roca Rey se impuso en todo momento; lo hizo cuando optó por la corta distancia, también cuando bajó la mano, también cuando toro y torero -las muy pocas veces- lograron ese ensamblaje casi perfecto con el que sueña un torero cuando se mete de lleno en faena. Pero la espada, ¡ay, la espada!, dejó las cosas sin posibilidad de abrir la puerta grande. Algunos entusiastas pidieron la oreja de este último toro para el Rey Roca. Pero el presidente dijo que ni hablar, que esta tarde, la cosa se quedaba en Roca Rey. Y acertó la presidencia.