El cordobés Lagartijo y el niño-torero local Jorge Díaz acabaron por salir en hombros en Chota


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TRIBUNA da TAUROMAQUIA
+ Texto : MAGALY ZAPATA, en la plaza de toros de CHOTA (Perú)
+ Fotos : MAGALY ZAPATA
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Chota: El cordobés Lagartijo indulta un gran Apu Saywa en el festival de Todos los Santos. Uno de noviembre 2023. Quinto año que se celebra el festival taurino benéfico de Todos los Santos para continuar con la obra de la Catedral de esta ciudad y fue la plaza de toros El Vizcaino el escenario que ha visto triunfar al heredero de una dinastía cordobesa, Javier Moreno ‘Lagartijo’, quien se llevó orejas y rabos simbólicos de un gran novillo de Apu Saywa, de Arequipa, del ganadero Wilber Quispe quienes dieron apoteósica vuelta y salieron triunfales del coso. 

Una novillada que sirvió, tuvo calidad y entrega, nobleza aunque algo de fuerzas justas pero que dejó estar y disfrutar a los actuantes. 
Paco Céspedes estuvo a gran nivel tanto con el capote como con la muleta. Lo vimos fino y templado toreando con gusto. Oreja. Su novillo tenía galope y trasmitió. 
Damián Castaño, de Salamanca, tuvo uno que salía suelto del capote pero sin hilvanar le roba verónicas. Fue generoso luciendo el galope de su novillo al que sujetó en los medios y templó, incluso a pesar del viento. Me quedo con un natural hondo y largo. Pincha y oreja. 

Hasta ese momento no imaginábamos que llegaría el revolucionario de la tarde. Un dinástico entroncado en la familia de los califas del toreo de Córdoba, Lagartijo y Manolete. Pues bregó en el saludo para sentir y hacer su novillo. Y tras banderillas empezó a reunirse en el embroque y bajarle la mano con la virtud de dejar siempre la muleta puesta y en los medios ligar el toreo, templando y en largo, hasta formar un lío gordo, con las dos manos. No faltaron los del desprecio incluso mirando al tendido. Salió el mayoral a pedir el indulto. La faena fue de exigencia y larga que el novillo aguantó sin perder sus virtudes bravo, fijeza, humillación, repetición, nobleza y clase. Fue así que tras la petición unánime del público el palco echó afuera el pañuelo y el arequipeño novillo fue devuelto a corrales. Apoteosis en la vuelta al ruedo con los trofeos simbólicos y un público feliz. Guiño del diestro de vestir indumentaria del paisano chotano, poncho, faja y machete al cinto para el paseíllo. 

La novillera española María Del Mar Santos imprimió temple y gusto a su labor con la muleta. Enterada de los terrenos para buscar que el rajadito se entregara, lamentablemente pinchó quizás por extenderse en la faena. Vuelta al ruedo. 
El Niño-Torero de Chota, Jorge Diaz, salió a revienta calderas. Una larga de rodillas que siendo tan tierno en el toro no es fácil enfrentar y bien. Lo hizo y después por verónicas, aunque se le iba suelto, quite por tafalleras. En muleta afloró su bisoñéz pero no sus ganas y a pesar de los revolcones en banderillas, entendible por su estatura, plantó cara con muleta. Primera vez que toreaba un becerro de ese tamaño me dijo su maestro Paco Cespedes. Fue fuertemente ovacionado en su vuelta al ruedo. 

Los recortadores ecuatorianos de Huagrajampi mostraron sus habilidades en recortes y saltos mortales incluso del Ángel y recibieron ovaciones del público que los acogió y disfrutó en sus dos toros, primero y sétimo. Con ellos se cerró la quinta edición del Festival de Todos los Santos cuyos fondos irán a la terminación de la Catedral de Chota. Iniciativa que nació hace años de Monseñor Ricardo Coronado por su gran afición y con este noble fin. Y desde entonces contó con el desinteresado apoyo del taurino y empresario español César Soto, quien convoca a los diestros actuantes para que también colaboren con la causa, lo mismo que los profesionales peruanos, caso de Fernando Villavicencio que no pudo concurrir por la delicada salud de su señora madre y en su lugar lo hizo el también peruano Paco Céspedes. Y también a los subalternos, banderilleros y picadores, y en este año el ganadero de Apu Saywa, que anualmente apoyan desinteresadamente esta causa. 
Todos los participantes diestros y subalternos recibieron una medalla y diploma de reconocimiento y agradecimiento

Soy Magaly Zapata, les escribo desde Chota; dejé Lima tras la primera de abono en Acho, sin dudarlo, porque estaba segura, como ha sido, de llegar a una tierra en la que me siento como en casa y a disfrutar de lo que tanto apasiona, ver y narrar toros. Enhorabuena a los sacerdotes de la Prelatura chotana que continúan la obra, a mis amigos Cesar Soto y Roque Coronado por siempre poner el hombro y estar al quite en toda situación se tercie. Así pues, con la felicidad de ver un gran novillo indultado y un torero arrollador que lo entendió y aprovechó me devuelvo a casa contenta de cerrar mi temporada 2023 fuera de Lima con una gran tarde taurina.