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TRIBUNA da TAUROMAQUIA
+ Texto : MAGALY ZAPATA, corresponsal en América
+ Fotos : MAGALY ZAPATA, en la plaza de Lima (Perú)
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El domingo 29 de octubre abrió en Lima (Perú) la Feria Señor de los Milagros 2023, con mucho sol y calor en los tendidos que quizás vieron un aforo con  más de media entrada. Una tarde que sobre el papel estaba llamada a hacer historia pues reunía a dos diestros peruanos que llevan sus respectivas carreras entre Europa y Perú. 
Es así que Andrés Roca Rey, número uno de la coletería mundial, se medía en casa con Joaquín Galdós y ha sido éste quien salió triunfador, porque tuvo un lote más parejo en hechuras y condición. El lugar común taurino apunta que los buenos toros descubren malos toreros y este no fue el caso, todo lo contrario, los entendió y aprovechó, con clase y gusto los toreó, aplicando lo justo en alturas y distancias, sembrado con su segundo pero tocó pelo en su primero. Una oreja que bien pudieron ser dos, si no media el indescifrable público que hoy no midió con justeza su labor pues otra pudo haberse llevado de su segundo. 
Lo contrario sucedió con Roca Rey que  no pudo conseguir lucimiento con su lote disparejo de hechuras y  en contenido y continente y tuvo que oír airadas protestas por la presentación, incluso pechar con uno manso que puso la guinda a su agrio pastel. Pudo haber cortado una de su primero de no fallar con el estoque y llegar al descabello.  

De sobresaliente hizo el paseíllo César Bazán 'El Yeta'.  
Se lidiaron toros de 3 casas ganaderas nacionales en 5 hierros diferentes, destacando el de El Olivar, salió segundo y le dieron vuelta al ruedo, y el de Los Azabares que hizo cuarto y fue aplaudido en el arrastre.  Fueron fuertemente protestados el tercero y  el quinto, en un caso por su trapío y en otro por su condición de manso. Incomodó demasiado la tierra suelta del ruedo que se levantaba en cada faena, un aspecto que se tendrá que mejorar para las próximas fechas, como el agua en los servicios.  
3.30 es la hora taurina y puntual en Acho tras la que debe trenzarse el paseíllo y dar inicio a la corrida que esta vez se vio retrasado más de media hora por llas evoluciones del escuadrón de Marina en el ruedo que llegó tras el minuto de silencio, habitual cada vez que empieza una feria, pero que sumado a la vuelta al ruedo de la Asociación Cultural Taurina y el Himno Patrio retrasaron demasiado el inicio de la corrida.  Hasta no hace mucho tiempo, espectáculos como este, incluso barridas de caballos de paso, se realizaban previamente.  Usos de hogaño han hecho que esto cambie y no entendemos la razón. 

Suena el primer clarin a las 3.59 pm y sale uno de San Pedro de nombre Ratón, número 264 con 545 kilos en tablilla pero que no se emplea en el capote de Roca Rey, va informal y nada que contar. Un bocinazo dijo 'que vergüenza de ruedo'. Se levanta mucho polvo. Llega el tercio de varas y cae trasera. El toro va con la cara alta en banderillas e incomoda el tercio, se luce Ronald Sánchez. Inicia su faena Andrés muy quieto y con pases por alto. Mejor se emplea por el derecho por donde sustenta la faena templando por abajo pero su labor no levanta vuelos y decide por el arrimón debido al escaso juego del burel.Decide ir por el acero y pincha hondo. Dobla pronto. Se levanta. Tres descabellos.  Silencio. 
Gran faena de Galdós al segundo de la tarde. Se llamó Lúcumo, de El Olivar, número 221 con 503 kilos. El toro se empleó por bajo en el capote de Galdós que mece las verónicas enjaretadas y el público vibra en olés. Era un jabonero sucio de pelaje y bonitas hechuras que nos hicieron recordar a Lanudo... y con esa idea rondando en testa, vemos una buena vara en el sitio de Neiser Burga, algo extraño hoy. El Rata y Cebollita destacan en el tercio de banderillas. Se dobla Galdós al inicio y se va hacia los medios donde conjura el tope al final del trazo de la primera serie para recrearse luego toreando por derecha, empalmando uno tras otro los muletazos sin cambiar terreno. El público rompe en jaleo. Un buen toro que tuvo fijeza y nobleza y mucho ritmo para embestir.  La mano derecha acierta en el toque y dejándole puesta la muleta delante para ligar. Con  la zurda el toro cambió y debió enmendar la colocación y ajustar la distancia y llegarle más a la cara.  El broche del doble pecho encendió otra vez al tendido. Estoque a suerte contraria que cae entero aunque demora en besar la arena; le piden con fuerza y pasea una oreja que pudieron ser dos si observamos la estocada. Con la idea de Lanudo preguntamos al ganadero y si este olivareño fue hijo de Lanudo, toro que fuera indultado en esta plaza de Acho por Álvaro Lorenzo en el 2018.
Y llegamos al tercero que se llamó Arrebato, número 582, con 480 kilos en tablilla del hierro Santa Rosa de Lima para Roca Rey. Protestado al salir. Apretado de cornamenta. Negro. Arrecian las protestas en el momento del saludo capotero y más cuando salieron  los picadores. El que paga exige. Quite por chicuelinas y sigue la bronca por el escaso trapío. En banderillas destaca Alonso. Apuesta Roca Rey por un inicio de alto impacto, trayéndolo de largo y cambiando por la espalda, y aunque parecían amainar las protestas, avanzó la faena y no se daba importancia arriba a lo que sucedia abajo. Gritos de 'novillo, novillo' hicieron que el diestro decida abreviar y despacharlo. 
El cuarto fue de Los Azahares, segundo hierro del ganadero Alfredo Galdós, número 19 con 515 kilos en tablilla de nombre Liberal y fue para Galdós. Negro de pelaje.  No hay historia con el capote. En banderillas, bien Yuca y Cebollita.  El toro era una máquina por el pitón derecho de ahí que la faena Galdós la sustentara ahí y porque  por el izquierdo se recostaba mucho. Y aunque ayuna de naturales, lo que firmó con la diestra fue  de quilates. Es por ese pitón derecho que templa y encanta con su toreo de gusto. Imantando a la muleta condujo la  fijeza y entrega del toro que no se cansaba de embestir, sometido en el redondo y tanto que se lo enrosca por la cintura en derechazos que en la siguiente tanda fueron redondos eternos, sin quitar la muleta de la cara  y engarzando las perlas de su toreo de filigrana. Pincha y luego entera en buen sitio pero demora en caer y la petición de trofeo no fluye. No lo entiendo.  Palmas en el arrastre y palmas al torero que no son suficientes para que si quiera dar una vuelta al ruedo en premio a su gran estar y hacer toreros.  
El quinto se llamó Argumento y a ver si los trajo. Hierro Paiján, número 286 con 557 kilos en tablilla. Déjame que te cuente que al inicio a Roca Rey se lo protestaron por su trapío, que no sucedió nada con el capote del número uno porque se iba suelto, que fue picado traserito, que fue al quite y tuvo que buscarlo en tablas cerca de chiqueros; que en banderillas se lució Dennis Castillo, que quiso saltar en su huida y que siempre buscó refugio en tablas, que Andrés intentó pero no pudo porque además el toro se agarró al piso y dejó entera en alto y desprendida de rápido efecto. Silencio. 
Cerró la  tarde uno de San Pedro con 540 kilos en tablilla. Arreó el toro sin entrega franca y Cebollita vuelve a destacar con los palos. No tuvo recorrido, el toro no se desplazaba en la muleta y buscaba lo que había detrás por lo que Galdós le tocó los lados y abrevió. Pinchazo hondo caído. Protestas del público que no del  buen aficionado que entendió las razones.  

Tarde  con matices que lo que más nos deja es la irregularidad en las casas ganaderas, en forma y contenido. Hasta el próximo domingo.  Entre tanto me voy al festival benéfico en Chota.