Fuimos hasta Elvas para ver "la encerrona") He aquí la "contracrónica" de un día que mereció la pena

+ Texto : Eugénio EIROA

+ Fotos : ARAÚJO MACEIRA
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2 y pico de la madrugada del domingo. Exteriores del Coliseu de Elvas. No hace frío. Con una ligera chaqueta casi sobra. Elvas tiene todo el maravilloso encanto meteorológico que Andalucía tiene cuando el Otoño arranca. Aparte de ser una tierra hermosa, una ciudad muy bella y legendaria, entre otras muchas cosas, tiene en su época cada año año las ciruelas "claudias" mejores del Mundo y tiene -no se olvide- un torero a caballo, Marcos Bastinhas, que está en la cumbre del Toreo en Portugal y no por casualidad, sino por auténticos méritos y capacidad sobrada, como salta a la vista.

Pero es madrugada del domingo. El camión con los cabestros que vuelven a su finca sale del Coliseu y va camino de su destino. Quedamos ya pocos espectadores de los que estuvimos en la plaza. Pombeiro acaba de irse tras "hacer sala" largo rato a las puertas del recinto al final de la corrida. Pombeiro se había ido del asiento en barrera a mitad del espectáculo. Dejó allí a su mujer y a su hijo y tal vez se dedicó a las relaciones públicas en el resto de la corrida y, por supuesto, al final. 

Había muchos conocidos en las gradas aquellas. Estaba Margarida Calqueiro, João Anão y Emiliano Gamero, David Montero, Rui Fernandes, Miguel Moura, Francisco Palha, Andrés Romero, los infatigables promotores de "Ramagens, Ouro e Prata"... qué se yo, la intemerata de taurinos. Aunque yo me quedo con un gitano portugués que me tocó detrás en la bancada y se pasó la noche recreándonos los oídos, con datos de todo tipo sobre lo que iba presentándose en la arena... hasta la referencia al detalle de la procedencia de los toros de la segunda ganadería de don David R. Telles (Vale Sorraia); todo lo decía el gitano, que de paso llamó ignorantes a los espectadores (mayoría) que no reconocieron al maestro Paco Ojeda, cuando Marcos Bastinhas lo llamó al ruedo para brindarle una de las faenas.

Elvas es mucho Elvas siempre. Cuando antaño íbamos a Badajoz a los toros por San Juan, a ver a Pedrito despedirse de novillero y tomar la alternativa, no dormíamos en el Hotel Río (ahí iban a dormir los portugueses pudientes que presumían de taurinos), nosotros nos quedábamos a dormir en el más modesto y portugués Hotel Brasa, a las puertas de Elvas. Porque Elvas tiene un encanto especial siempre (más bonito que Badajoz ciudad)... y no te digo nada ahora que tiene el acueducto restaurado al cien por cien y puestas en valor un montón de cosas. Y tiene un Coliseum que ya le gustaría tener cualquier ciudad de mayor porte que la elvense. 

Por cierto, en el casco histórico de Elvas, restaurante Girassol, cenas antes de la corrida de toros un solomillo de "porco preto" al horno, con hierbas, especias y... servido con patatas fritas de las de antes y puré de manzana que... no se lo salta un gitano. Y de los postres ni hablemos : la "encharcada", la "sericaia"... están que levantan a un muerto. 

En Elvas, entras siempre muy contento y sales triste porque lo que allí estés, mucho o poco, siempre te sabe a escaso, a querer volver cuanto antes...  Y en otoño, ¡ay, en otoño!, aquello es arte, arte climatológico, que no hace falta explicar si allí te pasas tres o cuatro días como yo pasé en un otoño inolvidable de hace años...

Y el campo... el campo, con las lluvias de semanas atrás, resulta que en parte ha reverdecido. Lo ves por ejemplo, en los caminos de Monforte para Elvas, por donde andaba ayer, a las cinco de la tarde perdido en un cruce de carreteras Pombeiro. Igual andaba buscando por allí a Moura Caetano para hacer cuentas de lo que va de temporada; vete a saber. Por cierto : ¡qué bonita está este otoño post-lluvia la finca que a mano derecha de la carretera de Monforte para Elvas tiene Paulo Caetano (PCI)!.

Está bonito el Alentejo "central" tras las tormentas y las lluvias que han hecho rebrotar algunas hierbas, de modo que el verde a pinceladas se presenta de nuevo y ahora mismo en bastantes puntos del horizonte. Lo ves y lo notas especialmente de Alter do Chão para abajo. Es tierra agradecida esta, a poco que la mojan, reverdece... y algunas vacas y unas cuantas ovejas allá andan estos días tras los brotes.

En el "passeio" -como dicen los portugueses- aún hubo tiempo para detenerse en Alter do Chão, localidad muy monumental, acogedora y tranquila. 

Han restaurado una fuente histórica hace cuatro años, de esas fuentes seculares "alentejanas" con 3 bocas de agua y pilón... espectaculares. Pero como venían ahí, luego, elecciones municipales, al jerarca-autarca no se le ocurrió nada mejor que mandar instalar otra fuente, esta nueva, esta moderna, en granito gris oscuro pulido, colocándola a dos pasos de la maravillosa fuente que mandaron restaurar. Un contraste que impacta y no para bien en cuanto a la estética del lugar. Uma empanada de mil demonios, a dos pasos del mercado municipal, donde hay un bar en donde te sirves tu mismo y ¡tienen! (que en muchos sitios de Portugal no tienen) lo que en España tanto apreciamos : "tónica Schweppes con dos piedras de hielo", que eso a las 3 de la tarde y con 27/28 grados (sensación térmica menor, algo habitual en el Otoño alentejano) es un maravilloso refresco... 

Luego pateas un poco el impactante -para bien- "centro-centro" de Alter, haces algunas fotos, admiras varios edificios, recuerdas el día hace años en que habías ido a tres kms. de allí a la Coudelaria Nacional / Alter Real y... en medio de aquella paz urbana impresionante que se disfrutaba este sábado tarde en la zona urbana de Alter do Chão, decides que lo mejor es irse ya para Monforte camino luego de Elvas para poder disfrutar/recordar en el casco viejo elvense dos o tres horas y cenar algo antes de ir a los Toros.

Es ya madrugada del domingo, a dos pasos de la puerta principal del Coliseum de Elvas, cuyas luces comienzan a apagar. Quedan muy pocos a la puerta. Los pocos que estamos, vamos, estamos ya ante una rulotte de farturas y refrescos. Hacemos fila aún, poca. Está el empresario taurino Rafael Vilhais que pide su fartura con poco azúcar externo. Luego vamos nosotros. No hay Coca Cola, la última es para el sediento fotógrafo Pedro Batalha. Bebemos "qualquer coisa" antes de ponernos en marcha, para subir luego carretera arriba, camino de la A23, luego la A13, luego la A1 y hasta arriba de todo de un Portugal que tiene ahora la muy mala costumbre instalada de cerrar los locales de las áreas de servicio de noche, dejando un operario-cobrador oculto tras unas rejas; áreas donde todo lo más que puedes comprar es nada, solo echar combustible... Ya sacarte un café de una máquina tragamonedas, ni lo sueñes, ni siquiera eso... eso no está al alcance. Solo un área, en Antuá, yendo de abajo a arriba, te da algo de madrugada... eso sí, a precios exorbitados. 

Por eso hay que hacer cola en Elvas, donde vendieron antes cientos de farturas a los que salieron de los Toros. Y es que hay que reponer fuerzas antes de emprender viaje, ante una vieja rulotte donde frien farturas y churros; y comerte una o dos calentitas, beberte lo que haga falta y pensar que las áreas de servicio, salvo vender el gasóleo aditivado a más de 2 euros el litro, solo valen para parar y echar un sueño de una horita, porque de refrescarte ya se encarga el Tiempo loco, que de madrugada, si estiras las piernas al aire libre, te pasa la factura de 11 grados cerca de Portalegre o 12 allá por Abrantes, o 11 (y con sensación térmica de menos) allá por Alvaiázere camino de Coimbra...

2 y pico de la madrugada del domingo, en Elvas aún resuenan las últimas músicas de la noche sabatina, madrugada dominical, vienen el recinto de la Feira de S. Mateus. Es fiesta. También iba a ser fiesta de las grandes lo de la encerrona de Bastinhas, pero se quedó en mucho, demasiado torero para tanta nulidad de toros... luego lo explicaremos.