Texto de EUGÉNIO EIROA - Fotos de ARAÚJO MACEIRA

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A Tito Semedo le incluyeron en el cartel a 6 de Figueira da Foz para que pudiese recibir en la que en cierta medida es su tierra (nació en la vecina Coimbra) el homenaje a tres décadas ya desde que tomó la alternativa. António Afonso Palma Nobre Semedo nació el 11 de Agosto de 1969 en Coimbra y 
tomó la alternativa en la plaza de Beja, el 10 de agosto de 1993, con Joaquim Bastinhas como padrino de ceremonia.
Tanto el Coliseum Figueirense, como la empresa Tertúlia Obvia -afecta a la gestión del tauródromo figueirense- homenajearon antes del inicio de la corrida a Tito Semedo. Este correspondería después, agradeciendo todo, a través del brindis de la lidia de su toro a ese gran taurino que es José Luis Zambujeira, cabo que fue de los forcados de Cascais, apasionado por el mundo taurino, empresario con Anão Madureira en Montijo -donde están haciendo una gran labor rehabilitadora de aquella plaza-, además de gestor y co-gestor en otras plazas como Figueira da Foz mismo.






Ya en lo referido a la corrida en si, Semedo trató de agradar en todo momento y se mostró muy entusiasta aunque con las imprecisiones propias de quien no está toreando con asiduidad. Los resultados sobre la arena fueron dispares, aunque no se puede analizar al detella la actuación teniendo en cuenta también lo ya dicho sobre el juego -escaso o casi nulo- que los toros este sábado noche dieron. Quiso recibir a porta gayola al toro que le tocó en suerte, pidió a los banderilleros que se retirasen... pero el toro salió, o se frenó, de modo que la emotividad del momento fue desbaratada por la falta de codicia que realmente el astado tenía.
En su afán de agradar y de decir aquí estoy, aún torero en forma a pesar de las lesiones, Tito Semedo trató de colocar la ferragem con oficio y corrección, echó mano incluso de un palmito... procuraba el torero que aquella de Figueira fuese su noche, como respuesta al homenaje, pero... el toro, cada vez más apagado, mandó la brillantez a ser solamente un deseo, un sincero deseo abortado por el morlaco.