Texto de EUGÉNIO EIROA - Fotos de ARAÚJO MACEIRA, en el Coliseu Figueirense. --------- Evidentemente que no todos los acartelados en la ...
Texto de EUGÉNIO EIROA - Fotos de ARAÚJO MACEIRA, en el Coliseu Figueirense.
---------
Evidentemente que no todos los acartelados en la segunda de Figueira da Foz eran figuras del Toreo. Hay casos, como el de Gonçalo Fernandes, "o Cavaleiro da Serra da Estrela", que suponen una firme apuesta por el salir adelante a través de las pocas oportunidades que tiene. Y si ya el año pasado, en Figueira da Foz, acreditó y justificó que no era un error meterle en una de las corridas de 6 cavaleiros, este año volvió a suceder lo mismo, pues Gonçalo mostró lo que es, un estupendo equitador, un torero digno y un todavía joven dispuesto a seguir adelante, porfiando contra viento y marea y aprovechando todo lo que le ofrezcan para torear.
El toro de Varela Crujo que le tocó en suerte, como los otros cinco de la noche, no ayudó nada; para colmo eso. Pero el oficio que mostró Gonçalo fue muy revelador de que es un torero que no está en el pelotón de los torpes, que merece más oportunidades y que toreando y estando más placeado podría mostrar muchos momentos importantes. En Figueira hizo todo lo que pudo, colocó la ferragem en buen sitio y trabajó y lidió con buen conocimiento de los terrenos y con unas inmensas ganas de agradar. Su presencia, con un solo toro enfrente, fue muy digna y merece ser reconocida.
