tribuna
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by EUGÉNIO EIROA
Fotos : ARAÚJO MACEIRA
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Solo le faltó dar un grito desesperado. Solamente le faltó eso. El tono ayer, empleado por el empresario taurino Rui Bento Vásquez, en la presentación de los carteles de Nazaré, era denotando un trasfondo de tristeza, cansancio, dolor... 
Cuando habló -y lo hizo con vehemencia y con palabras muy importantes que van a poder escuchar ustedes aquí, textualmente aquí, en los espacios sonoros de la TRIBUNA- lo hizo Rui Bento con sentido crítico, con tono enérgico, con rotundidad : condenó el estado general en que se encuentra la Tauromaquia portuguesa, donde las situaciones negativas se reiteran con una facilidad que causa espanto, que hace temer por el futuro que viene...






Fue duro, contundente y, al tiempo, educado, respetuoso. Y se puede ser las dos cosas y no ser la actuación, la manifestación, un contrasentido. Pero alguien tenía que decirlo en un acto público y lo dijo. Fue Rui Bento Vásquez, al que le duele en el alma la actual situación de la Fiesta de los Toros en Portugal, donde campan a sus anchas apóstoles del todo vale, irresponsables y saltarines. 

---¡No se trata de ir contra nadie en concreto, sino a favor de todos; se trata de unirnos en un proyecto común, en una manera de hacer las cosas donde la seriedad, el respeto, el compromiso, el trabajo firme y diario por engrandecer la Tauromaquia sea en todos una constante... Todos somos necesarios, pero siempre que todos subamos al mismo barco y naveguemos con las mismas reglas de juego, con una voluntad compartida de hacer las cosas bien, donde hay determinadas premisas, determinados modos de hacer y de comportarnos a los que no podemos huir, a los que no podemos sustraernos porque si lo hacemos, estaremos echando por los suelos el esfuerzo de todos y el barco, así, remando cada uno por su lado, no navegará bien, empezará a dar vueltas, a girar sobre si mismo, para ir a ninguna parte...!


Lo que dio ayer, en Nazaré, el gran taurino que es Rui Bento Vásquez, fue una predicación de mucho calado; de verdadero alcance... 
Uno quisiera pensar que esas palabras, esa voz desgarrada, ese tono de lamento profundo sobre la situación actual, no han caído en saco roto. 
Es cierto que en la sala no estaban quienes más especialmente deberían de reflexionar ante lo que Vásquez dijo. Pero había otros taurinos -y no pocos- que escuchando lo que allí dijo Rui Bento, deberían decirse... tiene razón, esto no puede seguir así... y dar un paso al frente, ir por ahí, por donde como agentes taurinos les toque ir y convertirse -como Rui Bento ayer se manifestó- en verdaderos apóstoles del único camino válido si se quiere que la Tauromaquia portuguesa tenga futuro y no se convierta en una reliquia, en una realidad apenas simbólica hasta que acabe reducida a la nada.


Solo los necios, los ignorantes, los chupópteros, los papa-almoços, los vividores, los irresponsables, pueden reírse en esta hora y no reflexionar sobre lo que Rui Bento Vásquez dijo. 
Es probable que algún necio haya entre los que ayer acudieron al acto del Salón Noble del Palacio de la Confraría da Nossa Senhora en Nazaré. Es probable que algún borrego estuviese suelto por allí. Si nos paramos a pensar bien, incluso algunos. De ellos no esperamos nada. Pero del resto, sí cabría esperar que las verdaderas e impactantes palabras de Rui Bento no hayan caído en saco roto.


P. S.) A modo de ejemplo, sobre cómo hacer las cosas bien : Rui Bento renunció a ofrecer corridas en Nazaré este verano en fechas diferentes a las anunciadas. Y algunas le habría venido bien. Lo hizo en aras del interés general de la Fiesta de los Toros en Portugal, conciliando sus fechas con las de la empresa que promoverá touradas en Figueira da Foz en los meses de Julio y Agosto. Así, no sucederá más lo que sucedía en el pasado aún reciente : si hay corrida en Nazaré no la hay en Figueira; si hay corrida en Figueira, no la habrá en Nazaré... ¡Por ahí había que empezar!. Y este ejemplo debería de cundir cara a otras zonas de Portugal donde se hacen barbaridades en sentido contrario con nefastas consecuencias.