De un año a esta parte, reiteradamente se habla del aumento, en algunos casos espectacular, del precio de los toros. Pero, también, ahora especialmente, de la escasez de toros en el campo ibérico...


Mucho se está hablando de la subida de los precios de los toros, de cómo se está pidiendo una fortuna -es un decir- por un toro en algunos casos (lo mismo en Portugal que en España).
Partimos de un hecho insoslayable : la escasez, el menor número de toros en el campo...
La reducción de animales en las ganaderías, durante el tiempo de la pandemia, hizo que muchas hiciesen recortes, optasen por un nuevo cuadro de su explotación adaptándola a la baja, para hacer frente a la demanda real entonces en el mercado.

Pero ha pasado ese tiempo de la pandemia, vuelven a crecer en número los festejos taurinos, bien sean en plaza, bien sean populares en las calles y fiestas. En el caso de los toros destinados a ser corridos en las calles, por ejemplo, en España hay en estos momentos un auténtico desmadre de precios, una locura dicen algunos. Pagar miles de euros por un solo toro no es ahora mismo algo inexistente, sino preocupantes realidades que se van sucediendo.

En Portugal, hablábamos ya en la temporada pasada, el precio de los toros para las corridas de plaza se ha disparado esta temporada. Aprovechan tal vez que hay pocos toros en el campo en comparación con antaño y... suben los precios como la espuma. Con todo hay quien cree que así no debería de ser : "los gastos de explotación, al tener que dar de comer, manejar y sanear a menos animales, lejos de crecer, deberían de ser inferiores...".
Los ganaderos se defienden : "los productos del campo, los forrajes, todo ha subido una barbaridad con esto de la guerra... la única manera de hacerles frente es subir los precios. Por otra parte, como hay menos ganado, tienes que intentar ganar más en cada toro, para suplir que vas a vender un menor número de toros, lo que hará que en realidad factures menos...", explicaba un ganadero portugués -que pidió reserva sobre su nombre- a la TRIBUNA da TAUROMAQUIA

Precisamente aquí, en la TRIBUNA da TAUROMAQUIA, ya habíamos advertido que se avecinaba un año con menos toros en el campo y con precios más elevados. Ello, junto a la subida de precios de combustibles, costes de elementos fundamentales, alimentos para el ganado, medios sanitarios y otros, dispara la situación a mayores... Solamente, a la vuelta de uno a dos años, se podrá empezar a recuperar en parte el nivel y cifras de ganado en el campo que antes de la pandemia existían y esperar una cierta bajada de precios.

Ahora queda la duda de si esta alza de precios de los ganaderos en cuanto a sus toros se refiere se va a reflejar en el precio de las entradas, que a lo tonto, en algunos casos, especialmente en España, así está sucediendo. Si así fuere, evidentemente, se estará cometiendo un craso error al optarse por lo fácil, que no será lo adecuado, pues se estará expulsando a los aficionados de las plazas... la Vida está con una crisis económica atroz para el ciudadano de a pie y el recorte en espectáculos y ocio está a la orden del dia; si se le suben los precios de las entradas, más todavía...

Tiempo difícil el presente para la Tauromaquia, no ayudada en nada por los Gobiernos, que como en Portugal le aplican el mayor de los IVA, de modo que del precio de cada entrada a la plaza, nada menos que un 23% se va en impuestos para las arcas del Estado portugués... ¡Un desastre más bien!.

Aún cabe añadir, a propósito de la situación que se arrastra del tiempo de la pandemia, cabe recordar que la Unión de Criadores de Toros calculó en 77 millones de euros las pérdidas por el tiempo duro del coronavirus. Los ganaderos solicitaron así la liberalización reglamentaria y administrativa que permita la autorregulación del sector.