A la memoria del Dr. Domingos da Costa Xavier (q.e.p.d.)

tribuna da tauromaquia

Por EUGÉNIO EIROA

Se acerca la Navidad, también en la Tauromaquia portuguesa.Ya pasó el festín anual organizado por los del "imperio del monopolio" y bendecido por "el sistema". Todo muy bien, para el año que viene, si Dios quiere, habrá otra...

¿Y ahora, qué?. Ahora nos encaminamos -en el caso de Portugal- hacia otro año taurino más, donde los vientos que soplan -por el momento al menos- solamente anuncian un más de lo mismo. O sea, "sin novedad, señora baronesa...".

Han dejado pasar el verano, el otoño ya... y ya es tarde para intentar -tampoco tenían ni tienen intención alguna de hacerlo- crear la famosa plataforma en la que estuviesen representados los intereses generales de la Fiesta en Portugal : empresarios, cavaleiros, forcados, toreros de a pie... Una plataforma para negociar con Covões el uso garantizado de la plaza de Lisboa -en los próximos diez, quince o veinte años-, más allá de cuatro, cinco, seis... fechas al año, como actualmente sucede o puede suceder.

Lo hemos explicado aquí claramente, en el último año, con varios editoriales. Pero... a los "agentes taurinos" portugueses (salvo excepciones) les importa un pimiento el asunto.

¿No hay más interesados que Pombeiro para administrar, gestionar, taurinamente hablando, cuatro, cinco, seis fechas... en el "Campo Pequeno"?.

¡Claro que los hay! : pero solamente bajo la fórmula -que nada soluciona- del quítate Pombeiro que ahí me pongo yo... Cada uno va a lo suyo. Y ese es el peor camino, no solo para Lisboa (en las circunstancias actuales) sino para la Fiesta de los Toros en Portugal.

Los "agentes taurinos" portugueses siguen sin querer enterarse que la plaza de toros de Lisboa como tal murió. Murió el día en que los derechos de gestión y explotación de aquel inmueble, a la salida de un proceso de falencia de la anterior empresa detentora de los mismos, pasaron a manos de la empresa de un señor dedicado a promover espectáculos musicales y al que la Tauromaquia le importa un pito. ¡No se quieren enterar los "agentes taurinos" portugueses de lo que ello supone, de lo gravísimo que es para el futuro -y presente- de la Tauromaquia portuguesa tal situación!.

Y siendo la situación actual de explotación del inmueble por el promotor musical algo que no tiene remedio ya... se trataba de lograr con este señor un pacto, un pacto que se pudiese plasmar en un papel, en el que se diese lugar a un subarrendamiento (digámoslo así) durante diez o quince años  válido para determinadas fechas al año (nunca menos de una docena) para celebrar en "Campo Pequeno" corridas de toros... Se trataba de eso, de lograr para TODA la Tauromaquia Portuguesa el uso garantizado de un escaparate nacional como es "Campo Pequeno", donde mostrar anualmente lo mejor de lo que genera el espectáculo taurino lusitano por si mismo.

Para ello habría que crear una plataforma donde fundamentalmente los empresarios taurinos, los ganaderos, los toreros... apareciesen unidos por una misma causa y actuasen allí, para el caso de Lisboa, en común. Una comisión podría gobernar eso, algo que tendría enormes ventajas : nadie de los intervinientes en una corrida en Lisboa cobraría más que los gastos, solo tendría garantizados los mínimos... Luego, si la plaza se llenase, cobraría un tanto por ciento, a comisión... Lisboa no sería un negocio, sino un verdadero escaparate con el que promocionar de verdad la Fiesta de los Toros en Portugal...

La idea, expuesta por la TRIBUNA da TAUROMAQUIA desde hace más de un año, en varias ocasiones, no ha tenido el más mínimo eco. No esperábamos otra cosa. No porque no hayan leído lo aquí expuesto. Sino porque quienes tendrían que dar el paso, están solamente a lo suyo, a lo que individualmente les interesa; la Fiesta en si, como colectivo, como unidad de destino, como algo que urgentemente necesita unidad de acción, se la trae al pairo...

Se acerca la Navidad, también en la Tauromaquia portuguesa.Ya pasó "la feria de las vanidades" organizada por los del "imperio del monopolio" y bendecida por "el sistema". Todo muy bien, para el año que viene, si Dios quiere, habrá otra...

Mientras, en las cuatro corridas a programar en Lisboa aparece el entusiasta Luis Miguel Pombeiro --y menos mal que aún está este hombre ahí presente, porque en una de estas, ni esto...!--. Hablan de solamente 4 corridas -otra vez- en el 2023. ¿Y se le puede exigir a Pombeiro que organice más...?. No sé hasta qué punto, cuando en cuanto descuelgue un teléfono, llame a un torero o un ganadero, le van a pedir por ir a Lisboa el oro y el moro... Es lógico, hasta cierto punto, que Pombeiro diga me quedo donde estaba : cuatro y... si se llenasen, aún intentaba una quinta... Pero más, no va a dar. No tiene detrás el soporte que sería -por ejemplo- existir una plataforma global pro-Lisboa, como la que desde hace muchos meses venimos sugiriendo... Ello evitaría desmadres a la hora de las contrataciones, impediría que promover más corridas no resultase inviable; todo serían ventajas y podría servir como banderín de enganche para un resurgir con fuerza la Tauromaquia portuguesa y el "Campo Pequeno" (aunque fuese en el modelo subarrendamiento).

Pero no, no se hagan ilusiones. Los "agentes taurinos" portugueses andan instalados en sus reinos de taifas. Hay el reino del taifa tal, el del taifa cual, el del nuevo taifa, el de...  o sea, nada con verdadero peso específico, con grande peso específico. Luego vienen las alianzas, las exclusivas que maniatan, los apoderamientos oficiales y los que lo son también en la práctica; las empresas-apoderados; etc. etc. etc. Todo funciona, o casi todo, en círculos cerrados. Para muy poco; para repartirse poco menos que la miseria; porque en el actual planteamiento (¡a ver si nos enteramos de una vez!) la Tauromaquia portuguesa no da siquiera para que cinco cavaleiros profesionales vivan de esto lo que se dice bien... ¡ni por un asomo!. Con torear en las plazas no llega... Pero nadie rompe los eslabones de una cadena que cada vez ahoga más y más la Fiesta.

Va a llegar el 2023... quinientos estaban encantados el otro día brindando en el festín lisboeta entre aplausos, fotos, premios y videos del "imperio del monopolio". 
Vanidad de vanidades, dijo el predicador, todo vanidad.

A esos quinientos, a la salida del festín, alguien tenía que haberles acercado un micrófono y preguntarles directamente :  a todo esto, ¿qué has hecho tu para solucionar el gravísimo problema de que la Tauromaquia portuguesa no tenga el gran escaparate que necesita, como sería celebrar con garantías una docena de corridas de toros al año en la Monumental de Campo Pequeno?... ¿qué has hecho tu?...

Pero no se preocupen ustedes, cuando llegue el verano del 2023, los mismos que no movieron un dedo para constituir la plataforma de la que antes hablamos, echarán la culpa de lo que suceda en Lisboa a Pombeiro... será lo fácil. Taparse la cara y no querer ver lo que ellos mismos no hicieron. Y lo que es peor, continuarán tapándose la cara para no querer ver el futuro que viene... hasta que el abismo se abra ante ellos y se los trague. Lo malo es que con ellos, se habrá tragado a la Tauromaquia entera, que con ellos se la están llevando a rastras...