tribuna da tauromaquia.

Muévanse, antes de que sea demasiado tarde.

Muévanse, antes de que la sangría aumente.

Muévanse, antes de que solo se les oiga a los antis.

Muévanse, ¿acaso no ven que tienen cogida la aguja de marear y ya no la sueltan...?

Muévanse, ¿o es que creen que políticamente van a dejar de agitar...?

Muévanse, ¿o es que creen que nunca van a ceder quienes impiden que mociones, iniciativas, propuestas antis acaben prosperando en organismos y entes públicos?

Muévanse, ¿o es que creen que la mejor defensa es estar cruzados de brazos o echando la siesta?.

Muévanse, ¿o es que no ven que quieren cargarse la Tauromaquia, a base de alborotar, alborotar y alborotar hasta lograr que, en un momento de debilidad, los que aún tienen la sartén por el mango y gobiernan, acaben tragando...?

Ha caído Viana do Castelo, Póvoa de Varzim, Cascais, Albufeira... hay algunas otras inactivas en marcha... La fórmula del político anti que llega al poder -y acaba con la Tauromaquia existente en su localidad- les funciona. Y por ahí van a seguir, además de por otras iniciativas de desestabilización permanente. ¡Acaban de alborotar Nazaré!, ¡andan con la banqueta móvil pidiendo firmas para que el Parlamento un día prohiba las corridas de toros!... y los "agentes taurinos" siguen instalados en su rutina lastimosa.

La Tauromaquia no puede vivir, permanentemente en el filo de la navaja, o en la cuerda floja a la espera de que la ahorquen. La Tauromaquia tiene que tener presente, pero también futuro.

Y ese futuro no llegará si quienes en sus manos y acciones tienen la posibilidad de defender la Tauromaquia no la defienden...

Hay que ir puerta a puerta predicando el Evangelio taurino...

Hay que ir a las instituciones y decir claramente a los que allí están, que aquí estamos y que no vamos a consentir que esto atropellen...

Hay que despejar cualquier duda que suponga creencia de debilidad respecto a la Tauromaquia...

Hay que apretarse el cinturón, todos : empresarios, toreros, apoderados... y a partir del 2023 desarrollar una agresiva campaña de precios que inunde las plazas de gentes; de gentes que hoy, presos por la crisis, no pueden ir a los Toros. Hay aficionados de sobra... pero no a cualquier precio. Rescatarlos, incluirlos en los taurinos activos, tiene que ser una auténtica misión colectiva ya mismo...

Muévanse, ¿o es que creen que por el camino actual hay futuro?

Muévanse de una puñetera vez y despierten, que las hormigas ya les están subiendo por los pies...