¡Salvad "Campo Pequeno" antes de que ya sea demasiado tarde...!
Como ya hemos venido comentando, fue la weblog de Miguel Alvarenga la que por dos veces habló de 4 festejos nada más en 2022 -caso de ser finalmente así, sería un escándalo, sin duda-, a organizar por el empresario que hace de inquilino de Covões en fechas determinadas que este no quiere para sus "músicas".
Hoy, la web de la señora Solange, toca la misma melodía diciendo que "Embora ainda com bastantes indefinições, a próxima temporada no Campo Pequeno pode mesmo vir a ter somente quatro espectáculos, dois em Julho e dois em Agosto, altura em que tradicionalmente e em outras temporadas eram de menor importância, uma vez que os aficionados se deslocavam até á praia..."
En el ambiente taurino portugués hay mucha desazón por cómo y de qué manera se está desarrollando la actividad taurina en la plaza de Lisboa... Se considera harto preocupante la situación actual.
No faltará quien acuda a la Covid para justificar o disfrazar de excepcionalidad la marcha que están tomando los acontecimientos taurinos en "Campo Pequeno", pero eso a una mayoría les parecerá simple treta... Porque la realidad es que, con Covid o sin Covid, ya se vino diciendo, una vez que Covôes tomó el poder en lo que era una Plaza de Toros, que el objetivo de este empresario no era dar allí corridas de toros, sino convertir en la práctica aquel Monumento en un gran salón de fiestas, mùsicas y conciertos... y si se diesen algunas, pocas corridas de toros, lo sería en un afán de cubrir el expediente y para no alimentar el escándalo que supondría de golpe y porrazo dejar Lisboa sin Toros.
Sea como fuere, si se cumplen las previsiones para 2022 de solamente cuatro corridas -o aunque volviesen a ser 6 como este año-, estaremos posiblemente ante la certificación de un plan trazado de antemano, para convertir en residual y sin mayor importancia la actividad taurina en el edificio de la plaza de Campo Pequeno... que ha dejado ya de ser una plaza taurina de temporada, como primera consecuencia de la "era Covões" y de la acción sin mayores ambiciones -por lo que se observa- del empresario taurino puesto a las órdenes del usufructuario y empresario musical.
Si la Tauromaquia continua en Lisboa por el camino trazado en este "tiempo de Covões"&cía"... se estará asestando un golpe de consecuencias impredecibles -en todo caso harto lamentables y tremendamente preocupantes- al mundo de los Toros en Portugal.
Quien esté ciego, o no alcance a entender de una vez y por todas, la importancia que tenía -y debería de seguir teniendo- la Plaza de Lisboa para la Tauromaquia en Portugal, debería de comprarse la revista "Novo Burladero" de este mes de diciembre y leerse de principio a fin el excelente editorial de su director, João Queiroz, que explica muy claramente la necesidad de que Lisboa no siga por los caminos de vulgaridad e insignificancia que ha tomado, que recupere urgentemente el concepto de plaza de temporada y que vuelva así al sendero del que taurinamente nunca debió salir. No tiene desperdicio el brillante editorial del maestro João Queiroz, que, desde luego, suscribimos de la primera a la última letra.
La situación -tal y como se viene hablando y por ahí circula la especie ya con insistencia- pinta muy mal. No está en juego el que Lisboa ofrezca cuatro, seis u ocho espectáculos taurinos. Es que así, con semejante cuentagotas y con carteles -como este año- que en algún caso fueron sonoros patinazos... se seguirá avanzando hacia un final de la Tauromaquia -más pronto que tarde- en la capital del país. Y si eso se llega a consumar, la situación para el panorama de los Toros en Portugal puede ser gravísima.
Aún se está a tiempo de evitar lo peor. Pero... ¿cómo?, ¿de qué manera?, ¿con quien o quienes al frente de una operación de salvación de lo que fue una gran Plaza de Toros... de temporada?. Urge que alguien de peso -al frente de un colectivo que integre a todos los agentes de la Fiesta-, se siente con el que alquila las fechas libres de Lisboa primero; y después, con el señor Covões -que es quien tiene la llave del edificio- para convencer a este de que con cuatro, seis corridas al año... no es suficiente; y que si realmente hay buena voluntad, los conciertos pueden ser absolutamente compatibles con un mínimo de una docena de corridas de toros, hechas con carteles importantes, no de cambio de cromos o chabacanos juegos de intereses que acabarán -también- por matar la Tauromaquia poco a poco...
La situación es grave. Pero si el 2022 se despacha con solamente 4 corridas, incluso con 6... va a ser muy grave, porque se estará entrando en una dinámica perniciosa, que a la vuelta de muy pocos años puede suponer que lo que se llamaba "Plaza de Toros de Campo Pequeno" pase definitivamente a llamarse y en toda su extensión "Salón de Fiestas y Conciertos de Campo Pequeno". Falta ya muy poco para esto...
Y el que avisa, no es traidor.
EUGÉNIO EIROA