Forcados : lo que el ojo humano no ve, pero sí el fotográfico de José Canhoto
Nuestro querido colaborador, José Canhoto, estuvo presente, en el fin de semana, en la plaza de toros de Amieira de Portel (Alentejo).
No les vamos a descubrir, aquí y ahora, a nuestro buen amigo y excelente fotógrafo. Canhoto es ya célebre por sus famosas "fotos de acción". Por eso, en las fotos de los forcados, en las corridas de toros a las que asiste, Canhoto refleja momentos supremos, especiales, geniales, de libre interpretación por quien luego disfruta de la posibilidad de ver esas imágenes. Unos imaginarán una cosa, otros otra... cada uno que ve una de esas fotos, en su mente, al momento, trazará las líneas maestras de un instante tan especial, en donde el toro pretende deshacerse de su(s) oponente(s), en donde el torero, que al fin y al cabo también lo es el forcado, pretende detener la furia, los ímpetus del cornúpeta, con el único recurso de su cuerpo, de sus manos...
A veces el resultado del intento de los forcados es espléndido, todo sale a la primera, el toro es parado a la perfección, tras cerrarse el forcado de cara abrazado a la córnea o a la barbilla del toro y salir en su auxilio de modo efectivo y perfecto los primeros ayudas y completar el esfuerzo de parar al toro los restantes forcados -hasta 8- elegidos por el cabo para intervenir en liza. Pero otras veces no sucede así, porque las cosas no son fáciles, porque la violencia del toro todo lo desborda y resulta por momentos incontrolable...
Son momentos muy especiales, indescriptibles diríamos, en los que una foto vale más que mil palabras. Pero estamos a fines de octubre, las tardes son ya de muy poco sol, o ninguno, anochece rápido y la corrida de toros -a medida que avanza- discurre con cada vez menos luz y si encienden la artificial... esta es mala y escasa.
La rapidez de la escena, la velocidad necesaria para registrar la imagen con calidad, choca de lleno con la falta de luz... por mucho que las modernas máquinas traten de salvar las cosas; aparece lo que en el argot fotográfico se llama ruido; la nitidez y definición se pierden... No juzguen estas fotos del gran José Canhoto por la limpieza de las mismas, no hay máquina que resista a una caída brutal de la luz en la tarde, en una corrida de toros en la recta final de octubre y en horario tardío.
Juzguen estas fotos por lo que son y lo mucho que representan, por el mérito de haber detenido en un instante todo el impacto, toda la grandeza de los momentos de gloria, de entrega al límite, en la batalla entre el toro y el hombre, jugándose el forcado la vida a pecho descubierto.
Juzguen estas fotos -magníficas para mi- por el valor que tiene recoger esas expresiones en los forcados, esos impactos en los cuerpos recibidos, ese barrete sostenido en el aire que parece tener vida propia, esa genuina estampa de quienes intentan en unidad y grupo parar la fuerza bruta de un animal de 500, 50, 600 kilos... vete tu a saber cuántos.
Grandes fotos, otra vez, estas de José Canhoto, el especialista de las fotos de acción. Algunas, lo tengo muy claro, bien arregladillas en el Photoshop -cosa que no hicimos- darían para ser llevadas a una exposición y salir de allí con algunos de los primeros premios atribuidos a ellas.
Grandes fotos, José Canhoto, no le des más vueltas a la hoja, lo son y lo sabes, aunque en tu modestia no quieras reconocerlo. Grandes también, porque testimonian lo mucho y muy importante que es el papel de los forcados en la Tauromaquia lusitana e... ibérica. Grandes, muy grandes son quienes se juegan la vida del modo que atestiguan las fotos. Parece increíble verles luego salir de la plaza -al final de la corrida-, con ese aire garboso, con ese restar importancia a lo mucho que han pasado antes, toro a toro, para poner gran broche final, de obra muy importante, a la lidia antes de cada morlaco, en las faenas a caballo.
En la plaza, el espectador es casi imposible que vea, en segundos,
dentro de la secuencia global de una pega, desde que se cita al toro hasta que se consuma la pega, todo lo que sucede... es imposible en una fracción de segundo detener la acción por el ojo humano. Pero el ojo fotográfico de José Canhoto sí lo hace y aquí está el resultado, en forma de fotos memorables.
EUGÉNIO EIROA
Corrida de Toiros 23/10/2021 - Amieira / GFA S. Manços / GFA Povoa de S Miguel / GFA Monsaraz / Pegas
Reportaje gráfico de José Canhoto