Público muy cariñoso con los toreros. Pero claro... estos bien lo merecían. Lo dieron todo por agradar. Todos -menos el director de corrida, al parecer- eran conscientes de que habían de intentar plasmar una tarde para el recuerdo, un festival que verdaderamente fuese un gran homenaje a la figura, inolvidable, del maestro Ricardo Chibanga, un torero que siempre hizo de la entrega sin límites y el enorme valor una constante en su carrera. Casi todos, este sábado, pusieron de su parte, los acartelados y el público presente. Ya el llamado director de corrida... se mostró encantado de haberse conocido. El personaje se instaló en un papel finalmente ridículo, pareciendo no haberse enterado de que las precauciones anti-Covid en cuanto al desarrollo de los espectáculos taurinos han decaído muy sensiblemente en las últimas semanas por lo que sus represoras restricciones nunca deberían de haberse aplicado en este festival. Pero el buen hombre se ve que no sabía más...

Por Vicente Barrera.

Fotos de Isabel Nolasco, Francisco Cortes, Raúl Caldeira y "Tauroleve".

En medio de un gran ambiente, con gran afluencia de público (aunque sin completarse el aforo) fue en la plaza de toros de Chamusca donde se plasmó el festival taurino benéfico, en homenaje a Ricardo Chibanga, promovido por Morante de la Puebla, su apoderado y amigo Pedro Marques y Nuno Castelao -el proveedor de la Casa de Misericordia de Chamusca-.

João Ribeiro Telles Jr., Tristão Ribeiro Telles y el amador Vasco Veiga torearon a caballo, toros que serían pegados por los forcados amadores de Chamusca y Aposento da Chamusca

Ya en la lidias a pie, el turno fue para Morante de la Puebla, El Fandi, Jose Maria Manzanares y Juanito.

Los novillos-toros, donde hubo de todo, como en botica, fueron de Rosa Rodrigues, Passanha, García Jiménez (3), Manuel Veiga e Calejo Pires.

Todos los ojos estaban puestos en Morante de la Puebla este sábado. No se hablaba de otra cosa, sino del gesto del torero de la Puebla del Río, para con la familia del maestro Chibanga; primero obsequiando con ese busto-escultura que luce ya desde semanas atrás en la villa de Golegá; luego, con la organización de este magno festival en Chamusca, donde por su mediación, se han dado cita importantes figuras del toreo a pie. 

Juzgar la intervención de todos y cada uno de los que este sábado hicieron el paseíllo, no procede. Porque fueron evidentes, en absolutamente todos los intervinientes en el espectáculo, las enormes ganas de agradar con que se produjeron. Y esto el público lo detectó desde el primer minuto hasta el último de este festival mixto que honró la memoria del gran torero luso-mozambiqueño que fue Ricardo Chibanga.

Albero lucía el piso de la plaza más que centenaria de Chamusca, acogedora y bonita sin duda alguna. Buen color para el piso, pero tal vez la intervención habría requerido mayores tareas de compactación; posiblemente la mejora debía haberse hecho con antelación suficiente para que el nuevo piso de plaza fraguase más...

Morante se llevó las mayores ovaciones de la tarde. Pero en general, el público no regateó aplausos a nadie. 
Frente a un toro digamos que potable, Morante de la Puebla lo intentó casi todo; y en ese esfuerzo notable destiló momentos de especial brillantez en su toreo. Y aunque con algunas limitaciones que el toro más o menos impuso, estuvo por momentos realmente brillante el de la Puebla. Y el público en todo momento se lo agradeció expresivamente. Tanto que, finalizada su faena, el público quería fervientemente la vuelta al ruedo para Morante. Pero en el palco de director de corrida estaba este sábado un personaje que confundió el tocino con la velocidad, dando como resultado su negativa a que Morante, que lo había dado todo y más en su faena y que era el gran promotor de este festival, no pudiese dar la vuelta al redondel de Chamusca. Minuto de gloria -y bronca- para el director de corrida. Fortísima ovación, con el público puesto en pie para Morante de la Puebla, que ya era un ídolo en la afición taurina portuguesa, pero ahora, con sus reiterados gestos -como el de promover este festival- se ha convertido en una especie de santo y seña de los aficionados lusitanos.

Si Morante mostró grandes ganas de agradar, no le fue a la zaga David Fandila, El Fandi, alegre con el capote, brillante y espectacular en banderillas y con especial interés su faena al toro de García Jiménez.
El público contento, porque veía en los toreros compromiso, enormes ganas de agradar y... ya solo ello merecía el reconocimiento de la vuelta al ruedo, estando como estábamos en un festival. Pero si a ello se añade que El Fandi, como Morante, habían tenido momentos importantes delante de sus oponentes, había razones justificadas para que el deseo del público : que el torero diese la vuelta al ruedo no fuese cercenado por la obstinación absurda del director... Por eso, otra vez, el público hubo de ponerse en pié y tributar, esta vez a El Fandi, la enorme ovación sustitutiva de la merecida vuelta al ruedo...

Otro toro de García Jiménez presentó también algunos problemas, evidenciados ya de salida, en el capote, al lancearlo José María Manzanares y colársele hasta 3 veces el morlaco... No queriendo desagradar al público, Manzanares se esforzó por inventarse una faena, tratando de tapar la cara negativa de su rival, logrando por momentos algunas tandas de indudable mérito que acabarían por arrancar, como en el caso de Morante y El Fandi, muy sonoros olés. La voluntad, la técnica indudable y las pinceladas de buen toreo (que Manzanares logró aunque sin la concatenación que habría sido deseable -y que el toro impidió-) llevaron al público a pedir que el torero diese al final de la faena la vuelta al ruedo... pero allí estaba, otra vez, el cancerbero de la Dirección de Corrida para hacerse notar y también negar a Manzanares dar la vuelta a la arena chamusquense. Otra vez el público, puesto en pié, batió palmas con estruendo, para agradecer a Manzanares que hubiese estado a la altura que de el se esperaba... mientras el director de corrida volvía a soltar otro borrón de tinta en el relato de una tarde que era netamente festiva y que, pese a su indudable esfuerzo, el señor director no logró amargar a los presentes, que estoicamente aguantaron la intransigencia presidencial tomando a chacota aquel absurdo protagonismo en lugar de cabrearse...

Un morlaco de Calejo Pires tenían enfrente Juanito. El torete no tenía clase; pero Juanito, en línea con sus compañeros de cartel, trató de disfrazar a su oponente, tapando sus defectos y tratando de potenciar sus escasas virtudes. Mostrando mucho oficio y excelentes condiciones de torero cuajado pese a su juventud, Juanito sacó buen repertorio de capote y muleta; en la última fase de su faena llegó a lograr series bien construidas a las que solamente faltó la codicia que se echó en falta en el toro, que acabaría por irse apagando, lo que trató de evitar el torero, instrumentando casi a la desesperada todo tipo de suertes que le valieron el reconocimiento del público y una muy fuerte ovación final. Imposible lograr que una vuelta al ruedo fuese autorizada por el caballero director de corrida.

Fue el toreo a caballo lo que complementó este festival de Chamusca. Toro de Passanha para João Ribeiro Telles : buena actuación del cavaleiro, que anda realmente sobrado en cualquier compromiso que se le presente.
Su pariente, Tristão Ribeiro Telles, lidió un ejemplar de la ganadería de Chamusca, de Rosa Rodrigues. Tristão, al que aún falta un hervor para llegar lejos, mostró no obstante apuntes interesantes, como su excelente tercera banderilla, muy interesante en ejecución y preparación de la reunión con el toro.
Ya el amador Vasco Veiga lidiaría un novillo de su familia (Manuel Veiga); tenía en la grada cierta claque que trató de levantar el ánimo del muchacho que acusó nervios indudables que se reflejaron en la colocación dispar de ferros cumpridos y demás farpas.

Ya los forcados despacharon los tres toros así : por los Amadores de Chamusca fue Diogo Marques quien consumó la pega al segundo intento, en tanto que por los del Aposento da Chamusca sería Afonso Melara quien pegó al primer intento. El tercer animal lidiado a caballo sería pegado por Manuel Aranha Condesso, de los Amadores de Chamusca, al primer intento, si bien la formación de los forcados en la arena estaría integrada esta vez a medias, por elementos de los dos grupos que intervinieron en este espectáculo.


Una tarde para recordar a Ricardo Chibanga, un gran torero (Foto en reportaje en revista 
francesa, en el tiempo en que Chibanga era tremendamente popular)

João Ribeiro Telles posa con Morante de la Puebla y con el maestro Paco Ojeda -presente en el callejón de la plaza de Chamusca-. También : momentos de la actuación de Tristão Ribeiro Telles. (Click sobre las imágenes para ver a mayor tamaño)

Tarde de mucha expectación en Chamusca

Acto de agradecimiento a los que intervinieron en el festival.


Manzanares, Joao Ribeiro Telles, Morante y Juanito se despiden del público

Inicio del festival taurino de homenaje a Ricardo Chibanga. Chamusca, 23-10-2021