Reportaje especial (41 fotos) : ¿por qué Duarte Fernandes fue el mejor en el cierre de Abiul?

Texto de EUGÉNIO EIROA - Fotos de ARAÚJO MACEIRA

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Las faenas de Duarte Fernandes en sus dos toros, anoche en Abiul, fueron lo mejor de la corrida que cerraba la Feria. Sin entrar en la perfección, sin rozar lo realmente excelente, sí fueron dos buenas faenas, lo realmente importantes como para hacer que el joven sobrino de Rui Fernandes fuese lo mejor de la noche. Frente a la irregularidad evidenciada por su tío, este Duarte mostró momentos puntuales en que nos hizo recordar al Rui Fernandes de sus mejores momentos, en otros tiempos, en otras plazas.

Duarte Fernandes tiene un toreo basado en los principios en que se asienta el de su tío. Tiene muchos tics, muchas expresiones, muchos recursos asumidos que le convierten en un digno sucesor de su tío, al que podrá incluso superar con el tiempo si persevera en el buen camino en que parece hallarse.

Los dos primeros toros de la noche, que correspondieron a Rui Fernandes y a Miguel Moura habían sido dos astados que acusaron falta de codicia, mostrándose poco colaboradores -por decir algo-. Estos toros de Passanha (Murubes, nhoc-nohc), que otras veces son perfectos para dar el camelo de aparentar que están ahí, persiguiendo incansables al caballo, con ese su son tan característico que te pillo, que te pillo... pero no te mato... esta vez fueron -cuatro de ellos- vulgares castañas, especialmente los dos de inicio, además demasiado vulgarizados con tanto banderillero a sobarlos y... ya de por si morlacos con pocas miras de resultar de interés.

Como el tercero de orden, correspondiente a Duarte Fernandes mejoró sobre lo que vimos en los dos primeros, el joven cavaleiro enseguida se agarró a los mínimos que al menos el Passanha ofrecía y ya no lo soltó, construyendo una faena bien articulada, faenas dos en las que el compromiso de Duarte en la cara de los dos toros lo decía todo, empezando por el tercero. Abajo pueden ver fotos que hablan por si solas al respecto. Lástima que en sus dos faenas, al igual que su tío (es el estilo de la casa) no optase por bajar de revoluciones los caballos, además de evitar algún toque innecesario, no le iría mal al Toreo y permitiría poder afinar en la colocación de la ferragem).

En su tercero, Duarte Fernandes envió rapidamente un mensaje que captaron muy bien los espectadores : el que va a salvar esta corrida soy yo, empezando por este toro, al que voy a sacar partido como van a ver ustedes... Dicho y hecho... recibió de modo vistoso y efectivo a su primer toro doblándose en un palmo de terreno y... claro, el público, que no es idiota, se puso inmediatamente de parte del chaval. A partir de ahí fue construyendo una buena faena, sustentada en diversas batidas al pitón contrario (marca también de la Casa Fernandes), efectuadas con notable valentía y riesgo, sin renunciar ni un momento a andar machaconamente en la cara del toro cada dos por tres, con salidas en piruetas, desplantes, provocaciones y expresividad que el público volvió a agradecer con especial entusiasmo. Duarte tuvo algunas imprecisiones pero fue muchísimo más lo que sacó a colación en el platillo de lo positivo, culminando así una muy buena actuación que acabó por marcar el rumbo de la corrida. Porque fue evidente : el tío, al ver cómo el sobrino le comía el terreno con lo que acababa de hacer, quedó obligado a espabilar al máximo -pero ya era tarde- en el cuarto; y Miguel Moura tres cuartos de lo mismo, aprovechando -además- Moura las bondades que el quinto de orden iba a tener.

En el toro que cerraba la corrida, Duarte Fernandes no tuvo el toro manejable y colaborador que fue el tercero. Fue, otra vez, más bien un torete basto, sin clase, por momentos desinteresado en las reuniones, lo que dificultó la precisión a la hora de clavar. Pero lo cierto es que Duarte Fernandes se volvió a mostrar rotundamente empeñado en su labor, esta vez dispuesto a sacar petróleo donde casi no había. Procuró no abusar de los viajes y quiebros al pitón contrario, busco descaradamente la frontalidad y verdad en su apuesta por un toreo verdadero, volvió a tener que cometer alguna imprecisión, pero el público ya estaba con el, ya definitivamente le había proclamado el mejor en la noche de Abiul. Y la verdad es que lo fue, con una faena importante en el tercero y una faena muy digna en el que cerraba plaza, comprometiéndose en todo momento a dar el litro, cosa que agradecen y mucho los aficionados que son habituales año a año en la plaza del municipio de Pombal.

En resumen : aunque torea casi siempre en España y poco en Portugal, el joven Duarte Fernandes mostró que ahora mismo es de lo mejor entre los más bien jóvenes cavaleiros lusitanos. Claramente de lo mejor. Su apuesta por un toreo donde la verdad y el compromiso relucen, acaba por enganchar a los aficionados y, como sucedió en Abiul, acaba por darle el triunfo, doble triunfo : ante un toro bueno de Passanha y ante un toro bastante menos bueno, por no decir flojete, del mismo Passanha.

Quédense ahora con las fotos del reportaje especial : 









































TRIBUNA da TAUROMAQUIA

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