La lección de respeto a la Tauromaquia que en Nazaré dieron los forcados de Santarém y Montemor

Texto de EUGÉNIO EIROA - Fotos de ARAÚJO MACEIRA

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No es fácil, no es sino arriesgado permanentemente, el "oficio" de forcado. Y no siempre salen las cosas bien. Cuando un toro se arranca, sabe Dios lo que viene detrás...

En Nazaré, el sábado, en la corrida de los maestros, los forcados no estuvieron mal. Hubo 4 pegas interesantes, un par de ellas muy buenas incluso y... 2 pegas que no salieron como sus protagonistas deseaban, incluso con momentos de indudable peligro, como recogen bien las fotos que siguen, correspondientes a pegas a cargo del grupo de Montemor y del grupo de Santarém.

Incluímos así fotos de momentos menos felices el sábado. Pero no con ánimo crítico alguno -aunque algún fallo (indudablemente) se cometiese- sino como concienciación del gran público sobre el enorme mérito que tiene un forcado poniéndose delante de un toro y los enormes riesgos que corren cuando las cosas no salen bien, o como ellos desean. Ahora bien : dar la vuelta al ruedo tras una pega, tiene que ser siempre un premio al mérito, al éxito alcanzado, a lo que resultó bien... esto debería de estar muy claro en todas las corridas que se celebren en Portugal. No se puede (no se debe) dar una vuelta al ruedo cuando se consuma la pega en un cuarto intento, pongamos por caso... No se puede conceder una vuelta al ruedo, no se puede dar una vuelta al ruedo por muy valientes que sean todos los forcados intervinientes, o por mucha paliza que el toro les haya dado... o porque desde la bancada lo exigen trescientos o cuatrocientos parientes y amigos del grupo de serviço...

Sea como fuere, en tiempos en que la Tauromaquia portuguesa está muy necesitada de seriedad, hay que saludar la actitud de los grupos de Montemor y Santarém, el pasado sábado en Nazaré, negándose a dar la vuelta al ruedo en aquellas pegas en que las cosas no les habían salido bien. Ese sentido -tan necesario, sano y elogiable- de la autocrítica, que les lleva a rechazar la tentación de convertir algo que tiene que ser serio en una obra de teatro -como algunos ignorantes estúpidamente pretenden- es muy de aplaudir y resaltar. El sábado, en la plaza de Nazaré, Montemor y Santarém (sus grupos de forcados) dieron una lección de respeto a lo que es y debe de ser la Tauromaquia. En contraposición a ello, en la plaza no faltó quien -está muy claro, por tercera vez ya- no sabe realmente por donde anda.



































TRIBUNA da TAUROMAQUIA

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