Editorial) "Ajudem a salvar o Campo Pequeno" : "já dei muito para esse peditório"...

Texto de EUGÉNIO EIROA .

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Está casi todo podre, o medio podre, o instalado en la vulgaridad y en la falta de principios incluso.

Salen de una y se meten en otra.

Van a gusto encima de la burra unos cuantos - una especie de tontos perdidos de la película- para que otros cuantos se pongan las botas en sus tejes y manejes.

Por medio, los hechos y las anécdotas se suceden : duele ver videos, como -por ejemplo- el de esa portátil, más vacía que otra cosa... mientras un cavaleiro por allí galopa en medio de nubes de polvo que se levanta. Es como si parte del público aficionado supiese ya quien es el tipo al que le podrían -o no- darle los cuartos. Y optan por no ir a la taquilla a entregarle un céntimo a quien va de desastre en desastre organizativo.

Duelen muchas cosas, que denotan en no pocos casos falta de seriedad, absoluta falta de seriedad en esta Tauromaquia portuguesa, a la que intentamos servir y de la que de vez en cuando solo recogemos como feedback escupitajos y desprecios. 

Fíjense cómo va a terminar la recomposición del cartel de Lisboa para cubrir la ausencia de Cayetano. Va a terminar con un cartel que incluye a un torero que no torea más que de pascuas en viernes, recomendado al parecer (ya contaremos la historia) y filtrándose en compadreo el asunto rapidamente al escriba amigo del alma y con la otra amiga tocando también a rebato las campanas de su campanario...

¿Es esto serio?. ¿Merece Lisboa, Campo Pequeno, ese show de vulgaridad, medianía, compadreo, falta de respeto al propio público, a los aficionados en general...?. 

Nos es igual que la información la haya filtrado el Pombeiro, el ex-forcado padre, el forcado hijo, el espíritusanto, el propio torero elegido... o el lucero del alba. Nos es igual... alguien se fue de la lengua, en lo que tenía que ser un respetuoso secreto hasta que la empresa de Lisboa oficialmente lo anunciase.  Pero no... a las 11:22 del día de hoy, ya estaba el secreto desvelado y fornecido al escriba amigo del alma. Es el tinglado impresentable en el que funciona (?) buena parte de la Tauromqquia portuguesa, con su maquinaria bien engrasada.

Luego anda por ahí el Pombeiro de turno a pedir unidad, apoyo, hay que empujar todos, remar todos en la misma dirección para salvar Lisboa... todos unidos lo lograremos, dice...

¡No hombre, no! : a Lisboa la va a salvar ese amigote al que le chivan o le soplan a la oreja lo que no deberían de soplarle. O la otra señora, que o pasan por su taquilla o... no existen.

Esos y los que van a gusto atrofiados y subidos encima de la burra, son los que van a salvar Lisboa. No lo duden. 

Los demás, los que damos todo a cambio de nada, los que no cobramos por los reclamos y carteles que generosamente publicamos y republicamos, nosotros, no vamos a salvar Lisboa... Por eso, porque nos hemos cansado de hacer el papel del imbécil, no vamos a seguir por más tiempo acudiendo a la llamada del todos unidos, todos en el mismo barco salvador, porque... hemos visto y comprobado que quienes llaman a esa unidad de destino en la universal, a la hora de la verdad, no son sino cabras... (valga la expresión y sin ánimo peyorativo). Y sabido es que la cabra siempre tira al monte (valga la metafórica expresión también).

Observarán ustedes que, a partir de hoy, los reclamos de la plaza de Lisboa van a desaparecer de la TRIBUNA da TAUROMAQUIA. No va a quedar ni uno. Como bien queda dicho, no hacemos falta alguna para "salvar Lisboa, salvar Campo Pequeno". Nos lo están diciendo bien claro algunos golfillos con la realidad de los hechos. Hemos tomado muy buena nota. 

Seguiremos informando sobre lo que sea noticia en Lisboa. Pero ya promover, apoyar, recomendar, propagar, difundir, divulgar ampliamente los espectáculos que en Campo Pequeno se celebren, eso quedará para otros. Nos hemos cansado de ser el tonto de la película. Hemos puesto la mejilla, una vez, dos veces... pero ya no hay más mejillas para poner.

Que les vaya muy bien, a esa jarca que al respecto anda suelta. 

Nosotros continuaremos esforzándonos con quienes con sus hechos y su modo de comportarse realmente merecen la pena. Desde nuestra independencia y línea recta, seguiremos nuestro camino, en el que, tengan por seguro, no se incluye hacer permanentemente el gilipollas.

Hemos sido, eso sí, lo suficientemente pacientes, que a nadie le quede la menor duda y no nos obliguen a entrar en lastimosos detalles. Pero todo tiene un límite.

Conviene que retiren lo de "histórico" para no ser el hazmerreír ibérico...
TRIBUNA da TAUROMAQUIA

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