Editorial) Sobre la absurda campañita que unos cuantos fundamentalistas intentan montar a Emiliano Gamero

Hermoso de Mendoza, no hace tantos años, en plazas mexicanas. Gamero hace piruetas con profusión en la cara del toro igual que las hacía en sus mejores tiempos el maestro de la foto...

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by EUGÉNIO EIROA
Fotos : Archivos, Arjona, Miguel A. Valdivielso y sin autor en la Net
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En la temporada pasada, en su recta final, ya sucedió. Y somos testigos de ello.
En algunas de las plazas -no todas- donde actuaba el rejoneador mexicano, Emiliano Gamero, tomaron acomodo unos cuantos detractores y se dedicaban en buena parte de la actuación del citado torero a caballo,hiciese lo que hiciese, a silbar la ejecución de las suertes, a alborotar y a tratar de ganar adeptos en la plaza, para esa especie de causa "anti" Gamero.
No les salió bien la jugada. La gran mayoría del público estaba con Gamero, vibraba con Gamero. Y el resto, si no gustaba, se quedaba en un respetuoso silencio.

Pero estos reventadores, bajo una supuesta defensa del Toreo a caballo como -según ellos- solamente puede ser... no son taurinos como los de antes, que si no gustaban de algo, emitían un silencio que ya hablaba por sí solo. Estos sujetos a los que me refiero -y que habrá que seguir aguantando en algunas de las plazas donde Gamero actúe- no son taurinos, ni son nada. 
Un buen taurino -tal como explicaba su caso el gran Marco Gomes en aquella entrevista que le hicimos- si no gusta, permanece en silencio, no aplaude, no vitorea, no gesticula siquiera... el silencio ya se entiende y se entendió siempre por reprobatorio en los Toros. Es suficiente...

¿Y por qué no el silbido, el griterío contra...?. Sencillamente porque cuando un torero a caballo, a pie, también un forcado, sea quien sea, sale a la arena... merece un enorme respeto. Porque se está jugando, en mayor o menor grado, la Vida. Y es desde ahí donde no tiene justificación alguna el silbido, la protesta... y sí el silencio si menester fuere.

Felizmente, la inmensa mayoría de los aficionados y del público que va a las plazas portuguesas, no está por la labor de esos apóstoles del fundamentalismo absurdo que, en vez de quedarse en casa o irse a otro sitio, se empeñan en ir a las corridas donde Emiliano Gamero torea, para intentar torpedear sus faenas en el ruedo, con silbidos, estupideces y hasta insultos.

Si no les gusta eso, si creen efectivamente que lo que Gamero hace es una "payasada" (como textualmente lo definen) : ¿qué rayos hacen en las bancadas de esa plaza?. Son como una especie de "policía religiosa" intransigente y atroz que no le da la gana de admitir que en la pluralidad, en la variedad de estilos y de modos de entender el Toreo, está el futuro de esto que llamamos la Fiesta. Y no quieren ver que en la cerrazón, el exigir o querer imponer un único y dictatorial criterio para todos los que salgan a una plaza, solamente estará la apertura del féretro en donde enterrar la Fiesta antes que tarde.

Creíamos que lo habido -cierto que de modo aislado y con más bien pocas voces en contra- en algunas plazas al final de la temporada pasada en contra de Gamero se había quedado ahí... Pero no, estos "comisarios políticos" de la Tauromaquia intransigente aparecieron ya, a la segunda corrida de Gamero este año, en la plaza de Alcácer. Y se frotaron las manos cuando un caballo hizo un extraño al mexicano... pasando inmediatamente a reírse y a silbarle; luego, cuando comenzó el rejoneador a remontar y a dar la vuelta a todo para acabar siendo vitoreado por la inmensa mayoría del público presente, entonces metieron las cabecitas debajo de los sobacos y... hasta la siguiente, en que volverán a pagar una entrada para ejercer otra vez su oficio de reventadores.

Estos sujetos confirman la teoría de que Gamero no solo arrastra público, arrastra también a sus "anti", a estos fundamentalistas que, si fuese un portugués el que hiciese las cosas que hace Gamero, entonces tal vez le tolerarían, mirarían para otro lado, porque... es portugués. 
Xenófobos los ha habido siempre. En todos los países, en todas las actividades. No podía ser menos la Fiesta de los Toros. Lamentablemente.

Vamos a tener una temporada animada, no les quepa la menor duda. Sujetos como estos, que no representan más que la opinión de una pequeña minoría, muy minoría, absolutamente radical y fundamentalista, olvidan que la historia del Toreo está plena de "numeritos" con los caballos, como ellos dicen... Y los más grandes rejoneadores han tenido en sus actuaciones momentos para esos exhibicionismos. Incluso los más puros como Hermoso de Mendoza, en algún momento lo han hecho.
Ya no digamos otros, como el legendario Ginés Cartagena aquel día en que puso la vieja plaza de Campo Pequeno boca abajo... haciendo cosas como las que hoy en día hace Gamero. Y aquella plaza de Lisboa, a rebosar, aplaudía a rabiar... (y no lo inventamos, estábamos allí aquel día). Y así podríamos citar casos y más casos de rejoneadores que en Portugal han sido acogidos con respeto y con importante valoración sin filias y sin fobias, acerca de lo que hacían sobre el ruedo.

La Tauromaquia solamente tendrá futuro si se aceptan sus muy diversas variantes y estilos; sus diferentes propuestas. Pretender imponer un criterio uniforme, un único estilo de Torero basado en lo clásico y en lo que cuatro fundamentalistas pregonen, no lleva a parte alguna. 
Cerrar las fronteras e impedir que en Portugal actúen "payasos a caballo" (así le dicen estos "antis" a toreros como Gamero) foráneos, sería poner puertas al campo y no lograr nada de lo que desean estos elementos. 
¿O acaso nos olvidamos de que Portugal ha tenido y tiene grandes toreros que no enveredaron por los caminos que preoconizan estos sujetos que premeditadamente van a las plazas a silbar al mexicano...?. Mestre Batista, los Bastinhas padre e hijo... y aún algunos más.

Vamos a dejarlo ahí porque de lo contrario es dar importancia a quienes no la tienen, en su intransigencia y en sus ticks xenófobos, tampoco representatividad alguna. 
Sin embargo, sí es bueno comentar lo comentado, para dejar constancia a estos embaucadores de que están perfectamente detectados. Porque quien no respeta a quien se juega la vida en un ruedo y va más allá del silencio, buscando la bronca, realmente no merece ser respetado.

Noelia Mota "volando" con su caballo en una corrida de rejones. Otras rejoneadoras -o cavaleira como Ana Rita- mostraron o muestran estilos parecidos

El "huracán" Ginés Cartagena, en la Maestranza, en Sevilla

No había tarde que Fermín Bohórquez no hiciese esto

¿Y qué me dicen del maestro Pablo Hermoso de Mendoza en sus primeros años?

Lea Vicens, bien a las claras...

Serían incontables las fotos que podríamos publicar...

El gran Diego Ventura, además de estas "levadas" incorpora el numerito del caballo supuestamente sin riendas (aunque con una cuerdecilla de nylon transparente al cuello con el que el jinete le guía o frena...)... Y aplauden todos, en Madrid, en Sevilla o... en Moita.

Y a quien no le agraden estas cosas, con no ir a la plaza, no tiene más... Todo menos coartar la libertad de quienes no dejan de ser unos artistas...

Andy Cartagena : esto es hacer el pino con un caballo,
en una corrida de rejones en España

¿Es Leonardo Hernández hijo un mal rejoneador porque haga estas cosas?

Gines Cartagena (q.e.p.d.) en sus tiempos

Y Gamero, el otro día en Alcácer do Sal








TRIBUNA da TAUROMAQUIA

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