Volvió por mayo el reventador antitaurino holandés. 
Es su oficio permanente -que alguien seguramente le subvenciona-, dada la cantidad de veces en que actua de tocapelotas y provocador. 
Lo suyo es tocar las narices a la Tauromaquia y provocar a los taurinos. 
Provocar, mostrarse medio en pelotas con letreros estúpidos y ofensivos, hacerse acompañar de vez en cuando por una fulana de su gremio que también suele mostrarse semi en pelotas o, a lo sumo, con sujetador y aspecto de vieja... 
El fulano ya no es notícia realmente. 
Este año parece que tenía frío y no fue por la Candelaria y San Blas, con la fulana de servicio, a lanzarse en la placita de Mourão (Alentejo). Busco un ruedo similar (en Anchuelo, Madrid) pero lo hizo con los calores de Mayo. Solo que calculó mal, al parecer, porque -según el- esta vez le dieron una somanta de leches, a el y a su compañera de viaje... 
Muy doloridos no debían de estar tras lo sucedido el día 2 en Anchuelo, que cinco días después se mostraron frescos y radiantes como rosas de mayo, para actuar con su repetitiva parafernalia nada menos que en la plaza de Las Ventas, en Madrid capital.

Lo ha hecho ya tantas veces el tocapelotas holandés que lo único increíble es que lo pueda seguir haciendo con la facilidad con que lo hace. 
Dicho de otro modo : un espectáculo como una corrida de toros debería tener a las puertas de la plaza un letrerito donde diga claramente "Reservado el Derecho de Admisión". Y a partir de ahí, teniendo en cuenta los numerosos antecedentes del elemento en cuestión y a lo que habitualmente se dedica, colocar en las puertas de acceso a una plaza como Las Ventas, una foto del sujeto, de manera que pueda ser perfectamente identificado cuando muestra al portero la entrada y pretende entrar al recinto. Y a partir de ahí, obrar en consecuencia.

Lo que sucede es que el tipo en cuestión actúa ya cada dos por tres (especialmente en España y Portugal, en Francia -por si acaso- ya se mide más), y por lo que se observa lo hace en la mayor impunidad, va y viene como periquito por su casa y luego monta el show habitual, de que si le corrieron a gorrazos, de que si la fulana con cara de vieja que le acompaña en el salto estaba aterrorizada porque la tiraron de los pelos para llevársela del ruedo, que si la Guardia Civil les llevó al hospital, que si les dieron optalidones y demás conocida parafernalia...

Ahora, no contento con lo de Anchuelo en el día 2, muy poquitos días después, el fulano decidió actuar en Las Ventas, a ver si el aburrido numerito a su cargo tenía algo más de resonancia. Pero claro, como el tipo este se lanza al ruedo cuando no hay lidia, cuando no hay toro, pues... no pasa nada. Otra cosa es que se lanzase al ruedo y se dirigiese a abrazar al toro cuando este sale de toriles, por ejemplo; pero el reventador actua siempre cuando el toro está muerto, o se lo han llevado a los corrales (como hace en sus numeritos si es en una plaza portuguesa).

Lo insólito es que el Mundo Taurino no toma precauciones, no reserva el derecho de admisión en las plazas de toros como antes hablábamos (al menos en las principales); el Mundo Taurino permite así que este tipo se coloque una especie de medallas, una por cada breve show que monta en una plaza. 
De manera que este iluminado presume ya de haber protagonizado (unas veces solo, otras acompañado por una de sus paracaidistas al uso) hasta 68 shows tratando de reventar un espectáculo taurino en una plaza. Y es verdad, lleva ese número de veces arrojándose a los ruedos -siempre en momentos donde no exista para el fulano peligro alguno- mientras el Mundo Taurino sigue cruzado de brazos, sin tomar medidas previas para que el tipo no siga aumentando su cuenta.

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tribuna da tauromaquia 
by NÉSTOR SEGURA
Fotografia : ROSALEA RYAN, en Las Ventas
Recuerde : imágenes a mayor tamaño si hace click sobre ellas).
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