Falta cada vez menos : aproxima-se o fim das touradas em Lisboa

Tiene gracia lo del "Chega". Quieren que la Plaza de Toros de Campo Pequeno regrese al nombre que tenía y que se dejen fuera historias esas de "Sagres Campo Pequeno" (así, con el Campo Pequeno, además, en letra pequeñita). Independientemente de que andan pidiendo un imposible, por mucho que políticamente quieran envolver de modo atractivo el asunto, más valdría que sus esfuerzos los hubiesen enfocado en exigir al tal Covões que garantice un mínimo de corridas de toros a celebrar anualmente en aquel recinto taurino y que jamás se limite a la cláusula de la concesión con la que se hizo con la gestión del recinto, cláusula que rebajaría el número de espectáculos taurinos a una cifra escandalosamente ridícula e insultante para los aficionados a las corridas de toros.

Para o Chega, “a Monumental Praça constitui um dos principais edifícios do neoárabe existentes em Portugal e é hoje um ex-libris da cidade de Lisboa, pelo seu valor cultural e emocional”, salientando que “gerações de aficionados, nacionais e estrangeiros, testemunharam uma parte importante da história da tauromaquia portuguesa nas suas bancadas”. “Actuaram ao longo da sua história os maiores nomes da tauromaquia mundial, seja a cavalo ou a pé, grupos de forcados e muitas ganadarias”, etc. etc. etc.

De enero para acá el tiempo ha pasado. Covões está muy a gustito -como diría Ortega Cano en una fiesta- con la concesión y el papel de la concesiòn, que le permite tener en "Campo Pequeno" arrinconada, literalmente arrinconada, la actividad taurina, reducida a una mínima expresión -que aún para más inri podría ser menos, cosa que debería preocupar gravemente al Chega, al PSD y a todos los partidos que respeten la Tauromaquia-. 

El tiempo va pasando y... nada se hace, ni nada se garantiza, para que Campo Pequeno vuelva a 8 o 10 corridas de toros por año. Nada se hizo, nada se hace, ¿nada se hará?. Probablemente nada se hará. Y lo peor es que hay mentes que ya asumen que a la vuelta de poco tiempo, las corridas de toros desaparecerán de Lisboa, como en su día desaparecieron de Porto... (lo acaba de decir una cavaleira en activo). El panorama no puede ser peor...

Por eso, gracietas de perder el tiempo andando a discutir el sexo de los ángeles, cuando en lo que hay que entrar a saco es en el meollo de la cuestión (exigir al concesionario Covões que respete el origen del Campo Pequeno, su razón de ser y construcción : garantizando de 8 a 10 corridas de toros anuales)... suenan a eso, a distraer la atención, marear la perdiz y que esto siga, estamos ya en mitad de abril, cuesta abajo y cara al final de las corridas de toros en la ciudad de Lisboa.

Y no le den vueltas, son los propios "agentes taurinos" (inútiles, incompetentes y hasta cobardes) los que están llevando esto de Lisboa, con su inacción, poco a poco, al trámite final del certificado de defunción. Falta cada vez más poco. No nos engañemos.

Post Scriptum) Es evidente que si se llenasen las bancadas las 4 veces que en este 2023 habrá Toros en Lisboa, eso sería todo un zambombazo. Y es necesario llenar como sea esas 4 veces la Plaza de Campo Pequeno. Pero no servirá de nada si acto seguido no se va una comisión de taurinos, verdaderamente representativa de todo el sector, a hablar con Covões y a exigirle que abra la puerta y garantice anualmente entre 8 a 10 corridas en Lisboa. Solo por ese camino habría futuro. Por el angosto sendero actual, tarde o temprano, esto termina. Tiempo al tiempo... Y no es culpa de Pombeiro, no se equivoquen.
by EUGÉNIO EIROA
Fotografia : ARAÚJO MACEIRA
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