Hágame usted un favor, amigo lector, amiga lectora : amplie la foto, haciendo click sobre la misma para que pueda ver detalles y expresiones de quienes en ella están, no solamente toro, cavaleiro y caballo.
José Canhoto estaba allí y captó el momento. El cavaleiro Marcos Bastinhas, ante un toro imposible, que se había encerrado en tablas, partió del otro extremo de la plaza, provocó dos veces ostensiblemente la arrancada del toro, pero el toro seguía allí, enculado en tablas... Bastinhas ya no se detuvo, fue con su caballo hasta la mismísima cara del toro, hizo un amago sobre la marcha, lo suficiente para que el toro despegase su trasero de las tablas y quedase allí un mínimo hueco entre el trasero del astado y la barrera... un hueco casi imposible de aprovechar, pero que con valentía total y con coraje a raudales, Bastinhas aprovechó para meterse con su caballo por allí y al revolverse el toro clavar la banderilla mientras cavaleiro y caballo pasaban por tan estrecho espacio. ¡Colosal!.

Hagan click usted en la foto, fíjense en la gente que está en la barrera, de izquierda para derecha. José Luis Cochicho, cavaleiro que fue y ganadero, con la boca abierta de par en par y echándose hacia atrás en el asiento, asombrado. A su lado, João Simões, un legendario forcado, igualmente impactado, admirado y con la boca abierta; al lado de Simões, un señor que sujeta a un niño y otro señor harto pensativo, sin duda que ambos se preguntan cómo es posible aquello que están viendo... Ya siguiendo la línea de barrera, de izquierda para derecha, un señor de barbas se levanta enardecido del asiento aplaudiendo, a su lado aparece uno de camisa azulada, gafas colgando del cuello, ya levantado este otro aficionado y echándose literalmente las manos a la cabeza ante lo que estaba viendo...
La foto de José Canhoto es genial porque resume, en las expresiones de los espectadores, la grandeza, la grande emoción y el enorme riesgo del momento protagonizado por Bastinhas y su caballo... El Toreo es esto también. No le demos vueltas. 
Y no cabe decir, llamemos al banderillero y que saque con unos capotazos el toro de las tablas y abra el hueco... para luego cómodamente entrar por allí el cavaleiro y colocar la farpa. No vale esto si en la plaza hay un cavaleiro con valor y arrojo, con valentía y dispuesto, como en Almeirim y en muchos otros sitios viene siendo Marcos Bastinhas. 

Imaginemos una corrida a pie... cuando el torero, un José Tomás, un Roca Rey, se pasa los pitones del toro de modo ajustadísimo a su cuerpo, poniendo auténticamente en juego su vida... Siguiendo la teoría de la comodidad y ausencia de riesgo, llamamos al banderillero y movemos el toro de sitio, a ver si podemos luego darle un pase más cómodamente sin jugarnos tanto la vida... ¡No!. El Toreo es emoción y es riesgo. El dia que deje de tener emoción y riesgo, se acaba todo y deja de ser Toreo para ser una obra de teatro. Y el público, no le demos vueltas otra vez, quiere ver lo que se ve en esta foto, por ejemplo. 
Comprendo que a alguno no le guste y es muy respetable su opinión. Pero también es muy de respetar, aplaudir, reconocer y agradecer en nombre de la Tauromaquia, lo que el cavaleiro Bastinhas hizo en Almeirim, jugándoselo todo a una carta... Acciones así son las que devuelven la credibilidad a la Fiesta de los Toros, que a veces tan necesitada está de ella.

P. S. ) Y en esta hora de reconocer y aplaudir la toma de riesgos como el que nos ocupa a través de esta foto, es de toda justicia recordar al cavaleiro Rui Salvador y sus famosos "ferros impossíveis", protagonista en no pocas ocasiones de acciones como la que hoy nos ocupa y que aplaudimos y defendemos. 
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tribuna da tauromaquia 
Fotografia : JOSÉ CANHOTO
Recuerde : imágenes a mayor tamaño si hace click sobre ellas).
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