Continúa la polémica sobre los impresentables toros en la televisada de Navalcarnero

No me gusta repetirme, y además soy vago para la escritura, pero la situación de la presentación de los toros en las plazas en este arranque de temporada, por decirlo de manera suave, es alarmante y peligrosa para el bienestar de la Fiesta. Un auténtico despropósito sin justificación alguna.
Estoy de acuerdo en hacer festivales y benéficas, el sector taurino siempre ha sido generoso con las causas sociales, pero no con un ganado deleznable, recortado e impropio como el que salió en Navalcarnero, festejo televisado y público para mayor escarnio.
Si Gonzalo Caballero, con toda la buena intención que se supone, quería contribuir con los más desfavorecidos y de paso reinvindicar su presumible lugar en el Toreo, creo que debía hacerlo con un toro en condiciones, serio y en puntas, y no con desechos de cabaña brava, que invitan a cambiar de canal y alimentan, y con razón, a los antis y sus propuestas animalistas. 

De El Cordobés, un tío majete, de dilatada carrera y en sus últimas horas como torero, se esperaba un grado mayor de coherencia y respeto a su profesión. No se puede anunciar con "eso" que salió por chiqueros como corrida de toros; propongan un festival y todos saben a lo que van y santas pascuas.
Y para no dejar títere sin cabeza, y aunque sean donados, pues yo como ganadero no me atrevería a pasar factura de ese ganado, pediría a los criadores de toros respeto y amor a su labor. Flaco favor hacemos soltando esos bureles de mínima condición y a la vista de una televisión, dimensionado a la luz pública uno de los graves problemas que asolan nuestra amada Fiesta.
Lo siento, no me podía estar callado, paso vergüenza ajena, pero la Tauromaquia es mi pasión, y ustedes, con la "charlotada" de Navalcarnero volvieron a atentar gravemente contra ella.