Por Jesús López Garañeda, Federación Taurina de Valladolid
Fotos de Juan Fermín Rodríguez.
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Andan los aficionados con la mosca detrás de la oreja, ante las noticias de las nuevas plataformas de televisión que dicen van a retransmitir los acontecimientos taurinos de esta temporada, como por ejemplo la Feria de San Isidro en Madrid o la de las Fallas de Valencia y, por ahí andan las negociaciones, la de Abril sevillana.

Lo cierto es que esto acaba de empezar en una temporada en la que muchos tienen depositadas sus esperanzas, al haberse recuperado los aforos y las llamadas a cubrir los tendidos de las plazas y la incertidumbre es la nota dominadora en estos precisos momentos.

Nos hablan de una nueva plataforma de capital alemán que se dedica a la retransmisión futbolística y que será quien ofrezca la feria de San Isidro en detrimento de la empresa de Movistar toros a la que estábamos afiliados algunos y que en estos momentos no sabemos si continuará, si dará, si ofrecerá, ni si tendrá en cuenta el catálogo de clientes en las más importantes ferias toreras y taurinas.

La Presidente de la Comunidad de Madrid declaró en la Gala de San Isidro que Telemadrid emitiría en abierto, gratis et amore, de baracalofi para entendernos, catorce festejos de la feria y One toros el resto de carteles. Y todos los días nos vamos desayunando con la importancia que ahora tienen los toros para los medios de comunicación, cuando por aquello de las modas y rechazos, los toros fueron apartados del todo de las parrillas de programación.

Los estudios mercantiles de mercado que hacen las empresas dan como importante la atención de recursos para este espectáculo, el segundo de masas en España tras el futbol y ahora parece que resurge de sus cenizas del olvido y empiezan las competencias a marcar líneas, con momentos de zozobras, angustias por un lado y por otro, esperanza incierta en la novedad que no puede poner puertas al campo ante la globalización de la imagen por fibra como existe en la actualidad.

Seguramente, y ese es el deseo, que no pase como cuando empezaban las cadenas privadas de televisión a retransmitir toros a troche y moche, llegando a la hartura por emitir deficientes espectáculos que aborrecieron hasta los propios taurinos. Dar calidad en esto es fundamental y muy posiblemente se aprendiera la lección, aunque con el vicio de la inmediatez, muchos lleguemos a ponerlo en duda.

La televisión en la que muchos empresarios creen que es «bienvenido mister marshall» para cuadrar su cuenta de resultados, sin considerar que ellos mismos tienen en sus manos la solución al ofrecer espectáculos y festejos con emoción, riesgo e integridad, pues, como suele decirse, aquí está casi todo ya inventado. Lo único que no está inventado es la bravura, la fuerza, la emoción, la casta de un toro de lidia y la luz y el colorido de una corrida.

Atentos, pues, a la pantalla que vuelve la televisión.