TRIBUNA da TAUROMAQUIA
by Rosalea Ryan, foto.
Néstor Segura, texto.
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Andrés Romero es un buen rejoneador que tiene un buen apoderado que le levanta contratos de debajo de las piedras. Romero, que suele darlo todo en las plazas, todo lo que sabe, algunas veces no tiene la tarde redonda que pretende siempre. 
Estas cosas pasan, son cosas del Toreo, pero estropean un buen trabajo, como el que -sin duda- pretendió en Granja el rejoneador onubense. 
La foto, de ese festival reciente, nos muestra a Romero en apuros, serios apuros, porque si el toro no fuese embolado, sabe Dios qué podía haber pasado. 
Y al igual que en España una buena faena se emborrona -y se queda sin premios del respetable y de la presidencia- si no se mata bien, en Portugal (donde no es necesario matar al toro) es bueno cuidar estas cosas, tener mejor suerte para, en lo posible, evitar que sucedan. Ahora no tanto, que hay públicos que ya tragan por todo, pero en otros tiempos que el cronista vivió... ¡vaya si en Portugal estaban mal vistos y eran un desdoro los toques y las situaciones como la que certifica la foto!.
Deseamos a Romero, faltaría más, mayor suerte en los próximas compromisos para que no tenga que pasar por situaciones como esta.


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