TRIBUNA
 da TAUROMAQUIA

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Ayer, 17 de febrero, evocamos bajo el título de día triste para la Tauromaquia portuguesa, a dos toreros ya fallecidos, desaparecidos en un 17 de febrero precisamente : Manuel dos Santos y Mestre Batista, dos figuras legendarias.
Pero se nos quedó atrás, otra figura no menos legendaria, "portuguesa" por matrimonio y afincada durante mucho tiempo en tierras lusitanas : Conchita Cintrón
Así pues... aniversario luctuoso de Conchita Cintrón que se nos pasó por alto en medio de las prisas de esta vorágine que supone todos los días aportar asuntos de lectura para la gran legión de seguidores y seguidoras de la TRIBUNA da TAUROMAQUIA.
No olvidamos, no, a doña Concepción Cintrón Verrill, conocida profesionalmente como Conchita Cintrón, que nació en Antofagasta, Chile, el 9 de agosto de 1922 y falleció en Lisboa, Portugal, un 17 de febrero de 2009.
Conchita fue una figura del rejoneo que dejó un lugar importante para la Mujer en el Toreo a caballo y en toda la Tauromaquia.
Como recuerda -y bien- Héctor Chávez, de "Porta Gayola", con solo 12 años entró Conchita en la Escuela de Equitación de Rui da Cámara, conocida como "El Picadero". Rui da Cámara, cavaleiro portugués, pronto se fijó en las dotes de la chica y concibió la idea de convertir a Conchita en figura del rejoneo y del toreo a pie. De este modo, se convertiría en su mentor.
Un día se le ocurrió al maestro incluir las prácticas de rejoneo en el repertorio de ejercicios de los alumnos, utilizando una silla. A Conchita le atrajo el nuevo juego, y pidió a su profesor que le enseñara todo lo referente al tema.
En enero de 1936 se organizó en la plaza de toros de Acho un festival benéfico de carácter hípico-taurino que incluía una exhibición de salto y, como colofón, la lidia y muerte de unos novillos de media casta por unos aficionados peruanos. A Conchita se le presentaba así la oportunidad de actuar en público por primera vez, poniendo en práctica todo lo aprendido hasta el momento.
Cuando Conchita tenía 16 años, el gran matador mexicano Chucho Solórzano, entonces en la cima de su popularidad y a la sazón contratado para la feria de Lima, vio actuar a la chica en la placita, y conversó con Rui da Cámara para que se presentará en la capital mexicana. En junio de 1939, Conchita partió en un vapor a tierras mexicanas en compañía de Rui y Asunción. Así, si Conchita se inició en el toreo en tierras peruanas, hay quien dice que se hizo torera en México.
De agosto de 1939 hasta fines de 1943, Conchita toreó en la capital y los estados de México hasta 211 corridas, matando a estoque 401 toros. Alternó con las más importantes figuras del toreo del momento y su carrera quedó definitivamente ligada a nombres como el de Fermín Espinosa Armillita Chico, Lorenzo Garza, Luis Castro El Soldado, Luis Procuna, Silverio Pérez, Chucho Solórzano y de todos los grandes maestros mexicanos de la época, sin dejar de mencionar tres que grabaron su corazón por siempre: Juanito Gallo, Alberto Balderas y José González Carnicerito...
Así comenzó aquella gran estrella mundial que fue Conchita Cintrón, afamada luego en todos los países taurinos donde actuó y entusiasmó.