Por Jesús López Garañeda, Federación Taurina de Valladolid.

Alonso del Castillo Solórzano fue un importante escritor del Siglo de Oro, autor de numerosas novelas a disposición de los lectores, ricas, gustosas y entretenidas como casi todo lo que surgió en la literatura durante el llamado siglo de oro español

Hoy hemos encontrado un cuadro en acuarela pintado por un amigo, José Ramón Muelas, inspirado en los textos históricos de 1617 que relatan las funciones en honor a San Roque, santo al que estaban destinadas las fiestas en la Villa de Tordesillas hasta que se trasladaron al mes de septiembre porque «en agosto algunos rexidores y vecinos no acuden a las funciones por ser tiempo caluroso y estar en la fuerza de recoger los granos». Así aparece textualmente en el Libro de Acuerdos del Ayuntamiento de Tordesillas.

En dicho dibujo aparece Alonso del Castillo Solórzano, célebre garrochista, quien desde una de las ventanas anejas a la plaza mayor clavó al toro que yace muerto a los pies del mismo. En la leyenda pone:

«Tordesillas, 1617. San Roque, Plaza mayor. Afortunado garrochazo procurado por Don Alonso del Castillo Solórzano a uno de los toros desde la segunda ventana de la casa de Doña Juana de Mora, esquina a Santa María«.

Este dibujo muestra con sincera exactitud ropajes, personajes y gentes que vivían en Tordesillas y que al llegar la festividad de San Roque corrían toros en una muestra festiva cuyo gusto aún perdura en los tiempos presentes.

Con el tiempo y hasta que se sacaron los festejos de la plaza mayor de Tordesillas trasladándolos a una de fábrica, el lugar mantuvo la costumbre de correr los toros en dicho recinto y desde las balconadas eran vistas y aplaudidas o recriminadas las acciones de los toreros de fortuna, que bien a pie o a caballo intervenían en la lidia, como se recoge en el relato de esta acuarela.

Este es un ejemplo más del arraigo secular que guardan los muros de la Villa de Tordesillas tratándose de la lidia de toros.

De ahí surge el lema: «Sin raíz, nada«.