tribuna da tauromaquia
La situación de abandono y desastre -por desatención municipal- que vive la que era hasta hace poco plaza de toros de Gijón (Asturias) duele en el alma a cualquier taurino. Recientes fotos de publicadas en la prensa astur indignan dado el aspecto en que se halla esa plaza, víctima del capricho dictatorial de una alcaldesa socialista, que impuso sus gustos personales al criterio de respeto a toda la ciudadanía gijonesa, como cabría al caso...

Nuestro amigo Jesús López Garañeda, desde la tribuna de la Federación Taurina de Valladolid, denunciaba en días pasados este escándalo...

La plaza de toros de Gijón, cerrada a cal y canto para los espectáculos taurinos por una Corporación presidida por la alcaldesa, declarada ella misma antitaurina, Ana González Rodríguez (que se embaula por su cargo político un sueldecillo de 68.879 euros anuales de todos los contribuyentes gijoneses, incluidos los taurinos) alegando que el Bibio es un recinto que no reúne condiciones de seguridad urbanística para celebrar en él festejos taurinos, pero sí saraos de otro tipo como conciertos, mojigangas y demás, es un recinto señero y conocido que cumplió 150 años de historia.

Rubén Pérez, del grupo Ciudadanos, ha señalado como lamento que : Parece que prefieren que la plaza de toros acabe en ruinas como la de Oviedo con tal de que no haya toros en la ciudad”.

Por su parte el presidente del PP local, Pablo González, se compromete a revertir la situación de El Bibio a partir de mayo, en lo que califica de “cierre ideológico. Y ha declarado que: Si fuera real la preocupación del gobierno, y asumiendo que haya riesgo por el uso de la plaza de toros, se podría limitar el uso de determinados tendidos, no usándose las zonas bajo estudio, pero permitiendo el uso de la gran mayoría de la plaza”. “Todos los gijoneses saben que los informes son grandes excusas para impedir que Gijón tenga su feria taurina, señaló.

De todos modos, llegan las elecciones locales en cinco meses y ya veremos el resultado que las urnas deparen a unos y otros. Ese será un buen test para comprobar lo que tanto se cacarea, se vocea y los medios dedican a contar su realidad y no la de los ciudadanos y dar a cada servidor público, como se hacen llamar cada vez más erróneamente, políticos que no buscan el bien común de todos.

La Plaza de toros de El Bibio donde la familia vallisoletana de los Zúñiga, padre e hijo, entregaron su tiempo, su profesión, su trabajo y su dinero para ponerla en el lugar en que estaba como insignia de las ferias del Norte de España, se ve abandonada, triste y sola como la canción de Fonseca. Ella era un buen sitio para pasar allí una feria bonita, atrayente y plena de torería en esos veranos hermosos de Gijón, rotos para los taurinos tras una cacicada de urbanismo y amores de mascotas que ni comen las berzas ni las dejan comer. Y un recinto que fue orgullo de Gijón y de los taurinos, hoy está en franco abandono, decadencia y desprecio. No nos queda más que dar ánimos a la peña astur de Gijón por su reivindicación y a Carlos Zúñiga, hijo, para que vuelvan otra vez los toros al Principado de Asturias.


Lo que antes era...