Otra vez más : Juanito deja en Vila Franca tarjeta de visita de torero realmente importante...
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Un momento espectacular de la faena brillante de Juanito en Vila Franca. |
Juanito cerró su temporada portuguesa -aún le queda compromiso en España- con brillantez, también con susto, dejando claro, otra vez, también en Vila Franca, que quiere ser torero de renombre, de los que se llaman figuras y que el 2.022, al final, va a servir para lograrlo, porque en este año -salvo aquello de Madrid que parece claramente superado- el torero portugués ha arreado duro, ha estado brillante, muy brillante en no pocos momentos y... ha demostrado que hay en el una voluntad muy firme -y unas aptitudes que saltan a la vista- para alcanzar el objetivo de llegar a la cumbre del Toreo.
tribuna da tauromaquia by Néstor Segura.
fotos : Rosalea Ryan
Terminó la Feira de Outono de Vila Franca de Xira. Donde hubo de todo, cosas muy buenas, cosas buenas y vamos a decir : cosas no tan buenas para que Rui no se excite...De entre lo muy bueno, está lo que João Silva "Juanito" pudo hacer con uno de los dos toros Veiga que le correspondieron (el otro fue un toro imposible). Y ese sello de entrega absoluta, pero -en cuanto el toro se lo permite- también brillantez más que notoria, es lo que Juanito ha dejado -otra vez- en Vila Franca, impreso e indeleble, si es que aún quedaba algún espectador, algún aficionado, con dudas al respecto. Cierra así su temporada portuguesa con brillantez y no escasa, el torero que arrastra a los aficionados, que llena las plazas, que entusiasma y que aporta tanto al actual momento de la Fiesta (y ya no digamos del Toreo apeado) en Portugal.
"Al tercero -que no era un dechado de perfección, pues por un pitón iba bien y por el otro no llegaba a mediopensionista- le dio Juanito medicina del frasco de sus mejores esencias".
El tercer toro de la última corrida de la Feria de Vila Franca pesaba 460 quilos y era uno de los "zapatitos" característicos de la ganadería de Manuel Veiga que cuando salen buenos te puedes lucir -como fue el caso- pero como salgan atravesados, y más al no haber suerte de varas por medio, no hay posibilidad remota de enmienda (como también fue el caso con el sexto toro esta vez).
Al tercero -que no era un dechado de perfección, pues por un pitón iba bien y por el otro no llegaba a mediopensionista- le dio Juanito medicina del frasco de sus mejores esencias. Y el toro lució lo suyo y lo que supo disfrazar el torero, en una actuación importante, por momentos de categoría.
Juanito leyó, otra vez, bien las condiciones del astado. Cargó la faena más -lógico- por el lado en donde el toro iba en profundidad, sin regateos... Ahí construyó Juanito lo mejor de una faena donde no faltaría el toreo circular -ya clásico en el- pero también pinceladas de una mezcla de clasicismo con el toreo alegre que tanto agrada a los portugueses cuando ven en sus plazas toreo a pie. Vistoso con el capote, esmerado con la franela, Juanito dio lo que esperaban en las bancadas repletas y... no solo no decepcionó en momento alguno, sino que a no pocos de los presentes volvió a entusiasmar a raudales. Hizo clientes, nunca mejor dicho, para la cita de este próximo fin de semana en Fregenal de la Sierra (Badajoz).
Con ese toro de Veiga, Juanito -torero al que la cabeza funciona muy bien, por lo que estamos viendo- logró lo que debe entenderse como una faena grande, porque estuvo repleta de momentos de calidad y porque lo que hizo, además de hacerlo rotundamente bien, suscitó ese murmullo, ese run-run del público presente en la plaza, que tanto significa, en cuanto a elogios se refiere. Torero importante -porque lo es- mostró ser en Vila Franca, dejándonos a todos una gran tarjeta de visita con el mensaje de que debemos estar muy atentos a lo que haga en la próxima temporada 2023, que puede ya ser el abrir la puerta definitivamente de la casa de los toreros grandes, donde -da la impresión- parece tener derecho a "lugar cativo".
Estaba la plaza de Vila Franca con el run-run, el boca a boca, el comentario de como haga lo que hizo en el primero, esto se viene abajo... cuando salió para Juanito el sexto toro del día, un ejemplar de 455 kilos que iba a ser un desengaño del público; no para con Juanito, sí para con el toro... Y es que a este astado al que recibió Juanito con espectacular saludo de capote, plagado de largas, toreo de rodillas y otros vistosos lances iniciales... vendría luego a suceder por parte del toro una respuesta muy complicada, fea, desabrida, inútil para aprovechar y poder construir una faena de muleta que mereciese la pena...
Había estado bien Juanito con su capote. Alegre, vivaz, dispuesto, decidido, a revienta calderas que suele decirse... Y en las gradas subsistía aún aquel run-run de enorme expectación por el a ver qué pasa... Fue ahí, en ese momento post-capote y previo al tercio de banderillas, cuando a Juanito no le funcionó la cabeza : en Portugal hay la puñetera manía por parte de muchos espectadores de creer que un torero es más torero si también banderillea... Y la realidad nos dice que no todos los toreros sirven para banderillear, lo que no tiene por qué desmerecer en lo más mínimo su condición y categoría como toreros y su nivel artístico. ¿Que banderillea?, pues muy bien; ?¿que no es de los llamados por Dios a esa suerte?, pues no pasa nada, que se esmere en el resto y vamos p´alante como los de Alicante.
Contagiado del run-run existente en la plaza, Juanito no se lo pensó dos veces, pidió los palos y como si fuese un torero rahiletero se encaminó al centro de la plaza para protagonizar aquello que no es lo suyo... y como no es lo suyo, pues no estuvo bien, esa es la verdad; encima el toro -que debió de sospechar la inseguridad del torero- acabó por echarle mano, momento en el que fue importante la rápida intervención del banderillero João Ferreira haciendo el quite providencial -a cuerpo limpio que decirse suele-.
Recolocado física y mentalmente en la faena, Juanito se topó con la realidad. Aquel toro no estaba para florituras de ningún tipo; no repetía en nada, mostraba desconfianza y se desentendía de lo que el torero con su muleta planchada trataba de proponer al morlaco. No le quedó otra que abreviar aquello y venir con sus expresiones a decir al público lo siento en el alma, ya vieron que hasta traté de poner banderillas para agradar a ustedes pero... este material que delante tengo es impropio para consumo.
Con todo, tras la corrida, Juanito pasó a un hospital de Lisboa, donde ha sido examinado anoche y hoy a primera hora de la mañana de este lunes, al detectársele una lesión en un hombro, producto del momento en que el sexto toro de la tarde le echó mano en Vila Franca. Juanito es ahora duda para torear el domingo que viene en Fregenal de la Sierra, aunque espera que con fisioterapia y con tratamiento pueda superar los dolores actuales y actuar en la plaza extremeña.
Y así pasó por Vila Franca, otra vez, Juanito. Brillante en su primero, rotundamente brillante. Y aseado, ingénuo y muy voluntarioso en su segundo. Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado...
P. S. / Reintroducir la suerte de varas en Portugal parece un imposible. Y al menos, debería hacerse ya en la isla más taurina del Mundo, en Terceira, ya que en el Continente parece más complejo. Pero es evidente que torear toros a pie, sin poder dar un picotazo señalado en buen lugar del toro, es disminuir notablemente las posibilidades de éxito artístico y cifrar todas las faenas a la absoluta suerte de si sale un toro que va... podemos tener faena; y si sale un toro que no va, o que acusa determinados defectos, va a ser totalmente imposible ya que de ahí obtengamos algo...
Es una pena, pero esta triste realidad en la que se sumió el Toreo a pie en Portugal (lo de matar el toro en la plaza es ya otra historia que no es elemento ahora de discusión) ha mermado mucho el desarrollo del mismo, en cuanto a que el público se vea condenado a asistir a una alta probabilidad de faenas imposibles que, con el picotazo de una suerte de varas, no en todos los casos, pero sí en algunos, podrían derivar en faenas que podrían ser salvadas y no echadas en el saco de los imposibles.