Magaly Zapata) "No es el otro Roca Rey, es Fernando El Mayor y se va un domingo, como llegó..."
rbtribuna
tribuna da tauromaquia
by Magaly Zapata, texto y fotos, corresponsal en América.
No. No es “el otro Roca Rey”, es Roca Rey “El Mayor”. Así llamé
a Fernando en un artículo que escribí al socaire de su participación
en un festival en Las Delicias de Trujillo del 18 de marzo 2018...
"Me enteré que volvía y yo también volví. El, volvía porque
hace 18 años que en ese ruedo toreó en misma fecha y por vez primera en
público, casi un niño, en terna con Cubas y Herencia. Yo estuve ahí,
acontecimiento que no quise perderme. Hace más de 10 que no pisaba el
festival de Las Delicias… apenas un novillo. Y ese fue para Fernando
Roca Rey. Vine porque quería verlo abrir su temporada nacional después
de dos años alejado de los públicos… Porque aquella ultima, o
penúltima, vez en Acho estuvo sembrado, como nunca en el coso de abajo
el puente."
Y en aquel entonces añadí, y hoy me ratifico.
"…con su hermano menor, figurón y número 1 mundial pero ojo, que
éste, el mayor, tiró del carro como figura nacional y reivindicó además
la figura del torero en la pantalla chica y a nivel nacional, con el
baile puso el toreo en boca de todos, en los medios masivos de
comunicación…. Todavía recuerdo aquella noche en el hotel de Tarma
después de una tarde exitosa en Palca, y delante del ganadero don Rafael
Puga, contarnos con seriedad y circunspecto la oferta de la tele. Y
echó la pata adelante…"
Y con categoría añado, que el afán de testificar el acontecimiento
me hizo estar en el estudio de la tele alguna vez para acompañarlo…
Nos asoló la pandemia y lo volví a ver en La Esperanza 2021, en
aquel festival que reabrió Lima a la tradición taurina cuando estábamos
apenas empezando a empezar (vale la redundancia) de manera oficial, sin
escondrijos. Verlo en el patio de cuadrillas y como siempre sonriente,
elegante y perfectamente trajeado, con un corto de pintura, con estilo y
sabor añejo con zahones, dispuesto a disfrutar de una pasión que la
hizo su vida, y cuando eso sucede amigo, lo que se realiza en un ruedo
trasciende y trascendió, su poso y reposo, su oficio con el eterno
carisma.
Ya te digo que no soy de seguir toreros, pero a Roca Rey “El Mayor”, a Fernando, al que lo he tenido como un guerrero que no quiere dar tregua al paso del tiempo
–que así lo escribí el 2018- por esas cosas de la vida y desde pequeño, antes de su debut en Las Delicias 2001, fui testigo cuando
junto con Cubas, Simpson entre otros niños ilusionados participaron en
aquel certamen “buscando un torero” que organizó el diestro Gabriel
Tizón por el año 2000, y la vida me permitió narrarlo en directo para
un Canal N que entonces lo permitía.
Estuve en hitos de su historia,
debut de becerrista en Andahuasi 2001, debut con caballos en Pachacamac
2002, debut novilleril en Acho 2003, su presentación de novillero en la
Plaza de Toros de Santamaría en Bogotá, un agosto en su temporada de
verano, su alternativa en Acho 2005 y sigue y sigue; como aquel 2008
en Bambamarca que toreó con su hermano, el menor, un incipiente pero
corajudo becerrista que con 12 años ya vertía el oficio carismático por
todos los ruedos del país y de su mano, con su ejemplo, un vídeo con la
entrevista que le hice al entonces llamado “Andi” que aún circula dando fe de ello. Y cómo no, aquella tarde del 2011 que triunfaron los
hermanos en Huamachuco ante “los Marcelinos” en la que Antonio José
Pavón se presentó de luces en nuestro país. O alguna tienta en la
ganadería de don Roberto Puga, primera en la que el menor viajaba sin
la presencia de su padre, al cuidado de Fernando “El Mayor”.
El tiempo pasó y la hora llegó, Fernando, a quien bauticé “El
Mayor” en el lejano 2018 se va pero deja escrita una parte de nuestra
historia taurina en la que junto con Juan Carlos Cubas fueron el
entusiasmo primero y la realidad después, compartieron y compitieron
desde el año 2000 en aquel certamen que ganó el huancaíno. Y por años
protagonizaron una época sin ningún atisbo de duda, con el aporte de
peruanidad y formalidad que ello implica a través de estos años. Ambos
cruzaron fronteras para crecer; en el caso de Fernando ha toreado
también en Venezuela, México, Panamá y hace muy poco en España, cerrando
ciclos. Pero se me antoja, con mucho de cimbreo emocional, que su
mayor entrega a nuestra historia ha sido constituirse en ejemplo y
referente de un Andi que llegó a ser Andrés porque lo vio entrenar y
hablar de toros en casa, porque cuando los padres permitieron empezó a
viajar, a torear, a tentar con el hermano mayor y gracias a ello pudo
desarrollar su gran talento desde muy pequeño, viviendo siempre en
torero, alimentando su ambición de ser el más grande, para gloria de
nuestro Perú. Por ello, porque siempre lo consideré así, me alegra leer
en redes las palabras del Andi hacia su hermano, El Mayor.
Ha sido
un privilegio que me regaló la vida, pasear el Perú taurino y verlos
crecer como seres humanos y profesionales al mismo tiempo. Un tiempo
que a pesar de la diferencia en años, los unió más allá, en una
hermandad jerarquizada también en lo profesional, y aunque el respeto
por antigüedad exista por siempre, el cercano domingo 30 de octubre
2022, El Mayor cederá blasón y testigo porque será el punto final a su
vida activa como profesional del toreo.
Todos estos años han sido un quedarme en el puente a verle pasar,
como le cantaría Chabuca, verlo crecer como persona y como torero y en
ese afán verlo vivir, transcurrir y apostar por su ilusión de niño y
de jovencito echando de aguante para construirse como profesional en
otro ruedo, dar su apoyo familiar en tiempo difíciles… y torear, y
torear, con su cuadrilla de siempre muchas corridas al año, con todo lo
que ello implica de riesgo, más que en ningún lado aquí en nuestro país, y así instalarse en el cariño de nuestra gente, y aunque parezca
que ese espacio y tiempo de su historia de cara a su público se
detendrá el próximo 30 de octubre en nuestra querida Plaza de Toros del
Acho, seguirá siendo “El Mayor” de los Roca Rey, al que su gente le
dice “Fernando”, el que empezó a dar lustre a una dinastía que hoy
alcanza la cumbre mundial.
Acho 2005, un domingo 30 de octubre tomó la alternativa de blanco y
oro. Acho 2006 tuvo su gran tarde de puerta grande, de rosa y oro,
alternando con El Fandi (también en banderillas) y Talavante, llevándose
el trofeo de “la Corrida de la Prensa”. Acho 2022, se alejará de las
luces también un 30 de octubre. Y será nuestro hermoso tiesto de
arena que albergó sus ilusiones el que le abrirá sus antiguos encajes
de fragua en las puertas del Sol y de la Sombra para que vuelva, después del paso triunfal en el 2017, y a su vez permitirnos volver a la plaza de toros con más solera que pueda existir y arroparlo con
palmas y olés sentidos que lo llenen de recuerdos.
No. No es “el otro Roca Rey” el que se va, como alguna crónica
fuereña lo definió en un titular; se va Fernando “El Mayor”, en el
sentido familiar y profesional que usted tenga a bien dar a la palabra.
Por ello escribí estas líneas hace varias semanas para que
vieran la luz en las vísperas de tu adiós, para agradecer tu entrega y
dedicación a la profesión que dignificaste a cada paso ganando tu
propio lugar en la historia, y porque en el corazón del buen
aficionado, siempre serás el cercano Fernando, con un corazón de león, y de ahí no te irás jamás.
PEQUEÑO ALBUM DE RECUERDOS...
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Cuando empezaba, recibiendo una distinción, de manos de una también joven Magaly Zapata |
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Los dos hermanos, no hace mucho... |
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Entrevistado en directo por Magaly Zapata en una corrida pre-pandemia |
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Roca Rey, el pequeño; Roca Rey, el mayor... |