A Gamero, por ejemplo, le tocó en suerte en A Barquinha, un toro que arrastraba ligeramente una pata

tribuna da tauromaquia by Eugénio Eiroa

Charrúa echó de todo, bueno, regular y malo... alguno hasta dirá que en un caso un toro "podre", en el lote que fue destinado a Vila Nova da Barquinha. El ganadero, ciertamente, dirá que de los toros nada se sabe, hasta que salen a la plaza... es una verdad válida, pero no del todo sustentable. En todo caso, Charrúa no es culpable de nada. El que "compra", el que se hace con el lote a lidiar, es siempre el empresario. Pero claro, como al empresario le había salido francamente bien lo que Charrúa lidió en Lisboa, también con la mejor intención pensó que más Charrúa podría ir bien para A Barquinha... Y no fue así. Estamos en fin de temporada y lo que queda en las fincas disponible es lo que otros, antes, no han querido llevarse. El riesgo es grande. Siempre, salvo que tengas los toros apartados ya al principio del año... pero eso es más caro y los tiempos no están para dispendios y menos aún para una plaza de la categoría de A Barquinha, que -tal vez- si no fuese por el gesto de Luis Miguel Pombeiro, estaría cerrada a cal y canto este año.

Barquinha es un sitio difícil para esto de dar corridas de toros y tener llenazos en las bancadas. Siempre fue complicado allí. Y ahora, más, después de pasar lo que pasó. Este cierre de temporada en A Barquinha no fue ni el que la plaza merecía, ni el que el cartel presagiaba, ni -dicho sea- el que el propio Pombeiro merecía. Con todos sus defectos -que los tiene- Pombeiro es un entusiasta, un "Manuel Gonçalves" que disfruta organizando, yendo y viniendo. Y Pombeiro echó mano de la plaza de A Barquinha con demasiado sentimentalismo por medio. Una vez que dio la corrida de agosto, de prisa y corriendo para reactivar aquella plaza, tal vez tenía que haberse quedado quieto hasta el año que viene... Ya en la corrida de agosto recibió un aviso -floja entrada- y, ahora, en esta extraordinaria de septiembre, ha recibido un segundo aviso -también plaza medio vacía-. Pombeiro, llevado por aquello de que su abuelo, su familia, tan ligados están al lugar, tiró palante, hizo un cartel bueno, repleto, sin relleno con algún principiante de esos que se suelen meter en los carteles de a 6, no sé si para dar una oportunidad o para que el presupuesto de la corrida no se desfase. Pombeiro arriesgó en Vila Nova da Barquinha y perdió. Pero eso no debería desanimarle, sino hacerle sacar conclusiones, aprender para en el futuro asegurar más las cosas...

La corrida de este sábado, con un partido televisado y decisivo de la Selección Portuguesa jugándose en horario casi solapado con el de la corrida... tenía ya un mal augurio en cuanto a disponibilidad del público. Un tipo de Chamusca, por ejemplo, que quisiese ir a la corrida de A Barquinha, no podía pensar en ver el partido en su casa y luego llegar a tiempo a la plaza... Si me apura usted, casi ni un vecino de la propia A Barquinha, a poco que el árbitro alargase aquello o pasase algún contratiempo.

Por otra parte, en Tomar, el mismo sábado y casi a la misma hora, con cartelería inundando toda la ciudad de los Templarios y escenario en la propia plaza de toros nabantina, un espectáculo histórico-teatral con nada menos que 100 actores en escena y hasta una docena de caballos integrados en el asunto -procedentes de una escuela ecuestre-, mas una cartelería desplegada con confusa imagen taurina... y un precio único del billete a 11 euros... Y aunque Pombeiro puso para A Barquinha unos precios realmente moderados y atractivos en taquilla, está claro que habiendo una función nunca vista en la plaza de toros de Tomar, los taurinos de Tomar habrán querido experimentar el ir a ver a Viriato -así se llama ese espectáculo-, en vez de ir a ver a Pombeiro, aunque este estuviese a solo 15 minutos de distancia más o menos...

Y como éramos pocos y parió la abuela -que también está en su derecho-, también la tarde-noche del sábado que nos ocupa tenía en la comarca de esta zona norte de O Ribatejo, en las cercanías de A Barquinha, dando funciones... el prestigiado Circo Cardinali.

¿Les parece poco?. Pues... algo que no venía en los partes del tiempo que hablaban solamente de 18-19 grados a la hora de la corrida de A Barquinha. Pero nadie hablaba de un viento gélido y hasta intenso que se levantó definitivamente ya a partir de las 20 horas... intensificándose la sensación de frio después, a la hora del espectáculo. Esto, sin duda, habrá retraído a muchos vecinos de la propia A Barquinha a salir de casa a última hora, pasar por la bilheteira y pagar por pasar frío, un frío de carajo, dicho sea de paso, para el que una chaqueta como abrigo era absolutamente insuficiente.

Si, al menos, la corrida hubiese tenido un ganado que diese juego, que no presentase los problemas de uno cojo, otro lisiado o "podre" -como decía aquel espectador de al lado-, otro que se rompe un cuerno en los corrales... otro muy menguado de presencia -probablemente era el sobrero que fue incorporado como indispensable para completar el lote de 6 que al final fueron 5-... ; si no hubiese habido por medio la falta de una materia prima en condiciones, pues al menos podríamos estar ahora hablando de un gran éxito artístico... porque en cartel, toreros, desde luego que sí, buenos toreros, sí que había.

Se cumplió así aquello de la simpática maldición : "cuando hay toreros no hay toros... y cuando hay toros resulta que no hay toreros".

Y fue así que Vila Nova da Barquinha cerró su temporada, sabiendo que tiene un empresario dispuesto a comprometerse para el 2023 teniendo por delante tiempo para pensar con calma, dispuesto a sostener viva la llama de la Fiesta, empresario al que -esta vez- le salieron mal las cosas, quien sabe si producto de su ingenuidad, quien sabe si víctima también de una confluencia de circunstancias adversas.

Quien esto escribe nadie es para dar consejos, ¡líbrenos Dios!. Pero si hay que sugerir algo, por si vale la pena, tengan presente una cosa : corridas nocturnas, en Portugal, en plazas descubiertas, a partir del 15 de septiembre, por la tarde... y sin que haya partidos importantes de fútbol en la tele casi a la misma hora. Eso para empezar. La noche está muy bien, pero llegadas estas fechas, con lo loco que está el Tiempo, correr riesgos no merece la pena.

Y ya en concreto, puestos en apuntar algo : la iluminación de la plaza de A Barquinha -que no es gran cosa- puede ser mejorada. Partiendo de los focos que tiene instalados, lo primero que debe hacerse es orientarlos adecuadamente : no están muchos de ellos apuntando a la arena, al ruedo, que es donde se escenifica todo... Muchos focos apuntan horizontalmente... al aire, al ambiente, al espacio aéreo del lugar con la siguiente pérdida de intensidad lumínica donde realmente interesa y es más necesario. A partir de ahí, de una re-orientación de los actuales focos, añadir una docena de focos más distribuidos convenientemente no le haría mal a la plaza. Pero claro, comprendemos que el empresario, con el desastre económico de estas dos corridas, después de haber hecho obras de urgencia en la plaza y aún teniendo alguna pendiente para el 2023... lo que menos esté pensando es en mejorar la iluminación. Pero re-orientar los focos, al menos, no costaría dinero y puede ser una pequeña mejoría, sin duda.

Imagen parcial de la cartelería que inundaba todo Tomar...