Por Jesús López Garañeda / Federación Taurina de Valladolid.

Fotos : José Fermín Rodríguez


FICHA DE LA CORRIDA:
Valladolid. 1/3 de plaza. Excelente tiempo. Sonó el Himno Nacional.
Toros de Fuente Ymbro, nobles, bajos de fuerza y raza.
• EL FANDI, ovación y ovación
• MIGUEL ÁNGEL PERERA, silencio y ovación tras petición
• DANIEL LUQUE, oreja tras aviso y oreja tras aviso


Toreo del caro y del bueno, el de Daniel Luque en Valladolid.

Daniel Luque ha salido a hombros de la plaza en la primera de la feria en honor de Nuestra Señora de San Lorenzo de Valladolid por un toreo de temple y hermosura en la composición, grácil en el movimiento y acompasado en el cite a los dos ejemplares de Fuente Ymbro, llamados «sacacuartos» y «salvador«, nobles y con cierta bravura que aguantaron la lidia del diestro de Gerena.

Lo de Luque es de sitio, firmeza y elegancia. Lástima que no pudo corroborar su obra artística en Valladolid con la espada ya que a su primero lo despachó tras aviso con una estocada tendida y descabello y de estocada entera desprendida y dos golpes de descabello al que cerraba festejo. Y a buen seguro el triunfo hubiera sido de órdago si acierta con los aceros.

Los compañeros de terna, en esta tarde David Fandila y Miguel Ángel Perera se fueron como vinieron. Fandi con ovación y aplausos en ambos y Perera, en silencio y ovación con saludos y despedida de la corrida con el permiso de la Autoridad, en este caso del Presidente Pablo Hernández quien autorizó la marcha pues el torero de Puebla de Prior tiene comparecencia pasado mañana en Venezuela y el avión no espera.

Los toros de Fuente Ymbro, nobles todos ellos, con la fuerza justa y bajos de raza fueron pitados en el arrastre tres de ellos, los corridos en 1º, 2º y 5º lugar y los otros tres aplaudidos con baja intensidad excepto el 3º ovacionado cuando las mulillas lo llevaban al desolladero. Con una vara en ocasiones ni para un análisis de sangre, tan solo un pinchacito, por aquello de no hacer daño, se cambió el tercio.

Mala también la escasa entrada en los tendidos, gradas y andanadas con un público que ocupó la plaza en un tercio de su aforo. Mucho cemento por tanto en la visión general del coso, lo que hace poner el acento en que algo no se está haciendo bien porque la Plaza de Valladolid ha sido abandonada por el respetable.

Una vez realizado el paseíllo sonó el himno nacional de España, escuchado con respeto y en pie por los asistentes.

En fin. La primera corrida de la feria de Valladolid, pese a lo que se diga, no pasará a la historia ni quedará grabada con letras de molde en la historia de la crónica taurina ni en la memoria del aficionado, al haber sido vulgar y sin chicha ni limoná como se dice en el argot de los pueblos, a lo largo de sus pasajes, excepto la luz que brilló en las muñecas de un torero de Gerena llamado Daniel Luque, especialmente ante el «salvador» toro de la tarde y la actuación de un banderillero subalterno, Diego Ramón Vicente, que estuvo siempre en torero, en el sitio y lidiando con entrega, temple y decisión y un buen par de Javier Ambel. Lo demás vulgar y anodino.