Foto : "Ovação e Palmas Tauromaquia" )




EDITORIAL .

tribuna da tauromaquia by Eugénio Eiroa

Lisboa, jueves, 8 septiembre... es la última. ¿La última de esta temporada, o la última para siempre?... El dueño de todo lo que pueda pasar allí con la Tauromaquia es Covões, no nos engañemos. Pombeiro es quien dispone de las fechas que Covões permite y en las cuales promueve Luis Miguel sus corridas de toros. Pero si Covões llegado un día dice ¡basta!, se acabó la historia...

Esto viene viciado desde origen, no le demos vuelta. Y es vivir sobre el filo de la navaja permanentemente. Los taurinos estaban echando la siesta, cuando "la dama de hierro" (como le llamaba el poeta entusiasta de aquel tiempo de la falencia...) llevó el asunto hasta las últimas consecuencias... encarrilarlo para que -con la ley en la mano- se pudiesen adjudicar a alguien los derechos de explotación de aquel recinto llamado "Campo Pequeno". ¿Y qué hicieron los taurinos entonces, que no se postularon ante la autoridad competente para presentar una oferta en toda regla y hacerse con los derechos de explotación?. Los taurinos estaban echando la siesta... una profunda siesta, como suele suceder en los momentos decisivos cara al futuro de la Tauromaquia, por desgracia.

Y así, Covões, que es un señor al que la Tauromaquia se la trae floja... (lo que le interesa son los conciertos musicales), se hizo con todos los derechos de explotación del "Campo Pequeno". Y solo desde su magnanimidad para acceder a alquilar unas fechas al año (para que alguien monte allí corridas de toros) se puede esperar -sin garantías de ningún tipo por el momento- que la Tauromaquia siga existiendo en aquel lugar. Cuando se le acabe la magnanimidad, se acabó la historia... y las corridas de toros acabarán en Lisboa para siempre.

Indudablemente, un lleno este jueves, en Lisboa, daría mucho que pensar a Covões y ayudaría mucho a la lucha por un futuro para la Tauromaquia portuguesa. Y por el contrario, una floja entrada de público, junto a unas cuantas presiones de los políticos antitaurinos y otras especies propias al caso, a lo mejor le dan fólegos a Covões para dar un puntapié a la Tauromaquia y mandar las corridas de toros a cierto sitio.

Hay necios taurinos portugueses que tienen a Pombeiro debajo de un diente. La envidia es mal no nacional, sino internacional. Esos necios -que algunos son- trabajan desde hace tiempo subterráneamente en el deseo -también- de que el actual promotor taurino de Lisboa se de un batacazo este jueves... para al día siguiente ir por la puerta de atrás a ver a Covões y postularse ellos para ocupar el lugar de Pombeiro como arrendadores de las fechas libres que Covões quiera facilitar para que se organicen corridas de toros...

En la Tauromaquia portuguesa funciona mucho -y eso sí que funciona bien- el trabajo subterráneo del quítate tu que me pongo yo... Pero claro, estos burros no se dan cuenta de que -en el delicadísimo momento actual- lo único que hacen es hundir más aún el barco que ya tiene la vía de agua...

La solución para Lisboa nunca estará en el "bota abaixo" subterráneo del "díxome-díxome" que algunos practican (tal vez desde el primer día en que Pombeiro apareció en escena en el Campo Pequeno). La solución para Lisboa -como varias veces dijimos desde la tribuna da tauromaquia- pasa por sentarse una verdadera plataforma del sector taurino -verdadera, representativa y no de pacotilla- con Álvaro Covões y llegar a un acuerdo de caballeros, real, incluso garantizado, para que la Tauromaquia tenga presente y futuro en el "Campo Pequeno" aunque sea siempre ajustado a un determinado número de fechas al año... Todo lo que no sea lograr esa entente cordiale, esa garantía de estabilidad, es seguir viviendo permanentemente en el filo de la navaja.

Y, desde luego, todo lo que no sea lograr que, este jueves, el "Campo Pequeno" registre una formidable entrada de público, será complicar más las cosas y caminar hacia un futuro tenebroso. Y quien diga lo contrario, miente descaradamente y/o está al servicio de los intereses de ese grupúsculo del bota abaixo al que antes nos referíamos. 

La solución pasa por la unidad real y el esfuerzo sincero de todos, absolutamente todos los taurinos, desde los aficionados hasta los empresarios, pasando por los apoderados, los toreros, los banderilleros... ¡todos!, si nos apuran hasta por el vendedor de las queijadas de Sintra... La solución no está en volcarse en el modelo "Montemor é praça cheia!" y olvidar Lisboa... 

Lisboa es aún el mascarón de proa del barco de la Tauromaquia portuguesa. Si en vez de abrillantarlo, conservarlo, exhibirlo orgullosos, andamos a hacer agujeros por ahí, pronto entrará el agua y -más antes que tarde-... el barco acabará por zozobrar.

¡Pombeiro no es el problema, estúpidos!. El problema es algo muy serio y que necesita urgente solución cuanto antes : garantizar el futuro de la Tauromaquia en Campo Pequeno. Y eso no pasa por quitarle la arena bajo los pies a Pombeiro para que se caiga; pasa por defender de verdad la Tauromaquia portuguesa, haciendo causa común, mancomunado y verdadero esfuerzo por Lisboa.

Así es, si así os parece.