LIMA (Perú). tribuna da tauromaquia by MAGALY ZAPATA, corresponsal en América.

La Esperanza : Galván encantó y salió a hombros con el novillero debutante Herrera; Jiménez y Serrano, a oreja.

Texto y fotos : Magaly Zapata
Esta es una crónica que irá por el derrotero de la desazón, por tantas ausencias ante la buena elección de un cartel de importancia para una plaza de primera en el orbe. Y si pues. Una pena que quien no vino se lo perdió. Se perdió de disfrutar de una tarde de toros con el peso que esa palabra conlleva de entrega y resolución de planteamientos de una terna que con sus argumentos de peso y oficio solventaron con aprobado. Y calando, que no es fácil, en el gusto exigente del buen aunque escaso aficionado que acudió este fin de semana que queda atrás, demostrando que no sólo de ‘figuras’ está hecho el reino del Toreo y es hora que les den más sitio. Se cumplió este domingo 11 de setiembre la segunda de temporada pre-primaveral pero más bien fría tarde en la plaza de toros La Esperanza de Lurín. Un cartel mixto que quien se diga ‘taurino’ debió calar ante el anuncio con una terna de características disímiles pero con peso específico en sus conceptos y expresión artística, nivel de primera plaza del Mundo pero lamentablemente sin alcanzar el eco allende linderos de redes sociales que dicho debe ser (en palabras que alguna vez me dijera don Luis Francisco Esplá) no fue suficiente para ‘vender la moto’. Esa moto llamada terna, corrida, toros, coso. Despertar la curiosidad entre aficionados y los llamados ‘turistas’ antaño. Y atraerlos. Muchas aristas sí, que son las que tiene un espectáculo, o diré mejor rito, que deben confluir para salir del remolino en el que los toros en Lima capital se ven embarullados sin encontrar aquel salvavidas para no naufragar en el intento. Ojo, que ya se nos viene Acho. Cartel importante de toreros desconocidos en esta tierra. Tres desmonterados, lo que indicaba que no habían hecho pasillo antes en esta plaza, tampoco en nuestra ciudad. Para uno que se precie de ser aficionado, aquí no cabe la excusa del costo del papel, de la entrada, que están a precios cómodos y hay espectáculos más caros en Lima. Se trata de si hay afición o no. Y de cómo poder recuperarla o despertarla. Dos nuevos en Lima porque Borja ya estuvo de novillero en Acho hace varios años. Pero los tres se presentaban con borla doctorada. Esa era la intriga que se debía vender para despertar la curiosidad y magia por descubrir. Pero sucede que como no son figuritas de la dictadura televisiva (y de casi todos los carteles de las ferias de allá), si no se anuncian acá, el (des)aficionado no va. Mal asunto. Curiosidad y magia fue lo que desde el primer Camponuevo, los presentes (y el que no vino se la perdió) pudimos ir descubriendo en aromas y sabores y estilos toreros según iban ellos desentrañando los misterios de la bravura de los toros de divisa morada y blanca. Lucieron bien presentados, casi todos aplaudidos al salir al ruedo por su actitud alegre y encastada; el sexto, si contamos como cuarto lugar al del novillero, especialmente por ser el de mejores y más bonitas hechuras que tuvieron correlato en su comportamiento que lamentablemente no fue hasta el final porque se descompuso pronto, duró lo que duró, pero mientras lo hizo emocionó y fue merecedor de la vuelta al ruedo. También fue aplaudido el tercero. Vimos a un Sergio Serrano que sin pizca de duda plantó cara en los medios. Antes el desordenado en el capote y tras vara contraria, en la brega fue el capote de El Rata, que lo llevó largo de lado a lado y por abajo, cambió la condición y se puso a embestir. Ya dije que Serrano no dudó, con firmeza le ponía los vuelos abajo y los tomaba con codicia aunque antes miraba y exigía. La clave para empujarlo fue lo bien colocado, como presentaba el engaño, y lo bien metido en muleta que lo conducía el albaceteño; su firmeza y quietud aguantando impávido algún parón.
Ello sumado al temple y al mando de su muleta hicieron posible una faena importante maciza especialmente expuesto por el izquierdo por donde más se recostaba y hasta buscaba cuando ya no quiso ir palante. Pero lamentablemente tres pinchazos arriba y una como espada en cinto de guardia emborronaron su labor que bien pudo haber cortado una oreja. Con su segundo le costó más trabajo llegar al triunfo. Algo soso y tardo pero Serrano plantó pelea en cercanías y muy quieto. Firmeza con mucho peso de torería castellana. Destaco otra vez su buena colocación, esa que hace embestir aunque sea a regañadientes, o dónde también te pegan la cornada. Espada entera algo desprendida y oreja tras petición. Gustó en Lima su toreo seco con peso y fondo.
































El tercero en antigüedad fue Borja Jiménez. Expresa entre la firmeza y el estilo. Pero lamentablemente pechó con el lote menos lucido. El primero puso en aprietos a todos. Desordenado en el capote, tumbó al piquero y apretó a todos en banderillas. Remiso a embestir pero cuando iba metía la cabeza pero con ese peligro sordo de que pudiera echarle mano.
Construyó faena porque aguantó en el sitio muy quieto y se lo pasó muy cerca. Naturales de buena factura dejó. Larga faena qué pasó factura con la espada. Palmas al torero y al toro.
Con el que cerró la tarde estuvo tesonero, fue el de menos clase, salía con la cara arriba y desparramando la vista. Le costó meterlo en muleta pero con porfia lo consiguió. Espada bien agarrada y petición insistente que el del palco valoró cuando el toro estaba arrastrado casi fuera del redondel.
La cara del torero era de ‘que está pasando acá’ porque el picador Yaco señaló ‘hora’ cual ‘time out’ pretendiendo ser más autoridad que la autoridad. Cierto que salió el pañuelo in extremis, por falta de convicción o pavor escénico imagino, pero lo sacó y el deber era acatar. Y así Jiménez paseó la ultima oreja de la tarde. Mucho había oído y leído de David Galván. Aunque joven lleva años pugnando por estar en el podio y a tenor de su calidad y capacidad no me explico como ‘el star system’ taurino no le da el sitio en carteles estelares. Que ya es hora señores que la baraja se amplíe. Que ya está bueno de sota, caballlo y rey… El caso es que Galván se enjaretó lances a ganar terreno, meciendo y girando la cintura con gusto. Eso es lo que abruma de su toreo. El gusto para torear. El temple que imprime, cómo acompaña cada trazo. Cómo se coloca y se reúne, como compone. Haciendo todo a favor de obra.
A su primero ‘nacional 16’ que pedía doctorado, le mostró papeles. Bien Loro y Camucho con los palitroques. Agazapado y reservón lo esperaba en muleta pero lo resolvía con firmeza y suavidad a la vez para ejecutar su obra con gusto torero que fue muy jaleada por el tendido. Llegó sin humillar y lo dejó a su aire a media altura, luego le exigió y la faena tomó vuelo. Pero lamentablemente el toro no quiso ir por más a la gloria y empezó a mirar lo que se dejaba. Alarga faena y pincha hondo perpendicular. Otra más casi entera. Se amorcilla. Saludos y vuelta.
Con su segundo llegó el triunfo grande que lo sacó en volandas. El mejor hecho que se empleó de inicio, que peleó con estilo en castigo mesurado y al único que le han puesto los tres pares de avivadores en muchas tardes en esta plaza. Bien "El Yuca" qué pasó apuros sin consecuencias y también Camucho. Fueron ovacionados.
El toro se empleaba con ritmo y Galván aplicaba su repertorio antes descrito, exigía con temple y gusto pero no duró mucho. El camponuevo empezó a quedarse corto y revolverse. Empezó a agarrarse en la arena y decidió ir por el acero. Entera arriba y fulminante. Petición unánime y dos orejas de peso que sin duda lo ponen en camino de la primera vitrina de América porque entró en el gusto exquisito de la afición de Lima. Es importante destacar la oportunidad que dio la empresa para el debut del joven novillero peruano Jesús Herrera que hizo su debut de luces sin picadores con el novillo "Catalan 52". Bueno y con galope y fijeza humilla lo deja estar. Carencias técnicas obviamente y de rodaje pero consiguió los mejores pasajes con la zocata en naturales largos aprovechando la inercia del galope del novillo. Faena larga que al menos le sirvió para hacia finales firmar lo mejor reunido y lo mejor toreado una vez asentarse más y aflojar los nervios lógicos de torear como dice ‘en casa’. Espadazo de aquellos, ejecutando la suerte con parsimonia y marcando los tiempos, echando la tela abajo ‘a lo Manzanares’ para traérselo y ¡zas!. Puñetazo arriba. Rodó el rumiante y rugió la plaza. Dos orejas en su debut. Y recuerda que protegemos nuestra tradición con nuestra presencia.
Próximo fin de semana hay doblete en sábado y domingo, en Lima, en La Esperanza de Lurín.

Aquí te dejo las combinaciones :
Sábado 17 de septiembre : novillada mixta con diversas ganaderías para Nicolás VASQUEZ, Julio ALGUIAR Ricardo GUTIERREZ José Antonio Tapia GUERRITA Domingo 18 de setiembre, toros de Paiján para Juan Carlos CUBAS Hector GUTIERREZ Alejandro FERMÍN