TRIBUNA da TAUROMAQUIA

3 fotos del maestro João Moura con historia; 3 fotos que acreditan al buen reportero que es José Canhoto

tribuna da tauromaquia by Eugénio Eiroa

José Canhoto tiene la viveza que otros que se dicen reporteros gráficos no tienen. Podrá no tener las máquinas que otros tienen, pero tiene -en cambio- algo que muchos que presumen de máquinas no tienen : la viveza, la capacidad de seleccionar, de elegir en un instante; el ojo fotográfico que sabe dónde y cuando, en que exacta décima de segundo está el momento que hay que plasmar en la foto... por eso hay fotos de Canhoto que dicen tanto, que plasman tanto, que significan tanto... y que a otros se les escapan.

Hoy les traemos 3 fotos de José Canhoto que dicen mucho. Vamos por partes si les parece...

Una foto excelente. Que bien podríamos titular : "el que tuvo, retuvo...", mientras que en português diríamos : "quem sabe, nunca esquece". Y nos muestra a João Moura padre, aún este viernes pasado, en el Coliseu de Elvas, toreando un "Canas Vigouroux", en el momento de cerrar la suerte, de salir tras el embroque... Una foto reveladora, que nos permite pensar que el maestro Moura clavó como mandan los cánones, al estribo... En la foto de Canhoto, Moura está justamente en esa décima o centésima de segundo cercana aún a la culminación anterior de la suerte clavando la banderilla; Moura y su caballo ya están comenzando a salir de la reunión... el cavaleiro aún sostiene por instantes mínimos su mano en la banderilla, que ya fue clavada antes, justo cuando el toro y el caballo, a la altura del estribo hacían el ángulo de 90 grados... Son décimas de segundo, en las que todo pasa, de modo que si la cámara no dispara en el momento adecuado, puede parecer que el cavaleiro está clavando a toro pasado; pero no es el caso, la buena foto de Canhoto nos presenta a un Moura que ya clavó y que sostiene por décimas, centésimas de segundo, aún su mano en el extremo de la farpa, como medida de presión hacia el toro, tratando así de mermar la embestida de este...

Otro momento de la actuación de João Moura en Elvas este pasado viernes. En esta ocasión, la cámara de José Canhoto recoge un momento inverso al descrito en el texto con el que acompañamos la foto anterior. Es -lo que ahora vemos- alguna décima de segundo antes de que el maestro Moura clave la farpa que porta en su mano derecha. Caballo y toro están a punto de hacer el famoso ángulo de 90 grados, en nada, en apenas una décima de segundo, se hará la reunión perfecta, como mandan los cánones, por eso ya Moura alzó su mano con la banderilla, en adecuada posición para clavar de arriba a abajo, como también mandan los cánones. Va a producirse así un momento magistral, nunca mejor dicho, y en esa décima de segundo previa, detuvo la acción, con su cámara, el repórter José Canhoto. Otra foto de mérito, donde no hay que juzgar la calidad de la definición (ya se sabe que las iluminaciones, muchas veces, no son precisamente lo mejor para estas cosas) sino la oportunidad, el estar ahí, en el momento justo...

La historia de esta tercera foto, aunque parezca fácil, a balón parado, tiene su mérito... Es en la plaza de A Barquinha, este sábado. José Canhoto está arriba, en el tendido, en primera fila, sí, pero no en el callejón... Solo puede hablar con los que abajo están, a gritos... El repórter ve más o menos cerca a Emiliano Gamero, la figura del rejoneo mexicano; y un poco más allá, al maestro João Moura, la figura eterna del Toreo lusitano... Grita a uno primero, luego al otro... le oyen, pero no saben qué quiere Canhoto con tanto gesticular desde allá encima, desde la bancada donde se encuentra... El repórter, consciente de que no se puede gritar en demasía, les hace gestos como para que se acerquen, se arrimen... los dos van por el callejón hacia donde está Canhoto... y cuando este les ve cerca ya... les dice a ambos :

---Por favor, juntaros, que necesito haceros una foto juntos...

Ellos le obedecen, se juntan, enseguida Gamero, muy expresivo, pone la mano sobre el hombro del veterano Moura...  Ya tiene Canhoto la foto... solo que la luz de aquella plaza de toros es desastrosa, poca, mala... los focos en vez de apuntar su haz abajo, a la arena, apuntan en horizontal al aire... cualquier foto va a salir allí con grano elevado, a poco que se enfoque... pero Canhoto no repara en nada, lo importante es ser rápido, es tener el momento, dispara una ráfaga de 3 o 4 fotos... no vaya a ser que una sola foto no salga bien. Y logra el objetivo perseguido, la foto que reune a la revelación de la temporada en Portugal : el mexicano Emiliano Gamero, con el gran maestro João Moura, al que antes había dedicado su faena precisamente el rejoneador azteca. Así terminó la corrida de A Barquinha, con el repórter Canhoto valiéndose de la voz y de sus buenos oficios para pedir a dos personajes distantes, que se acercasen, que se juntasen y que posasen para el poder disparar desde el confinamiento que estar en las bancadas, obligatoriamente, supone... 

Esto es lo que hace a Canhoto diferente y capaz de lograr las fotos que varios otros no logran. Si hay médicos de los que se dice que tienen ojo clínico, no hay duda que hay fotógrafos, reporteros, que tienen ojo fotográfico por excelencia. Para muestra, un botón... José Canhoto.

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