Otra vez nuestra muy estimada colaboradora Sara Aguado, la jovencísima fotógrafa de la ciudad de Toro, popular por sus espectaculares fotos en los festejos populares. Sara anda muy ocupada en los últimos tiempos, porque -además de ser una brillante estudiante- comienza a ser una destacada intérprete de instrumento musical, de modo que desde la afamada Banda de Música de Toro ya la han reclutado... Total, que entre pitos y flautas -que diría un castizo- a nuestra querida fotógrafa le queda bien poco tiempo para -también- tomar la cámara y deleitarnos con sus espectaculares fotos. Aún así, no es su ánimo aparcar la fotografía, arte que -bien a pesar de su juventud- tan bien se le da... no hay más que ver sus fotos. 

De modo que, celebramos mucho su reaparición en la escena de los festejos populares en la región de Castilla y León. Y ha sido así cómo, a su paso por Fuentesaúco (tierra de garbanzos de excelencia*), Sara Aguado tomó fotos tan espectaculares como esta, que ahora publicamos en la tribuna da tauromaquia, donde vemos al fabuloso recortador Santi Conde Morrison volando materialmente por los aires, en acrobática pirueta, mientras el toro, desesperado por no haber cogido al artista que tenía enfrente, casi despega hacia los aires de frustración, la del animal superado por la inteligencia y habilidad del humano... 
Gran foto, pero sobre todo gran Santi Conde, que -por si fuese poco- también es de Toro, esa entrañable y monumental población zamorana casi fronteriza con las tierras vallisoletanas, a orillas del Duero, cuando el río -que viene de la tan castellana Castronuño- empieza a mostrar querencia por encaminarse más tarde hacia la Zamora capital y -cómo no- hacia su también tan querida Portugal

* = El cultivo del garbanzo llegó a la comarca de Fuentesaúco a través de la colonización romana. Desde entonces, son innumerables las referencias escritas sobre el cultivo de este producto, y todas ellas ponen de manifiesto la calidad que distingue a esta legumbre. Es sin duda el garbanzo que históricamente más fama posee en el ámbito gastronómico. En el siglo XVI los garbanzos de Fuentesaúco llegaron a gozar de protección real y se vendían en la Corte de manera habitual.

En la actualidad ha sido reconocido con la Indicación Geográfica Protegida. Esta merecida figura de calidad viene a reconocer y avalar la singularidad de este garbanzo, que hoy sigue gozando de un prestigio inigualable.

El Garbanzo de Fuentesaúco se caracteriza por un tamaño de medio a grande, con un color cremoso, su pico es curvo y pronunciado y su piel tiene una rugosidad intermedia. Tras la cocción, los garbanzos se mantienen íntegros, la piel se manifiesta blanda y suave, el albumen muy mantecoso y uniforme, siendo muy agradable el sabor que proporciona en el paladar.