Un pobre desgraciado, mentiroso y sin palabra -tal y como pudimos verificar hace ahora un año-, al que hace años habíamos ayudado a tener el protagonismo que no tenía con una cámara bajo el brazo, se dedicó en las últimas horas a vejarnos e insultarnos en las redes sociales, faltando a la verdad -no podía ser de otro modo- y tratando de desviar el problema que tiene encima.

No perderemos ni un minuto en contestar a este indeseable. Lo suyo, su pataleta, es una prueba más de que la tribuna da tauromaquia avanza con paso firme y señala lo que hay que señalar. Estamos muy contentos de tener, también, entre nuestros lectores diarios, algún que otro currinche, como el sujeto este que hoy trata de ensuciar nuestra trayectoria recurriendo al procaz insulto. - E. E.