Lo primero, urgente, ineludible es llenar ya al máximo posible "Campo Pequeno"...

Lisboa... Julio 2022. Comienza la serie de 4 corridas que componen la oferta de espectáculos taurinos que este año se ofrecen el "Campo Pequeno". Podían ser más, sí, pero de ello habrá que hablar con calma, cuando estos 4 se hayan celebrado. Y lo haremos, no lo duden que lo haremos.

Pero ahora vamos a hablar de estos 4 que se anuncian ya mismo. Vamos a hablar alto y claro, sin andar por las ramas. Porque del "asunto Campo Pequeno" hay que hablar claro, muy claro; y que cada palo aguante su vela. Porque -por ejemplo- no vale lo del Mourinha ayer, haciéndose pasar por muy apenado por la situación que vive la Tauromaquia en Lisboa... Seguramente a Moura Jr. le gustaría que en vez de un Pombeiro, en el Campo Pequeno estuviese un Mira para que le llevase allí a torear por la mañana, por la tarde, por la noche... Hay demasiada treta por parte de algunos personajes taurinos en la Tauromaquia portuguesa, piensan cada vez más aficionados.

Con Pombeiro no se está siendo justo por parte de unos cuantos. Nosotros mismos le hemos censurado aquí, en más de una ocasión. No es el caso, actualmente, porque nos hemos sentado, hemos hablado largo y tendido desde el respeto mútuo y hemos puesto las cartas boca arriba, tratando de entender bastantes cosas. Y eso es de agradecer, su actitud transparente y dialogante, por parte del actual promotor taurino en el "Campo Pequeno". Dice mucho de el. Tengo así una frase suya bien grabada, en el curso de esas conversaciones con el : "yo ya sé cómo es usted : si nos sentamos a comer un día en Lisboa, al final, cada uno paga su parte del almuerzo". Nos agrada mucho la gente que tiene las cosas claras sobre el papel de cada uno. Ayuda mucho eso a poder entenderse. Porque aquí lo único que interesa es el bien presente, el bien futuro de la Tauromaquia, no el de Pombeiro, ni el de quien esto escribe.

Partiendo ya de esa base, desde esta TRIBUNA da TAUROMAQUIA, nos atreveríamos a pedir a los lectores(as) de nuestra publicación, que -si les resulta factible- hagan un esfuerzo por estar en Lisboa, en 1, 2, 3 o las 4 corridas que se anuncian. Porque -sinceramente- está en juego el futuro de la Tauromaquia en la capital de Portugal (no es un hablar por hablar). Un Campo Pequeno medio vacío en las 4 corridas próximas sería un argumento -injusto, pero argumento a utilizar- para que el usufructuario-gestor-explotador del "Campo Pequeno" (que no es Pombeiro, que no es un taurino, sino un señor al que no le gustan los Toros) tome la decisión de -cuando termine su compromiso actual con Pombeiro- no volver a ceder aquel recinto para celebrar en el corridas de toros... Y como ya explicamos con detalle (recordar aquí) puede perfectamente hacerlo si le viene en gana...

Siendo esto así, estando ese claro y grande riesgo de que lo hipotético al final suceda, solo hay una fórmula para buscar futuro para la Tauromaquia en Lisboa

PRIMERO - Llenar lo más posible el "Campo Pequeno", en las 4 corridas que se anuncian para este verano de 2022. Hay que hacer ese esfuerzo, hay que lograr la presencia del mayor número de taurinos posible en todas y cada una de las corridas. Sin cumplir con esto, sin lograr lo que se indica en este apartado PRIMERO, nunca será posible dar pasos siguientes que, al menos en parte, remedien la burrada que el sector taurino portugués protagonizó cuando -en la recta final del proceso de falencia de la anterior empresa gestora del inmueble- miraron para otro lado y no movieron un dedo por hacerse con la concesión de "Campo Pequeno".

SEGUNDO - Hay que pactar seriamente el futuro de la Tauromaquia en Lisboa, de las corridas en Campo Pequeno, con Álvaro Covões y su empresa concesionaria de la gestión del inmueble. Sí, no se asusten, señores agentes taurinos portugueses : hay que remediar la puñalada que ustedes mismos dieron a las corridas de toros en Lisboa... Tienen como sea que intentar sino remediar totalmente aquello -algo imposible- al menos parcialmente, garantizando cuando menos un mínimo para la Fiesta en la capital del país.

TERCERO - La Protoiro tiene que articular y preparar -sin prisa pero sin pausa- una Comisión realmente representativa del sector taurino portugués (en la que estuviese, por supuesto, Pombeiro), para ir a hablar con Álvaro Covões y llegar a un pacto formal entre el concesionario del "Campo Pequeno" y el sector taurino. Un pacto de mínimos, porque está claro que la actividad fundamental del "Campo Pequeno" ya nunca podrá ser otra que la de dar conciertos. Pero garantizar -a través de un pacto serio y formal- un mínimo de fechas al año (entre 10 a 12 como máximo, por ejemplo, sería una buena cosa) que puedan ser destinadas a la celebración allí de corridas de toros, sería el objetivo a lograr para garantizar un futuro -aunque sea de mínimos- a la Tauromaquia en Lisboa. 

Convencer a Covões para que acepte llegar a este pacto formal que significaría su respeto por la Tauromaquia, aunque no guste de las corridas de toros, debe ser el objetivo final. Lisboa no puede ser estar cada año caminando en el filo de la navaja, sin que haya una garantía, una cierta tranquilidad de futuro. Por eso es necesario el pacto formal del sector taurino portugués con el empresario gestor del inmueble del Campo Pequeno (que volvemos a decir, no es Pombeiro, es Covões, no nos confundamos).

CUARTO - Cuando finalice el compromiso actual de la empresa de Covões con Pombeiro -que debe de ser respetado en todo momento-, entraría en vigor el hipotético pacto formal al que antes nos referíamos. Ese mismo pacto formal ya contemplaría la fórmula de funcionamiento (sacar a concurso -por parte de Covões- el total de las fechas anuales destinadas a las corridas de toros, con un concurso cada año, cada dos, cada tres, lo que se conviniese...).

Cumplir, llevar a cabo estos cuatro apartados, entendemos en la TRIBUNA da TAUROMAQUIA, son elementos fundamentales para acabar con el grave, muy grave problema que ahora mismo tiene la Tauromaquia en Lisboa.

Hay luego, situaciones colaterales de las que cabe ocuparse en otro análisis aparte : calendarios de corridas en zonas más o menos próximas a Lisboa que acaban por restar público a "Campo Pequeno", instalaciones de portátiles en los aledaños de Lisboa, aspiraciones respetables pero inasumibles ante lo que algunos cavaleiros y toreros pretenden cobrar por torear en Lisboa cuando luego van por ahí a otras plazas a precios de saldo, etc. etc. etc. Pero esto ya es tema aparte a desarrollar.

Ahora, lo fundamental es que todos tomemos conciencia de que es indispensable -y aún puede hacerse- salvar Lisboa, donde la Tauromaquia quedaría acotada a un máximo de fechas al año; pero al menos no estaría en el riesgo permanente de desaparecer, al estar como actualmente al libre albedrío de quien se hizo con la concesión de la explotación de una plazas de toros, para convertirla en permanente centro de conciertos. Y de esto solamente son culpables los propios taurinos, que moralmente -ahora- están obligados a ponerle remedio, aunque sea parcialmente, para no pasar del papel que ejercieron -de atentar contra la propia Tauromaquia con su pasividad ya comentada- al papel de verdaderos sepultureros (coveiros) de la Fiesta en la capital de Portugal, con todas las gravísimas consecuencias que ello tendría.

EUGÉNIO EIROA