José Tomás, al concluir el paseíllo, en la plaza de toros de Jaén


Impresionante aspecto de la plaza de toros de Jaén, este domingo  (Fotos : "Tauroemoción")

Néstor Segura / JAÉN / Tribuna da Tauromaquia.

Este maestro entre los maestros, esta especie de Dios del Toreo, este José Tomás que arrastra multitudes y que vende en solamente horas 11.000 billetes que si fuesen otros los acartelados se tardarían semanas en vender y ya veríamos si todo el papel... este grande entre los grandes decidió volver en este 2022; y una vez más, decidiendo cuándo reaparecía; decidiendo la plaza, eligiendo los toros, también el formato de corrida (4 toros) y -junto a su apoderado- imponiendo además una serie de condiciones especiales. 

Ha vuelto esta vez en Jaén, ante 11.000 espectadores, entradas vendidas en su día en horas tan solo. Ahora se anuncia en Alicante, el 7 de agosto... Y si luego torea algunas corridas más, ya se verá...

Sus seguidores acérrimos, tras lo de Jaén, se conforman con lo que vieron. Los otros, los que no son locos por José Tomás, pero sí taurinos 100%, creen que la tarde se quedó en un sabor agridulce... 

Jaén reventó por sus costuras. En la plaza no cabía un alfiler. En la ciudad, en su hostelería, tampoco... José Tomás arrastra multitudes. Hay quien habla de más de 3.000.000 de euros que la gente venida de fuera se habría dejado, nos habríamos dejado, este fin de semana en Jaén.

Le pidieron que lidiase el sobrero. Pero el maestro dijo que otra vez será; que en esta no tocaba, no fuese a estropearse el de menos a más que había sido su corrida de 4 toros... Fue una corrida de hora y media, lo que dio de si en tiempo el espectáculo. En una tarde de hasta 40 grados... a la sombra.

El cuarto toro, de Juan Pedro, acabó por alumbrar la tarde, que en inicio estaba medio apagada. El calor arrasaba; los bolsillos de muchos que no tenían entradas quedaron también arrasados para mayor gloria y disfrute de la reventa que, en algún caso, llegó a precios astronómicos, según se comentaba.

¿Sirvieron los toros elegidos para esta tarde de lujo taurino jiennense?. Entre los 11.000 espectadores presentes, no faltan -y son bastantes- quienes creen que podía haberse cuidado algo más el ganado. 

José Tomás volvía a vestirse de luces tres años después de su última actuación; que había sido en la feria del Corpus de Granada. 
De tabaco y oro, gesto serio, ceño fruncido, mechón blanco -o canoso si usted quiere-... Cuando se abrió el portón, entró en la arena José Tomás... toda la plaza, casi toda para bien decir, se puso en pie y le vitoreó. Por cierto, desmonterado iba en el paseíllo, porque -curiosamente- era la primera vez que toreaba en Jaén.

Plaza de toros de Jaén. Lleno total de "No Hay Billetes". Se jugaron toros de Victoriano del Río (1º y 3º), Álvaro Núñez, (2º), y Juan Pedro Domecq (4º), todos ellos desiguales de presentación y de diferente juego. El mejor de los 4 toros -todo el mundo de acuerdo-, el de Juan Pedro Domecq, aunque tampoco nada del otro mundo, yendo de más claramente a menos. El primero de Victoriano era un toro importante, aunque acabó por mostrar ciertas querencias que complicaron su lidia; el tercero de orden, también de Victoriano del Río, aparentaba ser de embestida recta pero al tiempo dado a cortarla, con cierta frenada que dificultaba el engarzar pases y cerrar las tandas en condiciones. Un toro sin clase fue el segundo de la tarde, de Álvaro Núñez (Núñez del Cuvillo), con el que poco había que hacer...
Frente a ese personal cuadrúpedo, se supone que cuidadosamente elegido, resultó que José Tomás cosechó palmas, silencio, una oreja -entre protestas- que acabó por no pasear, y una oreja sin discusiones en el que cerraba plaza. 
Tras la lidia del cuarto, el respetable en su mayoría pidió a José Tomás que regalase el sobrero pero el maestro dijo no estar para esas historias...

Los dos primeros toros se fueron con mucha más pena que gloria. Hay quien decía al final de la corrida, en una radio que uno venía escuchando en el coche, que a esos toros "les faltó entrega"... y que, en razón a ello, José Tomás solo pudo "calentar a los tendidos con breves apuntes de su toreo". Quien en la Radio así decía, no hay duda, era un "JoséTomasista" acérrimo que cree que los toros que el maestro torea están poco menos que obligados -para resultar buenos- a mostrar "entrega". Y si no son buenos, es porque "les faltó entrega"...

Los que no son "JoséTomasistas" acérrimos llegaron al tercer toro y viendo que aquello -tras los dos primeros morlacos- iba por mal camino, comenzaron a calentarle las orejas al maestro. Olfateando cierto descontento de una minoría pero que podía crecer en la plaza... José Tomás echó el resto en el tercero, no le faltó arrojo, ni su figura desmayada para acompañar naturales de auténtico cartel de toros. Entonces sí, entonces los que le habían calentado las orejas pasaron a ser unos más que aplaudían a raudales... Quiso exprimir el limón que tenía delante José Tomás pero... aquello no daba ya para mucho. Pero había reconquistado al respetable; de modo que este pidió la oreja al menos en mayoría, pero también entremezclada con protestas y pitos de los que no quisieron, al final, dejar de ser puristas... Tomó nota el maestro, de manera que dio la vuelta al ruedo pero no llevó consigo la oreja marcada por aquella relativa división de opiniones.

Y como un gran torero que es -que además tiene 20 cornadas de mucho cuidado en su cuerpo-, torero con el suficiente amor propio y enorme clase, José Tomás se instaló ante el cuarto y último, sabedor de que no podía fallar. Abrió el libro en el mejor capítulo de su repertorio y empezó a recibir al de Juan Pedro con espectaculares lances a pies juntos, arrancando para una faena importante, que fue de menos a más, junto a la inversa de cómo iba el toro... Hubo momentos en esta faena muy notables, que realmente tanto esperaba el público; aquellos estatuarios con que José Tomás iba a cerrar su actuación fueron excepcionales, con el toro pasando justísimo acariciando con los pitones los bordados del traje del maestro. Antes, por ejemplo, aquella tanda de naturales, con aquel vaciado de la embestida por abajo; aquel Toreo excelso de José Tomás siendo capaz de llevar al toro a alargar por momentos la propia embestida que inicialmente mostraba... abrir el compás, el toro a profundizar en su embestida tras la muleta y el ¡olé! impresionante, al unísono, de toda la plaza.
La estocada, la oreja y ahora sí, sin discusión, todos aplaudían, vitoreaban, pedían el sobrero a José Tomás... Y cuando eso, lo mejor de la tarde, había ya llegado, todo acabó. 
No hubo sobrero, no hubo lo que los hermanos portugueses allí presentes (y aún eran unos cuantos, que yo los vi) clamaban :
---Só mais um!, só mais um!...
No hubo un toro más. ¿Por qué?. Porque José Tomás no quiso. ¿Y por qué no quiso José Tomás?. Pregúntaselo a su polémico apoderado Salvador Boix que es el auténtico director de escena de este asunto....

Nadie sabe lo que José Tomás ha cobrado por esta función de 4 toros que se dio en Jaén este domingo. Secreto de los dioses. Esas cosas las manejan muy bien Salvador Boix y su equipo. Pero no falta quien dice que por mucho que cobre -y con las entradas al precio que fueron- acaba por ser barato. El lleno absoluto da para pagar al maestro, los toros, los gastos diversos y aún da para ganar un buen pellizco. El gerente de la empresa Tauroemoción, que gestiona la plaza de Jaén, habla de que... contratar a José Tomás es apostar porque te toque, en cierta medida, como un premio de la lotería; no exagerado, pero sí importante.

(Fotos : "Tauroemoción")