Hay que ser medio "buey" para "defender" los toros...

Sí hay que ser medio tonto -o tonto completo- para tratar de prohibir la actividad por medio de la cual es que persiste al día de hoy el toro de lidia. 
La razón por la que en España hay más de 500 mil hectáreas de alto valor natural , que al igual que las más de 350 mil destinada a la crianza del toro bravo en México suponen un bastión de la ecología, en un mundo moderno cada vez más industrializado. 
Ganaderías que además de ser hogar del toro bravo lo son también para cientos de especies naturales propias de las regiones donde se encuentran afincadas; ciervos, venados, jabalíes, pecaries, flamingos, conejos, liebres, tejones, mapaches, linces, pumas, jaguares, perdices y codornices, águilas, halcones, caballos y otras razas de ganado endémicas son tan solo algunas de las muchas especies que hallan cobijo en las ganaderías de lidia y que de manera indirecta son también grandes beneficiadas de la Fiesta.
 
Hay que ser medio "buey" para tratar de suprimir una actividad que en México genera más de 300 mil empleos directos y que por ende es sustento económico de poco más de dos millones de personas, desde toreros y ganaderos, hasta empresarios, veterinarios, artesanos, vendedores, alguacilillos, areneros, subalternos, vaqueros, agricultores, herradores, publicistas más un largo etc que gracias a un negocio virtuoso y honrado llevan sustento a la mesa. 

Hay que ser un poco tonto para prohibir una Fiesta que ayuda a la fijación de población en zonas rurales, evitando la migración a las zonas urbanas, ya sobre-pobladas (con todos los problemas que esto último genera)
Hay que ser un poco tonto para prohibir un arte, una cultura que ha enseñado al hombre lo que es la templanza y a sobreponer la inteligencia por sobre la fuerza bruta. Que ha hecho valer la valentía, el pundonor y la capacidad de superación por sobre el miedo y la cobardía; una Fiesta que ha extendido la capa en favor del necesitado, desde los quites en el ruedo, hasta los glamourosos festejos benéficos en pro de los sectores sociales menos favorecidos, o bien damnificados por algún siniestro social o natural. 
Hay que tener muy pocas luces para buscar prohibir un arte, inspiración del arte de Picasso, de Goya y de Dalí, de Paz y de Gasset, de Lorca, de Llosa y de Hemingway, solo por mencionar algunos.

Por último, hay que ser un punto tonto para tratar de limitar la libertad Cultural de las personas solo por imponer una subjetiva moral; por tratar de imponer una única visión del Mundo por sobre las demás, todo sin el más mínimo beneficio social o natural que no va más allá que el placer de imponer una particular sensibilidad por sobre la de los demás. 
Al parecer, los totalitarimos alemanes, italianos y soviéticos del siglo no nos enseñaron nada aún...y pese a las atrocidades que realizaron y que iniciaron justamente tratando de imponer sus subjetivas visiones del Mundo por sobre la de los demás.

Autor : Jesús A. Toledo
Twitter : @ChuyAToledo