Los hermanos Peralta, Ángel (q.e.p.d.) y Rafael (que acaba de estar de cumpleaños esta semana) fueron -además de inseparables- dos elementos fundamentales en la evolución del Toreo a caballo en España.

Rafael Peralta Pineda nació el 4 de junio de 1933 en la Puebla del Río, Sevilla, España.
Hermano inseparable y compañero de lidia del también rejoneador y gran maestro del rejoneo Ángel Peralta. Su debut fue en la plaza de toros madrileña de Las Ventas el día 30 de mayo de 1959, con ganadería de Juan Sánchez Cobaleda, en presencia de los espadas Julio Aparicio, Manolo Vázquez y Curro Girón.
Rafael Peralta ya ha pasado a la Historia del Toreo como pieza clave y fundamental, encabezando el escalafón de Rejoneadores en España durante varias temporadas, siendo uno de los caballeros en plaza que mejor han banderilleado a dos manos. Formó, junto con su hermano Ángel, Álvaro Domecq y el portugués Jose Samuel Lupi el llamado Cuarteto de los 4 Jinetes del Apoteosis. Destacó especialmente por invadir los terrenos contrarios al toro, pisando en sus actuaciones un sitio de gran mérito y exposición. Por todo ello y por otras innovaciones que protagonizó junto a su hermano Ángel en el Mundo del rejoneo, está considerado como uno de los nombres más relevantes del toreo a caballo en España en el siglo XX.
Como referencia significativa : sus últimas temporadas en activo, ya con edad avanzada, tienen estos datos aún : 1994, toreó 30 corridas consiguiendo 37 orejas, en la de 1996, fueron 24 corridas, con 40 orejas cortadas. En la Real Maestranza de Sevilla toreó el 1 de mayo. Temporada 1997: actúa en la Real Maestranza de Sevilla en el festejo del 20 de abril. Temporada 1998: 6 festejos, 13 orejas. Torea en La Maestranza, de Sevilla, el domingo, 3 de mayo. Temporada 1999: en marzo sufre fractura del peroné izquierdo en Pilar de Horadada (Alicante) al colocar el primer rejón.

El 20 de enero de 2002 recibió la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social, que concedió el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.

Rafael Peralta ha sido siempre un gran aficionado al cante flamenco y también a la poesía -como su hermano Ángel-. Ambos se distinguieron siempre no solo como toreros a caballo de primera línea, sino -entre otras facetas- como auténticos benefactores.
Tanto es así que la ciudad castellana de Medina de Rioseco, en cuanto aflojó un poco la amenaza de la pandemia, en septiembre de 2021, dedicó a Rafael Peralta un sentido homenaje, como gran benefactor de la Residencia de Ancianos Sancti Spíritus y Santa Ana, especialmente con la organización de Festivales Taurinos anuales a beneficio de la histórica Casa Asilo, promovidos también antaño junto a su hermano, el fallecido Ángel Peralta.
El origen de este festival taurino tan famoso en España -promovido por los hermanos Peralta- se remonta al año 1954, primera edición de un festejo que cada año, durante el mes de junio, reunía en Medina de Rioseco a los mejores toreros del momento a beneficio de la residencia Sancti Spiritus y Santa Ana y que de forma ininterrumpida, en diversos formatos, se celebró durante muchísimos años.
El vínculo entre los hermanos rejoneadores sevillanos y Medina de Rioseco, donde cada uno de ellos tiene dedicada una calle, surgió a raíz de un accidente de trafico que Ángel Peralta sufrió en las inmediaciones de esa población vallisoletana cuando se desplazaba por motivos de su profesión, y fue especialmente atendido por las monjas durante su convalecencia.
Ángel Peralta, que da nombre a una avenida situada junto a la residencia de ancianos de Medina de Rioseco, ya había sido nombrado Hijo Adoptivo y ahora, hace un año, lo ha sido su hermano Rafael. 

En septiembre pasado, leyendo su agradecimiento a Medina de Rioseco, en su homenaje

Paseando una oreja, en sus tiempos áureos

Clamorosa vuelta al ruedo subido en el caballo, en la plaza de Valencia

Ya todos entrados en años : Rafael, Lupi, Alvarito y don Ángel, ¡qué cuatro!, en el homenaje que les rindieron en Francia hace algunos años. Hoy, ni don Ángel Peralta, ni don José Samuel Lupi están ya con nosotros, pero si en la gran plaza del Cielo...

Rafael Peralta Pineda, en un paseíllo en plaza

Hace aún pocos años, con uno de los mejores ejemplares de la famosa yeguada Peralta


Genio y figura, Rafael y los caballos, inseparables siempre. (Fotos : archivo familiar)