No momento do esperado retorno do mestre Ribeiro Telles : considerações e obrigatórias lembranças
rbtribuna
Para este próximo domingo, día 5, en la plaza de toros Monumental de Santarém, está previsto el regreso de António Ribeiro Telles. Es el regreso de una figura. Incuestionable maestro y figura, cuya ausencia -en razón a la larga convalecencia que ha tenido tras aquella tarde de infortunio en Reguengos de Monsaraz- claro que se ha hecho notar...
"... indispensables son los que aportan realmente algo, los que dejan en sus actuaciones, aunque solo fuere por algunos momentos, el perfume del toreo fino, los retazos de una obra de arte pergeñada sobre el ir y venir de las cabalgaduras, los embates hacia el toro, el clasicismo, la esencia de un arte de siglos ya..."
Hay toreros, claro que sí, que son indispensables en la Fiesta. Y el maestro Ribeiro Telles, António, ha acabado por ser uno de ellos. Porque indispensables son los que aportan realmente algo, los que dejan en sus actuaciones, aunque solo fuere por instantes, el perfume del toreo fino -en este caso a caballo-, los retazos de una obra de arte pergeñada sobre el ir y venir de las cabalgaduras, los embates hacia el toro, el clasicismo -en el caso de António, extraordinario-, la esencia de un arte de siglos ya, perfeccionado con el paso de los tiempos y en el caso de la familia Ribeiro Telles, heredado y transmitido entre casi todos sus componentes.
Pocas "dinastías" (como tanto gusta a algunos taurinos portugueses decir), pocas familias taurinas han dado tanto a la Fiesta como la familia Ribeiro Telles. Por eso el gran recuerdo de aquel gran Señor que fue don David... permanecerá imborrable e inalterable en el tiempo, pasen los años que pasen.
Y ahora, con ocasión de la vuelta de António Ribeiro Telles, ¿cómo no acordarnos de don David, si precisamente este su hijo ha sido quien mejor y más ha conservado las líneas maestras, la verdadera esencia del toreo aquel, instalado en los cánones clásicos que don David preconizaba?.
Antonio Ribeiro Telles ha escrito ya muchas páginas de oro, en la Tauromaquia moderna portuguesa, en el Toreo a caballo mundial. Ya nadie se lo podrá arrebatar, quedará ahí, para siempre.
Hace unos años, tiempo atrás, un día en que coincidimos, António me preguntó si le veía mayor para seguir toreando... yo le dije que no, que le veía en forma y que todo debía depender, llegado el momento, de las ganas que el tuviese de "hacer las cosas bien", como siempre preconizaba su padre...
El tiempo pasó y António siguió actuando a gran nivel. Su creciente maestría, su cada vez mayor técnica, su gran dominio de los caballos, su profundo conocimiento de los terrenos, le llevó a superar siempre cualquier mínima carencia que el paso de los años en su persona fuese haciendo presente.
Todo iba bien, hasta que llegó la desgracia del pasado verano, en Reguengos de Monsaraz. Una adversidad enorme, porque António seguía estando en forma, ilusionado en impartir en estos años las lecciones finales de su trayectoria como gran maestro del Toreo a caballo que es.
"... recuerda el consejo eterno de tu padre, sobre la importancia, delante del toro, "de hacer las cosas bien; esforzarse siempre por hacer las cosas bien; no transigir con uno mismo, obsesionarse en todo momento con hacer las cosas bien".
Ahora, muchos meses después, solamente cuando se ha sentido bien, pletórico, deseoso de hacer lo que más le apasiona en su vida : torear, ahora es cuando vuelve... Y estoy seguro que, si le saludase, como hice varias veces en los pre-calentamientos de los caballos antes de una corrida, António me preguntaría, como aquella vez años atrás, si le veo mayor para seguir toreando...
Pues sepa António -y quienes me leen- que le contestaría lo mismo que la otra vez. Físicamente estás bien, te conservas adecuadamente, no te veo entrado en kilos que tanto te condicionaría; por otra parte, tienes detrás el cariño más que evidente de tu familia, de Catarina, de tus hijos... también de todos nosotros, los aficionados que te admiramos hace ya tantos años... A priori, no hay razones para pensar en una retirada ahora mismo. Ahora bien, recuerda el consejo eterno de tu padre, que es el mismo que daban en sus últimos años, toreros de la categoría de Antoñete, la importancia, delante del toro, "de hacer las cosas bien; esforzarse siempre por hacer las cosas bien; no transigir con uno mismo, obsesionarse en todo momento con hacer las cosas bien". Y es que "hacer las cosas bien", esa frase que parece no decir nada especial, sin embargo, dice muchísimo... Y para "hacer las cosas bien", no cabe duda, hay que estar verdaderamente con ganas, con ilusión permanente... Mientras eso exista, querido António, no hay razón para arrojar la toalla y abandonar esto, por mucho que lo de Reguengos haya sido no solo una desgracia, sino un serio aviso.
Ni que decir tiene que celebraremos y mucho, el domingo venidero, el regreso del maestro António Ribeiro Telles. Estamos deseando que pueda reanudar el trayecto que se había trazado para estos -posiblemente- últimos años de actividad en primera línea.
Que vuelva pletórico y convencido, con ganas y dispuesto a acometer lo que su padre en todo momento recordaba : la necesidad siempre de hacer en el Toreo las cosas bien...
António es inteligente -y entiendo que bien aconsejado- y si no se viese con fuerzas para "hacer las cosas bien", seguro que no volvería... No nos parece un torero de esos que, lamentablemente, andan arrastrándose por las plazas. Para ese tipo de viaje, el de arrastrarse por las plazas, el maestro Ribeiro Telles -estoy seguro- no ha pensado su vuelta. En todo caso, cuando crea que haya llegado la hora, saber retirarse a tiempo será siempre todo un triunfo.
EUGÉNIO EIROA