Juanito y "Manzanillo" (Foto : Plaza 1)

El toro de la confirmación de alternativa, para Juanito, fue el que llevaba el número14, llamado "Manzanillo". Un toro negro con 553 kilos. Frente al morlaco, el torero portugués que viste esta vez de lila y oro.
"Manzanillo" impone de aspecto, muestra dos perchas de cuidado en su cornamenta. Por aspecto, contratado ipso facto para Madrid, seguro que sí. Pero... ¿qué llevará dentro?. Esa es otra historia. Enseguida pasamos a saberlo. 

El toro sale al ruedo y de seguido va barbeando tablas. Enseña las puntas, un toro en Atanasio... Pese a algún extraño inicial del toro, allá va Juanito con el percal... a lancear por verónicas, pero aquel estirarse del torero es solo un espejismo, porque el toro no es claro, en los lances hace por puntear de mala gana el capote... parece como reservón cuando Juanito le lleva al caballo; el picador marra en el primer puyazo para rectificar de inmediato; parece tener fijeza el toro, pero no... es un espejismo, no empuja, se ha quedado dormido en el caballo, el picador hace media carioca y le cierra en parte la puerta al toro, pero este a su aire... acaba por salir del caballo, al que le hacen volver de nuevo. Otra vez el picador no anda fino y acaba por picar trasero. Mal picado el toro. Entra en escena Daniel Luque buscando un quite, intento de verónica, el toro no da para mucho lucimiento...

Pasamos a banderillas. El toro es bonito, buenas hechuras, buena presencia... un toro para Madrid, sí; pero de aspecto. De juego... ya veremos pronto que no. En el capote, por de pronto, no ha dejado nada que merezca el recuerdo, pese a la buena voluntad de Juanito que ya empieza a tener la mosca detrás de la oreja.
Va Luis Miguel Amado por delante, bien de colocación pero mal de acierto porque nada más puestas, las dos banderillas se caen... El toro parece apretar para los adentros; por eso Oscar Reyes se alivia y deja un solo palo y de remanguillé. Tiene que entrar nuevamente Luis Miguel Amado y ahora lo hace con nota alta. 

Llega así el momento de la ceremonia de confirmación de alternativa. Le entrega los trastos Daniel Luque al confirmante Juanito, en presencia de Garrido. Tras la ceremonia protocolaria, Juanito busca el micrófono del Canal Toros y desde allí le brinda el toro de la confirmación a su madre, que está pasando una mala etapa de salud, lo hace con un : ‘Amo-te muito’. 

Otra vez, la ingenuidad del torero principiante : allá va, a buscar alegremente la cara de "Manzanillo", mostrando gesto de cierta torería y queriendo lucirse evidenciando buen gusto en los doblones por bajo que intenta de inicio. Pero recibe dos avisos, uno rápidamente del toro, que no está dispuesto a tragar por aquello... otro del viento, que sopla a veces tanto, que sostener en plano la muleta es harto difícil. 
Parece por momentos que Juanito no se va a entender con su oponente que corta el viaje más bien, aunque lo disimule más o menos, tragando algún muletazo, mientras en algún otro el morlaco responde con un semi-tornillazo. Estamos ante un toro desenrazado. A Juanito le cabrea eso, porque el querría pelea noble y a por todas, venía con el repertorio bien ensayado y... esta inutilidad de "Valdefresno" le va a hacer la puñeta. 

Poco codicioso el toro, no humilla bien, su actitud descompone a Juanito en algún momento, de tal forma que el torero acorta espacios en demasía y parece exigir continuidad al toro, cuando este -que daba síntomas de apagarse ya- precisaba de cierto espacio-tiempo entre las tandas con la muleta. Así se lo hace ver al torero, su co-apoderado Rui Bento.Y Juanito, que no es tonto, no solo toma nota, sino que echa mano del recurso único, a la desesperada para estos casos... a bajarle la mano con firmeza, en la tanda que ahora instrumenta, contra viento y contra la mala cosa que es el toro. Hay que mostrar que el torero es quien manda y que está por encima del toro. Volvió entonces Juanito sobre la derecha, el mejor pitón del mal toro, acabando por cerrar una tanda interesante que el público, rugiendo, acompaña. 

Pero enseguida vuelve la falta de calidad del toro, ya en la siguiente tanda por ese mismo lado derecho... el toro no transmite nada y, encima, no es trigo limpio del todo; ingenuo quien vea allí nobleza. Traza Juanito un par de naturales... el toro los traga con dificultad evidente; no está para aquella limpieza y suavidad que intentaba plasmar con su muleta Juanito. Por eso, inteligente, el torero vuelve otra vez con la derecha, pero ya dejando la muleta muy puesta en la cara  del toro y porfiando en obligarle por bajo, bajándole al máximo la mano, en forma de tirar de el, de aparentar una embestida consistente, en la que sería la tanda de mayor impacto, evidenciando Juanito mando y profundidad, porque ya el temple mejor fue dejarlo para otro día y otro toro, que este no merecía nada del gran esfuerzo hecho por el torero.

Toma la espada Juanito, cuadra, se perfila, se echa encima pero pincha y la espada se escupe por parte de "Manzanillo". Hay que ir otra vez a matar, pero ahora sopla el viento de tal forma que agitar la pañosa delante del toro puede ser un riesgo...  Como sea, hay que hacerlo... media estocada algo contraria pero suficiente. Había sonado un aviso del presidente. Palmitas del público para el torero al doblar el toro. Pero cuando este es arrastrado, ya nadie se acuerda de aplaudir y llamar a Juanito para que salude, lo que significa, silencio.

EUGÉNIO EIROA
Foto : Plaza 1 / Plaza de Toros de Las Ventas.